Una nueva exposición del Museo Nacional de Escocia nos muestra una colección poco conocida de hojas de hacha de jade de la Edad de Piedra. La mayor parte de ellas fueron traídas a Escocia hacia el 4000 a. C. En aquella época su antigüedad era ya de al menos 100 años.
Esta exposición, inaugurada el pasado 20 de mayo, incluye una colección de hachas de jade creadas hace más de 6.000 años. Estas piezas fueron manufacturadas en los Alpes italianos, lejos de Escocia. Años más tarde fueron traídas a Escocia por grupos de colonos agricultores procedentes del norte de Francia. La historia de estas hachas ha sido descubierta por un grupo de investigadores (principalmente franceses) que está trabajando en el “Proyecto Jade” del Museo Nacional de Escocia.
La Dra. Alison Sheridan, comisaria principal de Prehistoria antigua del Departamento de Historia y Arqueología Escocesas del Museo Nacional de Escocia, ha afirmado que el museo espera “inspirar y fascinar” a la gente de hoy en día con la singular historia de las “extraordinarias hachas de jade.”
Hoja de hacha de jade hallada en Greenlaw (Escocia). (Museo Nacional de Escocia)
Estas antiguas hachas de jade están pulimentadas, y fabricar una sin duda requería muchas horas de trabajo. Probablemente se utilizaran como objetos rituales o ceremoniales. No obstante, estas piezas también fueron importantes para la expansión de la civilización. Las hachas de piedra pulimentada transformaron la sociedad tras la Edad del Hielo. Esta nueva tecnología permitió a las gentes de la época despejar el terreno en zonas boscosas y plantar cultivos de forma más eficaz que nunca hasta entonces. Sin embargo, es improbable que se emplearan hachas de jade para cortar grandes cantidades de madera.
De hecho, los investigadores argumentan que estas hachas constituían símbolos de poder, una lujosa ostentación de la posición social y el prestigio de su poseedor. En Gran Bretaña no se encuentra jade, por lo que la materia prima para fabricarlas procede de Italia, principalmente del Monte Viso, al sudoeste de Turín, y del Monte Beigua, cercano a Génova.
Aparte de la jadeíta, también se han descubierto en estas localizaciones de Italia otros minerales, como onfacita, nefrita y eclogita. Durante muchas décadas, los arqueólogos han utilizado el término “jade” para referirse a todos ellos. Estas hachas se fabricaron en zonas de alta montaña. Sus artífices debieron alcanzar cotas superiores a los 2.000 metros en los Alpes italianos.
Bloque de jadeíta en bruto en el valle de Oncino, con el monte Viso al fondo. (Proyecto Jade)
Según los investigadores, las gentes que vivían en esta región en el período Neolítico asociaban las montañas con el reino de los dioses. Los pueblos del Neolítico probablemente también creyeran que los fragmentos de minerales extraídos de las montañas poseían misteriosos poderes protectores y curativos.
También se pueden contemplar hachas de jade en las colecciones de otros museos. Según Gillian Varndell, comisaria del Museo Británico (que alberga la hoja de un hacha de jade descubierta en Canterbury):
El hacha ha sido durante miles de años un símbolo poderoso en muchas regiones del mundo. Encierra diferentes significados para las diferentes sociedades. Para los primeros agricultores, el hacha para el trabajo cotidiano era una herramienta esencial para despejar el terreno y cultivar. No obstante, objetos como el hacha de jade de Canterbury no se empleaban para labores agrícolas: eran símbolos de poder. Su posesión era sin lugar a dudas privilegio de unos pocos. El color verdoso del jade podría en sí mismo haber tenido su significado, ya que se han encontrado copias fabricadas con piedras verdosas halladas en la zona. Se han encontrado más de cien hojas de hachas de jade en Gran Bretaña e Irlanda. La mayor parte de estos hallazgos fueron casuales y aislados, de modo que no siguen patrón alguno.
Hacha de jade, Canterbury, Kent, Inglaterra, Neolítico (4000 a. C. – 2000 a. C.) (Public Domain)
Hasta la fecha se han encontrado en Europa más de 1.600 hojas de hachas de buen tamaño hechas de jadeíta, onfacita, nefrita y eclogita. Las excavaciones realizadas hasta ahora en Irlanda sugieren que no eran objetos demasiado populares en la isla. Solo cuatro de las más de 21.000 hachas de piedra halladas en Irlanda fueron fabricadas con jadeíta.
Los arqueólogos empezaron a analizar hojas de hachas de jade por primera vez en los años 40. Por aquel entonces se examinaron las hachas de piedra de los Museos del Sudoeste. En los años 60 y 70, unos pocos investigadores intentaron desentrañar los secretos de las hachas de jade, aunque los verdaderos progresos a la hora de descubrir el origen de estas piezas llegaron gracias a Pierre y Anne-Marie Pétrequin, directores del equipo conocido como Proyecto Jade.
Estos investigadores franceses adoptaron una visión de conjunto a nivel europeo para su estudio de estas hachas, localizando finalmente su origen en las regiones de alta montaña del norte de Italia. En el monte Viso descubrieron canteras que se remontaban al 5200 a. C. Cuando los nuevos colonos trajeron a Gran Bretaña sus hachas de jade, se empezaron a producir copias en fibrolita, mineral que sí se encuentra en la isla. En Irlanda se fabricaron asimismo copias de este tipo con minerales disponibles en la isla.
Los rituales y ceremonias vinculados a las hachas de jade se desconocen por ahora. El equipo de investigadores espera que nuevos estudios aporten más información sobre este punto.
Fragmento de una antigua hoja de hacha de jade quebrada intencionadamente y descubierta cerca del Castillo de Douglas, South Lanarkshire (Escocia). El corte rectilíneo realizado en su base se debe a la extracción de una lámina para su estudio petrológico en los años 60. (Museo Nacional de Escocia)
Imagen de portada: Hoja de hacha de jadeíta datada en la Edad de Piedra. Fotografía: Proyecto Jade
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.