La necrópolis de La Lentejuela Teba, cerca de Málaga, en el sur de España, cautivó a historiadores y arqueólogos cuando se descubrió por primera vez en 2005. Este antiguo lugar de entierro, que data del año 4000 a. C., se reutilizó más tarde en la Edad del Bronce entre el 2200 a. C.
Desde que se desenterró por primera vez, 13 estructuras de piedra y más de 100 tumbas han revelado una gran cantidad de artefactos, que incluyen cerámica, joyas y herramientas, que brindan información valiosa sobre las prácticas funerarias y la vida cotidiana de sus habitantes.
Pero ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA) ha estado trabajando para averiguar más sobre dos dólmenes megalíticos de la Edad del Bronce descubiertos en el mismo yacimiento. Habiendo sido construido originalmente hace más de 6,000 años, el par de antiguos portales funerarios fueron reconstruidos en la Edad del Bronce y utilizados para consagrar los cuerpos de las élites sociales.
Arqueólogos excavando los dólmenes de la Edad del Bronce en La Lentejuela Teba, cerca de Málaga, en el sur de España. (Universidad de Cádiz)
Un reportaje de Málaga Hoya explica que uno de los dólmenes fue explorado en la segunda campaña de excavaciones arqueológicas, en el marco del proyecto general de investigación “Monumentalidad, tiempo y sociedad. El fenómeno megalítico en la necrópolis de La Lentejuela”. Sin embargo, antes de comenzar esta historia, veamos primero la palabra “dolmen”.
Un dolmen es un tipo de tumba megalítica o monumento funerario construido durante el Neolítico y la Edad del Bronce. Se encuentran en Europa, Asia, África y Oriente Medio y son algunas de las estructuras arquitectónicas más antiguas construidas por las sociedades humanas. Compuesto comúnmente con una serie de grandes piedras verticales alineadas verticalmente, que sostienen una piedra angular horizontal, un dolmen se asemeja a una mesa. Los dólmenes a menudo se describen como portales.
Los dólmenes se utilizaban para almacenar o consagrar los restos de los difuntos, que eran enterrados ritualmente y acompañados de ajuares funerarios que incluían cerámica, herramientas y ornamentos. Sin embargo, después de haber estado expuestos al medio ambiente y los arados durante miles de años, en la actualidad los dólmenes suelen aparecer como túmulos de hierba o montículos de tierra.
Los investigadores han concluido que los dólmenes descubiertos en la necrópolis de La Lentejuela Teba, en el sur de España, se construyeron originalmente hace más de 6.000 años y luego se reconstruyeron en el Bronce. (Universidad de Cádiz)
Según un artículo publicado en Now Archaeology, el profesor Serafín Becerra de la UCA, quien dirigió la excavación, dijo que el equipo de investigadores utilizó “fotografía aérea con drones, fotogrametría, escaneo digital 3D, GNSS diferencial, topografía precisa empleando estaciones totales y otras tecnologías modernas”. para registrar cada estructura en la necrópolis de La Lentejuela Teba.”
Conocida como Estructura Funeraria 1, el profesor de Prehistoria de la UCA, Eduardo Vijande, dijo que los investigadores “se enfrentaron a un dolmen de corredor con ciertas compartimentaciones”. Explicó que la estructura funeraria presenta “un corredor inclinado (de forma curva) que da acceso a una antecámara, diferenciada del corredor por la presencia de dos ortostatos verticales (piedras montadas de pie) a modo de jambas”. Finalmente, la “cámara funeraria [estaba] separada de la antecámara por otras dos estelas empinadas”, agregó Vijande.
El profesor Becerra concluyó que la datación preliminar indicaba que la Estructura 1 se construyó a fines del cuarto milenio antes de Cristo. Sin embargo, el dolmen recién explorado resucitó durante la Edad del Bronce, durante el tercer milenio a. C., momento en el que las élites sociales fueron enterradas en su interior.
El yacimiento de dólmenes de Antequera en Málaga representa el ejemplo más emblemático de un yacimiento de dólmenes de la Edad del Bronce en España. (Carolina / Adobe Stock)
El profesor Becerra dijo que la cultura de la Edad del Bronce construía pequeños espacios dentro del dolmen, en los que enterraban a los difuntos individualmente, o con no más de dos personas. Los lugares de enterramiento de los dólmenes estaban reservados para personas de importancia social. Debido a que su construcción implicó un esfuerzo considerable, esto destacó la importancia, el poder y los recursos de los difuntos a los ojos de sus contemporáneos.
La distribución de los dólmenes en España varía, con concentraciones notables en las regiones de Andalucía, Extremadura y Galicia. Hay más de 1.300 dólmenes conocidos solo en Andalucía, mientras que el Sitio de Dólmenes de Antequera en la provincia andaluza de Málaga, compuesto por tres grandes dólmenes (Menga, Viera y El Romeral), representa el ejemplo más emblemático de un sitio de dólmenes de la Edad del Bronce en España.
El estudio de los dólmenes funerarios de la Edad del Bronce en España continúa revelando detalles sobre las complejidades de las antiguas sociedades que habitaron la Península Ibérica hace miles de años. Todos estos monumentos perdurables susurran secretos relacionados con la riqueza cultural y los profundos rituales posteriores a la muerte que practicaban nuestros antepasados lejanos.
Imagen de Portada: Arqueólogos trabajando en la excavación de los dólmenes de la Edad del Bronce en la necrópolis de La Lentejuela Teba, en el sur de España. Fuente: Universidad de Cádiz
Autor Ashley Cowie