Un equipo de investigadores ha descubierto los empastes dentales más antiguos de todo el mundo en el norte de Italia. Estos empastes fueron localizados en de un par de dientes frontales de hace 13.000 años, y están hechos de betún: una forma semisólida de petróleo. Se trata del ejemplo más antiguo de intervención odontológica conocido hasta la fecha.
Los dientes recién descubiertos, dos incisivos centrales superiores, parecen pertenecen a la misma persona y fueron hallados en el yacimiento de Riparo Fredian, cerca de Lucca, en el norte de Italia. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista American Journal of Physical Anthropology, y demuestran que cada diente presenta un gran agujero en su superficie que se extiende profundamente hacia su interior, hasta alcanzar la pulpa dental. “Es bastante inusual, no es algo que vea en dientes normales,” ha declarado a New Scientist el investigador Stephano Benazzi, arqueólogo perteneciente a la Universidad de Bolonia. En dichos agujeros se observan pequeñas marcas horizontales que sugieren que fueron taladrados. Asimismo, parece que el betún fue incorporado a la cavidad al mismo tiempo que se llevaba a cabo la perforación. Los investigadores también recuperaron fibras vegetales y pelo del betún, elementos que podrían haber formado parte del material de relleno del empaste.
Imágenes en las que se muestra un conocido método utilizado para perforar dientes en épocas antiguas. Se hizo uso de un arco y un taladro con punta de sílex para agujerear los molares recuperados en una necrópolis del Neolítico de Mehrgarh, Paquistán.
Según Benazzi, los empastes muy probablemente sirviesen al mismo propósito que hoy en día: reducir el dolor y mantener los alimentos fuera de las cavidades creadas por las caries. Los arqueólogos estiman que se escogió el betún como material de relleno por sus cualidades antisépticas, para prevenir infecciones.
Claudio Tuniz, arqueólogo de la Universidad de Wollongong (Australia), opina que el betún, así como ciertas plantas medicinales, posiblemente fueran utilizados como antiséptico, al igual que se hizo uso de cera de abeja en otros ejemplos de odontología prehistórica, miles de años más tarde.
Los seres humanos desarrollaron prácticas dentales terapéuticas miles de años antes de que alimentos como los cereales y la miel fuesen incorporados a nuestra dieta. Fotografía: Gregorio Oxilia
Tuniz afirma que estos dientes demuestran que los seres humanos habían logrado desarrollar prácticas dentales miles de años antes de que se desarrollase la producción sistemática de alimentos tales como cereales y miel, que hasta ahora se creía que habían sido los responsables de una impresionante evolución en la incidencia de problemas dentales como las caries.
Según Benazzi, durante el Paleolítico superior, época en la que vivía el propietario de los dientes recientemente recuperados, Europa estaba experimentando enormes cambios culturales, a medida que nuevos individuos iban llegando al continente desde el Próximo Oriente. El investigador especula que estos inmigrantes probablemente trajeron con ellos nuevos tipos de alimentos, que condujeron a la aparición de nuevos problemas dentales, en especial más caries: “Este cambio en la dieta y las caries podrían haber llevado al nacimiento de la odontología”, apuntaba Benazzi en la revista New Scientist.
En última instancia, Benazzi añadió que, a juzgar por su desgaste, el dueño de aquellos dientes no era muy joven, a pesar de que tampoco es posible emitir ninguna conclusión sólida cuando las dos únicas muestras son dos piezas dentales.
Hasta ahora, la evidencia más antigua de un empaste dental había sido la descubierta en Eslovenia, en el año 2012, cuando un maxilar de hace 6.500 años reveló que una caries lo suficientemente profunda como para afectar la capa de dentina del diente había sido reparada con cera de abejas. Los científicos no están seguros de la eficacia de dicha intervención, aunque probablemente redujese tanto el dolor como la inflamación.
También sabemos que los antiguos egipcios hacían uso de un brebaje especial para tratar las caries. El Papiro Edwin Smith, escrito en el siglo XVII a. C. aunque probablemente inspirado en manuscritos anteriores de épocas tan antiguas como el año 3000 a. C., incluye el tratamiento de varias dolencias dentales, y el Papiro Ebers, datado en el siglo XVI a. C., también incluye once recetas que corresponden a problemas bucales. Cuatro de ellas son remedios para los dientes flojos. Así, la pieza dental en cuestión se rellenaba con una mezcla similar a un compuesto utilizado en nuestros días en los empastes: un agente de relleno (cebada molida) se mezclaba con una matriz líquida (miel) y un agente antiséptico (amarillo ocre). El compuesto se utilizaba bien como empaste o como férula para mantener el diente en su lugar. Asimismo, tras realizar exploraciones mediante tomografía computarizada en la cabeza de una momia egipcia de hace 2.100 años, los científicos también encontraron evidencias de caries empastadas con lino, que podría haberse sumergido previamente en preparados medicinales como jugo de higo o aceite de cedro.
A través del estudio de antiguos restos procedentes de todo el mundo ha quedado demostrado el ingenio puesto en práctica en torno a la aplicación de prácticas dentales quirúrgicas y cosméticas desde hace miles de años.
Imagen de portada: Fotografía de los dos antiguos dientes empastados con betún hace 13.000 años. (Stefano Benazzi)
Autor: Theodoros Karasavvas
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.