Seis antiguas tumbas egipcias pertenecientes a miembros de la élite de la XXVI dinastía del Período Faraónico Tardío han sido excavadas por un equipo arqueológico egipcio. El Ministro de Antigüedades egipcio informa de que las tumbas fueron saqueadas durante los disturbios del 2011, pero que aun así se han descubierto un buen número de hallazgos impresionantes.
Los arqueólogos desenterraron algunos sarcófagos con momias intactas, estatuas del dios con cabeza de halcón Horus y sus cuatro hijos y amuletos de diferentes colores, formas y tamaños, informa AhramOnline. Los investigadores aún no saben quiénes eran estos personajes de la XXVI dinastía, aunque se cree que pueden tratarse de figuras importantes de la sociedad egipcia de la época.
Estatua de loza de uno de los hijos de Horus hallada en una de las tumbas (foto del Ministerio de Antigüedades egipcio)
El yacimiento se encuentra en un cementerio o necrópolis cercano al río Nilo en la ribera occidental de Asuán, cerca del mausoleo de Aga Khan. Con anterioridad sólo se habían excavado en la zona tumbas de las dinastías del período temprano o medio, así que esta es la primera tumba perteneciente a la XXVI dinastía que se ha descubierto hasta ahora en la región.
Una página web sobre historia antigua describe la XXVI dinastía como un renacimiento, que llegó después de que los conquistadores Asirios se marcharan y los gobernantes egipcios se autoproclamaran reyes de nuevo. El primero de los reyes Saítas, como eran conocidos los faraones de la XXVI dinastía, fue Psamético I.
Psamético unificó Egipto, inauguró una era de gran prosperidad y fue lo suficientemente inteligente como para dar a los Asirios la impresión de que aún estaba a su servicio,” afirma Livius.org.
Las tumbas son de la última franja del período Tardío, una poderosa dinastía que gobernó desde el 664 a. C. hasta el 332 a. C., declara Mamdouh Eldamaty, ministro egipcio de Antigüedades.
Los historiadores aseguran que la prosperidad de la época es evidente en los muchos templos que se construyeron por aquel entonces y en el esmero y la precisión con que reprodujeron antiguas obras de arte y textos literarios. Además, los arqueólogos han descubierto que el número de contratos escritos en papiro a partir de esa época empezó a incrementarse.
“Con esta colección de tumbas, la antigua necróplis egipcia de Asuán está completa,” afirmó Mamdouh Eldamaty, ministro de Antigüedades. También explicó que se descubrieron sarcófagos de madera y piedra caliza con momias en su interior. Las estatuas de los hijos de Horus estaban hechas de loza y las estatuillas del propio Horus, de madera. La loza es cerámica sometida a un proceso de vidriado en el que se utiliza un esmalte a base de estaño.
Estatuilla de madera de Horus, el dios con cabeza de halcón hijo de Osiris, considerado como dios salvador por muchos en el antiguo Egipto (foto del Ministerio de Antigüedades egipcio)
Un tramo de escalera de 30 peldaños conduce a las tumbas subterráneas, que cuentan con tres o cuatro cámaras, según declaró Nasr Salama, director de Antigüedades de Asuán.
Salama afirmó que las tumbas no estaban decoradas, pero otro funcionario, Mostafa Khalil, dijo que sin embargo sí que estaban grabadas. También explicó que se llevaron a cabo excavaciones ilegales durante la rebelión de principios del 2011.
Una escalera de 30 peldaños conduce al subterráneo en el que se encuentran las tumbas, cerca de Asuán, a orillas del río Nilo (Foto del Ministerio de Antigüedades egipcio)
Los reyes Saítas empleaban mercenarios griegos y carios contra sus enemigos. Conquistarón Kush (Sudán) y parte de Palestina y Judea. Construyeron una armada y la dotaron de un almirantazgo. Los babilonios expulsaron a los egipcios de Asia, provocando que algunos judíos que preferían Egipto a Babilonia buscaran refugio en el país del Nilo. El rey Saíta Amasis conquistó Chipre y formó una alianza naval con Polícrates, tirano de Samos. En el año 525 a. C. los persas conquistaron Egipto. Uno de los factores determinantes para la victoria persa sobre los egipcios fue que estos no disponían de hierro, siendo sus mejores armas de bronce, según se afirma en Livius.org.
Imagen de portada: Un sarcófago de piedra caliza perteneciente a un personaje desconocido ha sido desenterrado cerca de Asuán. Las momias de algunos de los sarcófagos del yacimiento están intactas. (Foto del Ministerio de Antigüedades egipcio)
Autor: Mark Miller
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.