El descubrimiento de una antigua tumba perteneciente a un visir (alto funcionario) del Alto Valle del Nilo, en las cercanías de Luxor, Egipto, apunta a una curiosa práctica entre los antiguos egipcios: la reutilización de ajuares funerarios y sarcófagos en enterramientos sucesivos e incluso el reciclaje de las tumbas y cámaras funerarias.
Quizás el caso más famoso que ha salido a la luz recientemente haya sido el de la tumba de Tutankamón, quien, según cree el investigador Nicholas Reeves, fue sepultado en parte de un espacio que estaba destinado a Nefertiti. Nefertiti posiblemente también reutilizara parte del ajuar funerario de su famoso esposo Akenatón, según afirma Reeves.
Reeves plantea como posibilidad que cuando Tutankamón murió en el año 1332 a. C., su tumba desplazara a la que iba a ser la tumba de Nefertiti y pasara a ocupar parte de su espacio, llevándose también a su cámara algunos objetos del futuro ajuar funerario de la reina a causa de la prematura e inesperada muerte del joven faraón. A continuación, aunque aclara que este punto no puede ser probado por ahora, especula con que la propia Nefertiti “pudo haber heredado, adaptado y utilizado la totalidad de las instalaciones funerarias oficialmente destinadas en un principio a Akenatón.”
Otros investigadores afirman que en el antiguo Egipto la práctica de reciclar tumbas y ajuares funerarios fue común en ciertos momentos, especialmente en épocas de penuria económica.
“Incluso para las élites, la realidad era que los cultos mortuorios gozaban de una corta vida, ya que las tumbas frecuentemente eran saqueadas a partir del mismo momento del enterramiento, y precisamente por esta razón eran reutilizadas,” leemos en un artículo del año 2002 de la Revista de Arqueología Social, escrito por John Baines y Peter Lacovara.
Se ponía gran cuidado en garantizar una plácida vida ultraterrena a las élites, pero las prácticas funerarias de los egipcios pertenecientes a un escalafón social más bajo nos son desconocidas, ya que sus restos y tumbas no han llegado hasta nosotros. Gran parte de la sociedad unía sus esfuerzos para participar en la construcción de tumbas de los personajes de la realeza o de otras élites, según se afirma en el artículo de Baines y Lacovara. Los antiguos egipcios consideraban necesario un enterramiento adecuado para su salvación en el más allá, pero los obreros encargados de trabajar en las elaboradas e incluso grandiosas tumbas de las élites no participaban de los posteriores y complejos rituales de embalsamamiento, protección del cuerpo en el interior de una cámara funeraria y disposición de un ajuar funerario, que asegurarían la comodidad del difunto en el más allá.
Ataúd del antiguo Egipto procedente de Meret-it-es (Foto: Daderot/Wikimedia Commons)
En otras palabras, los trabajadores que se encargaban de asegurar que los miembros de la nobleza gozaran de una plácida vida ultraterrena no tenían a su alcance esa salvación para sí mismos.
En este último caso, la tumba del visir Badi-Bastet ha sido descubierta en la zona en la que se encuentra trabajando el equipo del Proyecto de Conservación del Sur de Asasif. El visir aparentemente gozaba de cierta influencia en la corte de Karabasken, gobernante del Alto Egipto durante la XXV Dinastía, cuyo dominio se extendió de mediados del siglo VIII a. C. al VII a. C. La tumba de Badi-Bastet se encontraba en el interior de la propia tumba de Karabasken.
“De este hallazgo podemos destacar que Badi-Bastet reutilizó esta tumba,” declaró a Ahram Online Mahmoud Afifi, director del Departamento de Antigüedades del Antiguo Egipto. De las decoraciones presentes en la tumba se deduce que Badi-Bastet era un personaje importante, explica Afifi. Se ha llevado a cabo recientemente una inspección arqueológica en las cercanías de la tumba de Karabasken que ha revelado diversas pinturas y diseños arquitectónicos realizados exclusivamente para Badi-Bastet.
No se ha encontrado el cuerpo de Badi-Bastet, pero Elena Pischikova, jefe de la expedición arqueológica, opina que podría estar enterrado en la zona de acceso a la tumba de Karabasken o incluso en su cámara funeraria principal. También comunicó que la misión realizará en el futuro más labores de limpieza y a continuación posteriores exploraciones arqueológicas de la tumba, que se espera que revelen nuevos secretos.
El Ministro de Antigüedades egipcio Mamdouh Eldamaty declaró a Ahram Online que el descubrimiento es importante. Agregó que la tumba ha arrojado nueva luz sobre el diseño y la arquitectura de las tumbas de los funcionarios del gobierno de aquella época.
La zona en la que está trabajando el equipo del Proyecto de Conservación del Sur de Asasif y donde se descubrió la tumba de Badi-Bastet (Foto: South Asasif Conservation Project)
Al estudiar sus cargos y títulos, los especialistas han observado también que Badi-Bastet era nieto de un miembro de la nobleza de nombre Babasa, cuya tumba se encuentra al Este de Asasif.
El Proyecto de Conservación del Sur de Asasif nació en el año 2006. Por aquel entonces ya se descubrieron dos tumbas Kushitas, las de Karakahamun y Karabasken, y además la antigua tumba Saíta de Irtieru. Estas tumbas aún no se habían restaurado ni limpiado hasta que se inició el nuevo y más reciente proyecto en curso.
En una tumba de una época muy anterior y de otra región, la de Senebkay de la Dinastía XIII (siglo XVII a. C.), en Abydos, se descubrieron objetos procedentes de tumbas más antiguas. La tumba de Senebkay concretamente, se encontraba cerca de la tumba de un faraón del siglo XVIII a. C., Sobekhotep. El descubrimiento de ajuares funerarios reciclados es indicio de que la economía de la dinastía de Abydos, como se la denomina, era comparativamente débil, lo que podemos leer en un artículo del IBTimes del año 2014. La tumba de Senebkay en Abydos fue la primera de su dinastía en ser descubierta, razón por la cual se dio a esta dinastía el nombre de Dinastía de Abydos.
La arqueóloga Kathlyn Cooney escribió un artículo en el sitio web del American Research Center (Centro Americano de Investigación) de Egipto, en el que afirma que al examinar los sarcófagos y ataúdes de la Dinastía XXI se observó que la mitad de ellos habían sido reutilizados. En el artículo podemos también leer que aunque algunos egiptólogos puedan considerar la reutilización de ataúdes como una práctica excepcional e inmoral, la investigación llevada a cabo por Cooney demuestra que fue algo común en ese período.
“Sospecho que existían hechizos y rituales mágicos cuya finalidad era preservar la paz del difunto antes y después de ser retirado de su ataúd, aunque los egipcios no nos han dejado rastro alguno de información que lo corrobore,” afirma Cooney.
Imagen de portada: Relieve en el que podemos ver a Badi-Bastet realizando una ofrenda de flores de loto. (Ahram Online photo)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.