Sumergidas a más de un metro de profundidad, en un hoyo lleno de fango y un tanto inundado. Así estaban las distintas piezas pertenecientes a dos grandes estatuas de la época ramésida que han sido recuperadas por una misión arqueológica germano-egipcia en Matariya, un suburbio de El Cairo, hace algunas horas.
Según se indica desde el diario español ABC, tras ser limpiados de barro, los «cartuchos» de una de ellas, de 80 centímetros de altura y tallada en piedra caliza, han permitido que fuera identificada como el rostro de una estatua de Seti II, faraón de la Dinastía XIX. Por otro lado, la segunda escultura es un coloso de unos 8 metros de altura, tallado en cuarcita y descuartizado en diferentes piezas de gran tamaño. Según ha explicado Ayman Ashmawi, responsable egipcio de la misión, representaría al faraón Ramsés II, aunque todavía no se hayan encontrado inscripciones que así lo confirmen.
Tal y como se ha comunicado desde el canal español de televisión Antena 3, el descubrimiento ha sido calificado por el Ministerio de Antigüedades de Egipto como uno de los más importantes de la historia. Un hecho que se ha producido cerca de las ruinas del templo de Ramsés II de la antigua ciudad de Heliópolis.
Los expertos egipcios descubren el coloso que parece representar al faraón Ramsés II. (Fotografía: Antena 3/EFE)
El faraón Ramsés II, también conocido como Ramsés el Grande, fue el tercer rey de la Dinastía XIX y ocupó el trono entre los años 1279 y 1213 antes de Cristo. Lideró varias campañas militares y extendió el imperio egipcio desde Siria, por el este, hasta Nubia (actual Sudán), por el sur.
"Hallamos el busto de la estatua y la parte inferior de la cabeza, y ahora retiramos la cabeza y hallamos la corona, la oreja derecha y un fragmento del ojo derecho", ha explicado el Ministro de Antigüedades Khaled al-Anani, en declaraciones recogidas por Antena 3.
El gran tamaño de las piezas descubiertas, así como la belleza y riqueza de sus inscripciones, apuntan a un importantísimo descubrimiento que realza la grandeza y magnitud del templo en su época original. El templo del Sol de Heliópolis era uno de los templos más grandes de Egipto, con casi el doble de tamaño que el de Karnak, en Luxor.
La expedición tuvo que hacer uso de excavadoras para poder extraer las estatuas del fango. (Fotografía: Antena 3/EFE)
Sin embargo, el complejo de Templos Solares de Heliópolis quedó destruido hacia la época Helenística, y muchas de sus estatuas y materiales de construcción fueron enviados a Alejandría —e incluso a Europa — o reutilizados en la construcción del casco antiguo de El Cairo durante la época islámica.
Según Dietrich Raue, jefe del equipo alemán, los antiguos egipcios creían que Heliópolis era el lugar donde vivía el dios del Sol. Asimismo, Raue ha asegurado que los arqueólogos continuarán con las excavaciones en la zona para asegurarse de que no queden piezas aún sumergidas bajo el fango.
Los expertos intentarán extraer las piezas restantes de ambas estatuas para su restauración. Si tienen éxito y se confirma finalmente que el coloso representa a Ramsés II, la estatua se colocará a la entrada del nuevo Gran Museo Egipcio, que está siendo construido junto a las pirámides de Guiza y que se espera sea inaugurado el próximo año 2018.
Los arqueólogos continuarán con las excavaciones en la zona para asegurarse de que no queden piezas aún sumergidas bajo el fango. (Fotografía: ABC)
Ramsés II construyó numerosos templos y edificios conmemorando su figura. El mayor y más importante de todos lo erigió en Tebas (ahora área de Luxor, cerca del Valle de los Reyes) y fue descubierto por Champollion: el Ramesseum, con dos patios y más de 40 columnas o pilonos. Aunque quizá el más imponente sea el de Abu Simbel, que ordenó edificar para afianzar su presencia en Nubia.
Imagen de portada: Parte del torso de una de las estatuas recuperadas del fango. (Fotografía: ABC)
Autor: Mariló T. A.