Se ha descubierto en Irak una antigua ciudad que se considera habría sido fundada durante el reinado de Alejandro Magno. La ciudad había permanecido enterrada bajo toneladas de arena durante más de 2.000 años. El descubrimiento ha sido realizado por un equipo de arqueólogos del Museo Británico.
Qalatga Darband, a orillas de un río y situada en la provincia de Sulamaniya perteneciente al Kurdistán iraquí, presenta los signos de haber sido un antiguo asentamiento fortificado, y ahora los arqueólogos del Museo Británico han “invadido” finalmente esta zona largo tiempo oculta, como informa The Times. Fotografías de satélites espías captadas por el gobierno estadounidense durante la Guerra Fría en los años 60 ayudaron a los investigadores a identificar el trazado de las supuestas antiguas ruinas desde el aire de nuevo en la década de 1990. La guerra en la región, sin embargo, impidió a los arqueólogos estudiarla sobre el terreno hasta el presente siglo XXI.
Qalatga Darband en el Kurdistán iraquí, el lugar donde han sido recientemente descubiertas las ruinas de una antigua ciudad (Museo Británico)
Los restos del asentamiento fueron finalmente identificados por los expertos gracias a la ayuda de drones equipados con cámaras. “Los drones proporcionaron una excelente información,” apuntaba el arqueólogo del Museo Británico John MacGinnis en declaraciones recogidas por The Times, añadiendo a continuación que “Conseguimos imágenes de todo el asentamiento utilizando drones esta primavera –el análisis de las marcas de los cultivos no se había hecho jamás en la arqueología mesopotámica. Donde hay muros enterrados, el trigo y la cebada no crecen tan bien, por lo que hay diferencias de color en el crecimiento del cultivo.” Hasta ahora, el estudio sobre el terreno ha revelado la presencia de los cimientos de varios edificios de gran tamaño, además de una muralla fortificada y prensas de piedra que podrían haber sido utilizadas para la producción de vino o aceite.
Las ruinas de las murallas de Qalatga Darband se extienden en dirección al lago Dokan. (Mary Shepperson / Museo Británico)
Aunque aún no se da por cierto o verificado el descubrimiento y no se han realizado hallazgos que puedan vincular el lugar al siempre tan fugaz reinado de Alejandro, los arqueólogos sugieren que la ciudad fue construida sobre una ruta que tomó el invicto rey griego en el 331 a. C. cuando perseguía al rey persa Darío III, quien huía tras su derrota en la batalla de Gaugamela. Se cree que la “ciudad perdida” de Alejandro Magno era una animada población con un intenso estilo de vida, en la que los soldados de Alejandro bebían vino y los filósofos griegos difundían su sabiduría. “Aún es pronto, pero creemos que sería una bulliciosa ciudad sobre una carretera de Irak a Irán. Podemos imaginar a la gente suministrando vino a los soldados que la atravesaban,” explicaba MacGinnis en declaraciones recogidas por The Times.
En un período de solamente 13 años entre el 336 a. C. y el 323 a. C., Alejandro Magno llevó las fronteras de su Imperio macedonio más allá de su corazón en Grecia hasta alcanzar Egipto por el sur y la India por el este. Por el camino, a medida que conquistaba una región tras otra, fundaba una serie de ciudades a las que él mismo daba nombre. El biógrafo de Alejandro, Plutarco de Queronea, sostiene que Alejandro Magno fundó no menos de setenta ciudades (este número probablemente incluya asentamientos ya existentes renombrados y/o repoblados por Alejandro), importantes centros de la cultura griega en Oriente.
‘Alejandro Magno se niega a tomar agua’, témpera de Giuseppe Cades, Museo del Hermitage de San Petersburgo (Rusia) (Dominio público)
Estas ciudades servían generalmente como lugares de asentamiento a muchos miles de veteranos que habían seguido al rey griego a través del Próximo Oriente hasta alcanzar el sur de Asia. Muchas de estas “Alejandrías” aún existen en nuestros días: algunas de ellas con nombres diferentes, mientras que otras conservan versiones diversas de su nombre original. Otras Alejandrías desaparecieron hace largo tiempo, e incluso existieron algunas que se perdieron por completo para la historia.
Los trabajos de excavación en el asentamiento han revelado además la presencia de tejas y antiguas estatuas griegas, sugiriendo los arqueólogos que representan a figuras divinas de la mitología griega, concretamente Perséfone y Adonis. Todavía no se ha determinado la antigüedad exacta de estas estatuas, pero el equipo de arqueólogos especula con la posibilidad de que se remonten a los siglos I a. C. o II a. C. Se encontró además en la ciudad una antigua moneda con la efigie del rey parto Orodes II (quien reinó entre los años 57 a. C. y 37 a. C.), un hecho que lleva a los arqueólogos a creer que la ciudad fue habitada durante muchos años tras el reinado de Alejandro Magno. Los investigadores tienen previsto continuar con sus labores de excavación hasta el año 2020, con la esperanza de realizar nuevos descubrimientos que puedan arrojar luz sobre los secretos de la “ciudad perdida” y quizás confirmar que realmente fue fundada por Alejandro.
Imagen de portada: Alejandro Magno funda Alejandría (Placido Costanzi, 1737). En el transcurso de sus conquistas desde Grecia y Egipto hasta lo que hoy es Afganistán, el rey macedonio Alejandro Magno (356 a. C. – 323 a. C.) fundó en lugares clave desde el punto de vista militar y el comercial ciudades que a menudo llevaban su nombre. (CC0)
Autor: Theodoros Karasavvas
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.