El descubrimiento de una tumba de la Edad del Bronce Media en la antigua ciudad cananea de Megiddo nos ofrece una fascinante perspectiva de cómo era la vida para los ricos y poderosos de Canaán antes de que el ejército de Tutmosis derrocara a sus líderes a principios del siglo XV a. C. Los investigadores esperan especialmente poder aprender más sobre los orígenes de la clase dominante de la época en la región.
Megido es la más famosa de al menos tres importantes batallas libradas en su suelo: en el siglo XV a. C. cuando Tutmosis III luchó contra una enorme coalición de cananeos comandada por el jefe de Megido y la ciudad de Kadesh, en el 609 a. C. cuando el faraón Necao II luchó contra el rey Josías del reino de Judá, y en 1918 cuando las tropas aliadas se enfrentaron aquí al ejército otomano.
‘La batalla de Megido, 609 a. C.’ (CC BY SA 3.0)
Los arqueólogos llevan más de un siglo intentando desvelar los secretos de Megido, la ciudad a la que los antiguos griegos llamaban Armagedón. Las excavaciones han revelado la presencia en el lugar de numerosos edificios monumentales: palacios, templos y antiguas murallas, así como de una amplia gama de objetos de las edades del bronce y del hierro (aproximadamente entre los años 3300 a. C. y 586 a. C.).
National Geographic informa de que los arqueólogos se han topado recientemente con un nuevo hallazgo de interés – una rica e intacta tumba de hace 3.600 años. El descubrimiento se hizo cuando se observaron grietas cerca de la superficie de unos palacios de la Edad del Bronce identificados en la década de 1930. Parece que la tierra se había estado vertiendo en una cámara desconocida que se encontraba por debajo. Cuando el equipo comenzó a explorar este interesante descubrimiento en el 2016, los arqueólogos hallaron un corredor que conducía a una cámara funeraria.
Megido, o Tel Megido, es el emplazamiento de una antigua ciudad del valle de Jezreel, situado en el norte de Israel. (CC BY SA 2.0)
Cuando miraron dentro, los investigadores se maravillaron al encontrar los restos intactos de una mujer de treinta y tantos años, un hombre que murió en algún momento entre las edades de 40 y 60, y un niño de ocho a diez años de edad. Los tres fueron enterrados con joyas bien confeccionadas hechas de oro, plata y bronce, entre las que había una diadema, anillos, broches, brazaletes, ajorcas y prendedores.
La tumba fue cavada para miembros de la élite de la sociedad de Megido en la Edad del Bronce Media. Israel Finkelstein comentaba para National Geographic cómo los investigadores llegaron a esta conclusión: “Estamos hablando de un entierro familiar de la élite por la monumentalidad de la estructura, los ricos hallazgos y por el hecho de que la tumba está situada muy cerca del palacio real."
Las joyas de oro que adornaban la tumba del hombre adulto incluyen (empezando por arriba) una diadema, un brazalete y un collar o torque. (Peter Lanyi, Museo de Israel, Jerusalén)
Pero la rica sepultura no sólo da testimonio de la riqueza de la familia enterrada en su interior; también indica que Megido era un asentamiento rico y cosmopolita en la Edad del Bronce Media. Vasijas cerámicas procedentes de Chipre y jarras de piedra que podrían tener un origen egipcio promueven la idea del comercio entre Megido y estos lugares.
Maqueta del posible aspecto de Megido en el 1457 a. C. (foto de 1978). (Dominio público )
Cuando la tumba fue explorada más a fondo se descubrió que los restos de otras personas habían sido trasladados a zonas más profundas de la cámara funeraria. Melissa Cradic, experta en antiguos rituales funerarios de la región y miembro del equipo encargado de las excavaciones, explicaba a National Geographic que hubo dos fases de entierros en la tumba. Seis personas fueron enterradas en un principio en la misma época, pero más tarde sus huesos fueron depositados desordenadamente en la parte posterior de la tumba cuando tres individuos más fueron enterrados en la parte delantera de la cámara funeraria.
Parece que existía un vínculo entre los nueve individuos enterrados dentro de la tumba, como indica la continuidad del tipo de joyas utilizadas por todos ellos y el hecho de que fueron depositados en la misma cámara. El análisis físico de los huesos también sugiere que podría haber un vínculo genético entre las personas enterradas en ambas fases, y varias de ellas podrían haber sufrido algún trastorno genético de huesos o de sangre.
Restos de dos de los tres individuos enterrados en la sepultura de una rica familia cananea tal y como fueron descubiertos por los arqueólogos. (Adam Prins y Robert Homsher)
Sin embargo, Cradic afirma que el hombre, la mujer y el niño depositados con posterioridad para su descanso final probablemente ostentaran un papel más importante en su sociedad que sus predecesores: “Sin embargo, los tres posteriores fueron probablemente de una importancia especial en base a la elevada cantidad y la excepcional riqueza de su ajuar funerario, así como al hecho de que sus cuerpos no fueran manipulados después del entierro.”
Pero uno de los aspectos más interesantes del descubrimiento aún está por desvelar: en la actualidad se está llevando a cabo un análisis de ADN para tratar de comprobar si existe alguna conexión entre el enterramiento de la élite, o posiblemente de la realeza, descubierto cerca del palacio, y los individuos enterrados en otras tumbas más modestas del asentamiento.
La razón por la que los investigadores desean explorar este aspecto es que antiguos documentos sugieren que la élite de Megido, tras la conquista de la ciudad por parte de Egipto, podría haber sido de origen hurrita, no cananeo. En concreto, antiguas cartas diplomáticas revelan que un gobernante de Megido del siglo XIV a. C. tenía el nombre hurrita de Birydia – lo que podría significar que los hurritas tenían cierto control sobre las ciudades-estado cananeas por aquel entonces.
Carta de Biridiya de Megido al rey de Egipto. El texto habla de la cosecha realizada por trabajadores forzosos en la ciudad de Nuribta. (Rama/ CC BY SA 2.0)
Finkelstein espera que el análisis de ADN revele nuevos datos, tal y como señalaba en National Geographic: “Estos estudios tienen el potencial de revolucionar lo que sabemos sobre la población de Canaán antes del surgimiento del mundo de la Biblia”.
Imagen de portada: Los arqueólogos quedaron asombrados al descubrir la tumba, repleta de ofrendas funerarias y restos humanos —intactos desde hace 3.600 años. Fuente: Robert S. Homsher
Autor: Alicia McDermott
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.