Por Anna Liesowska / The Siberian Times
Un nuevo hallazgo en la necrópolis Zeleny Yar que muestra vínculos con Persia será examinado en las próximas semanas. Lo que se cree que son restos humanos aún está cubierto en corteza de abedul. Es probable que este "capullo" contenga cobre, el cual, combinado con el permafrost (una capa permanente de hielo), produjo una momificación accidental.
Los arqueólogos que trabajan en el sitio, cerca de Salejard, sospechan que los restos son de un niño o adolescente del siglo XII o XIII d.C.
El nuevo hallazgo coincide con otros descubrimientos en Zeleny Yar pertenecientes a una misteriosa civilización medieval que tiene vínculos con Persia a pesar de estar ubicado en el límite del Ártico Siberiano. Si se confirma, será la primera momia de esta civilización hallada en este intrigante sitio desde el año 2002.
Alexander Gusev, miembro del Centro de Investigación para el Estudio del Ártico, dijo: "Después de consultar con algunos colegas, decidimos tomar el hallazgo como una pieza completa, esto es, no lo estudiaremos en el sitio sino que lo investigaremos en profundidad en la ciudad."
Chequeos con un detector de metales muestran que de hecho hay metal debajo de la envoltura. El "capullo" de corteza de abedul mide 1.30 metros de largo y 30 centímetros en su parte más ancha.
Sigue los contornos del cuerpo humano. Si en realidad es una momia, la cabeza y el cráneo probablemente estén en buen estado. Creemos que es un niño, quizá un adolescente. El hallazgo se encuentra en Salejard ahora, en el Museo Shemanovsky, dentro de un congelador especial. Tenemos la intención de volver a Salejard el 15 de julio e inmediatamente comenzaremos a abrir el "capullo".
"El hallazgo se encuentra en Salejard ahora, en el Museo Shemanovsky, dentro de un congelador especial. Tenemos la intención de volver a Salejard el 15 de julio e inmediatamente comenzaremos a abrir el "capullo". Imagen: Vesti.Yamal
La antropóloga Evgeniya Syatova hará parte del grupo que examinará el descubrimiento, el cual -esperan los expertos-, arrojará luz sobre la tribu y sus orígenes. Ella es una arqueóloga destacada del Centro Científico y de Producción para el Uso y la Protección de Monumentos Históricos y Culturales de la región de Sverdlovsk.
"La momificación fue natural" dijo Gusev. "Fue una combinación de factores: sobre el cuerpo se pusieron láminas de cobre y partes de calderas de cobre también, que junto con el permafrost tuvieron un efecto conservante."
Local Vesti.Yamal TV llegó al sitio cuando se realizó el hallazgo. Las imágenes muestran la exhumación.
Previamente, los arqueólogos habían encontrado 34 tumbas poco profundas en el sitio medieval, incluyendo 11 cuerpos con huesos rotos o faltantes, y esqueletos destruidos. Se encontraron cinco momias cubiertas en cobre minuciosamente envueltas en pelo de reno, castor, carcayú y oso. Entre las tumbas encontradas hasta ahora, solo en una hay una mujer, y es una niña cuyo rostro está cubierto por platos de cobre. No hay mujeres adultas.
Tres momias de niños (hombres) que llevaban máscaras de cobre puestas fueron halladas cerca del lugar. Estaban atados por cuatro o cinco aros de cobre de varios centímetros de ancho.
De manera similar se halló a un hombre pelirrojo que estaba protegido desde los pies hasta el pecho por una coraza de cobre. En su lugar de descanso había un hacha de hierro, pieles, y una hebilla de bronce que llevaba un oso grabado.
Se encontraron cinco momias cubiertas en cobre, minuciosamente envueltas en pelo de reno, castor, y carcayú y oso. Imagenes: The Siberian Times, Natalya Fyodorova
Los pies de los difuntos todos apuntaban hacia el río Gorny Poluy, se considera que este hecho tiene un significado religioso. Los rituales de sepultura son desconocidos para los expertos.
Entre los objetos había tazones de bronce del siglo X u XI originarios de Persia, que se encuentra ubicada a unos 6000 kilómetros al suroeste. De acuerdo con un estudio realizado a los anillos de los árboles, uno de los sepelios data del año 1282, y se cree que los otros son más antiguos.
En una de las momias adultas, los investigadores encontraron un cuchillo de combate hecho de hierro, un medallón de plata y una estatuilla de bronce con un ave grabada. Se entiende que estos objetos datan de los siglos VII al IX.
A diferencia de otros sitios fúnebres en Siberia, como por ejemplo en los permafrost de las Montañas Altai, o en las de los faraones egipcios, el propósito no parecía ser el de momificar los restos, por consiguiente se afirma que el hecho de estar conservados hasta los tiempos modernos fue un accidente.
"Se halló a un hombre pelirrojo que estaba protegido desde los pies hasta el pecho por una coraza de cobre. En su lugar de descanso había un hacha de hierro, pieles, y una hebilla de bronce que llevaba un oso grabado." Imagen: Kate Baklitskaya, Go East
El suelo en este lugar es arenoso y no permanece congelado. La buena condición de los restos hasta el día de hoy se debe al uso del cobre, el cual evita la oxidación, y a las bajas temperaturas del siglo XIV.
Natalia Fyodorova, de la sucursal Ural de la Academia Rusa de Ciencias, había mencionado anteriormente que: "En ningún otro lugar en el mundo hay tantos restos momificados afuera del permafrost o los humedales.
Este es un sitio arqueológico único. Somos pioneros en todo, desde sacar objetos de suelo arenoso (lo cual jamás se había realizado) y terminar con la posibilidad de hacer investigaciones futuras."
En el 2002, los arqueólogos fueron obligados a detener las operaciones en el lugar debido a objeciones presentadas por los lugareños en la península de Yamal, un territorio de renos y riqueza energética que ellos conocen como "el fin del mundo".
Imagen: Los arqueólogos que trabajan en el sitio, cerca de Salejard, dicen sospechar que los restos son de un niño o adolescente del siglo XII o XIII d.C. Imagen: Vesti.Yamal
EL artículo "Exhumada momia ancestral de una civilización medieval perdida cerca del Ártico, afirman científicos" fue publicado originalmente en el The Siberian Times y se ha vuelto a publicar con autorización.
Traducido por Andrés González