Según han informado científicos del Instituto de Geofísica (IGf), de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mexicano, en el interior de la pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá, existe una segunda subestructura oculta piramidal.
Según los datos e informaciones publicados por el medio mexicano Excelsior, los expertos han indicado que ya en los años 30 del pasado siglo se encontró una primera subestructura. Sin embargo, gracias a la tomografía eléctrica tridimensional, los universitarios han localizado una segunda, en el interior de la primera.
Gracias a la tecnología no invasiva de la tomografía se puede estudiar el interior de cualquier estructura. Dicha tecnología, única en el mundo, fue desarrollada por el equipo de investigación, en el que participan René Chávez Segura, Gerardo Cifuentes Nava y Juan Esteban Hernández Quintero, miembros del Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Autónoma de México (UNAM); Andrés Tejero Andrade, miembro de la Facultad de Ingeniería de la misma universidad mexicana y, por último, Denisse Argote, arqueóloga del mexicano Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), según se ha señalado desde la propia UNAM a través de un comunicado.
Ya en los años 30 del pasado siglo se encontró una primera subestructura oculta en el interior de la gran pirámide de Kukulkán. (Wikimedia Commons)
Asimismo, Chávez Segura mencionó que hace algo más de un año, en una primera etapa, descubrieron que la pirámide maya de Kukulkán está construida sobre un antiguo cenote, tal y como Ancient Origins ya informó en su momento.
Después de esto, los arqueólogos se empeñaron en saber si dentro de esta pirámide, también conocida como El Castillo, existían más estructuras. De ese modo, se llevó a cabo una tomografía eléctrica, consistente en colocar detectores alrededor de los diferentes cuerpos de la pirámide (10 en total, tomando en cuenta la base) y enviar corriente eléctrica al subsuelo mediante una serie de electrodos, que permiten medir, de manera simultánea, la diferencia de potencial y, finalmente, la resistividad del subsuelo.
Gracias a ello detectaron una subestructura oculta por debajo de la primera, observándose además una rampa, seguramente una escalinata, y la probable presencia de un adoratorio. La altura de la más antigua (la descubierta ahora por los universitarios) es de alrededor de 10 metros —más el mencionado adoratorio—, mientras que la encontrada en los años 30 del siglo XX alcanza los 20 metros de altura.
Imagen del interior del Templo de Kukulkán, con la subestructura piramidal recientemente descubierta en rojo. (Infografía: Excelsior/UNAM)
Por su parte, Denisse Argote ha explicado que se desconocía si en la pirámide había más etapas constructivas, por lo que se propusieron iluminar por dentro la estructura. A través de los estudios de termoluminiscencia y de dataciones absolutas que se han realizado recientemente, se ha logrado determinar que el periodo habitacional más importante de Chichén Itzá se divide en tres etapas: de los años 550 al 800 d.C., correspondiente a una etapa de “mayas puros”; del 800 al 1000, época de transición, cuando llegan pobladores del centro México y comienza el estilo maya-tolteca; y por último, del 1000 al 1300, d.C., cuando se produjo la decadencia del asentamiento.
“El descubrimiento de esta estructura apunta directamente a los mayas puros. Se ha excavado mucho y hay una gran cantidad de información sobre los períodos de transición de los mayas, pero apenas hay conocimiento sobre el complejo original”, ha asegurado Denisse Argotte, en declaraciones publicadas por Radio Televisión Española (RTVE).
Además, la investigadora ha comentado que existe la posibilidad de que el adoratorio o templo ubicado en la cima de la estructura permanezca intacto, ya que la primera subestructura fue encontrada intacta, simplemente rellena: “Puede ser que se haya conservado de la misma manera la más antigua”, apuntó al respecto Argote.
Por último, René Chávez ha asegurado que la proximidad de la estructura original al cenote podría corroborar las sospechas de que los antiguos mayas escogieron después ese lugar para ubicar la pirámide mayor debido a la presencia de la masa de agua.
“La estructura que hemos hallado, la nueva estructura, no está completamente en el centro de la pirámide de Kukulkán. Está orientada en la dirección del cenote. Este hecho podría confirmar la hipótesis de que los mayas conocían la existencia del cenote cuando levantaron la estructura”, culminó Chávez.
Imagen de portada: Representación esquemática de la pirámide oculta descubierta en el interior de la gran pirámide de Kukulkán (BBC)
Autor: Mariló T. A.