Un Asiriólogo del University College de Londres (UCL) ha descubierto que una tablilla de arcilla robada con un antiguo texto cuneiforme grabado sobre su superficie y recientemente adquirida por un museo iraquí, contiene 20 líneas desconocidas hasta ahora de la saga de Gilgamesh, el más antiguo poema épico conocido, ampliamente considerado como la primera gran obra de la literatura mundial. El descubrimiento aporta nuevos detalles sobre la historia de Gilgamesh, rey de Uruk, y Enkidu, un hombre salvaje creado por los dioses para liberar a Gilgamesh de su arrogancia, mientras se dirigen al Bosque de los Cedros, hogar de los dioses, para derrotar al monstruoso gigante Humbaba.
Live Science informa de que la tablilla, que mide 11 cm x 9,5 cm, fue comprada en el año 2011 por el Museo de Sulaymaniayh, situado en la localidad iraquí del mismo nombre, a un conocido traficante de antigüedades mesopotámicas. Aunque la decisión ha sido polémica, por considerarse que fomenta el mercado negro de hallazgos arqueológicos, el museo ha argumentado que es la única forma de recuperar algunos de los valiosos objetos que han sido robados en los saqueos a los lugares históricos de Iraq.
Aunque la procedencia exacta de la tablilla se desconoce, el estilo de la escritura utilizada y las circunstancias de su adquisición llevan a los expertos a creer que fue desenterrada en un yacimiento babilónico y que puede remontarse a la época del período Paleobabilónico (2003 a. C. – 1595 a. C.)
Cuando el texto fue traducido por Farouk Al-Rawi, profesor del Departamento de Lenguajes y Culturas del Próximo y Medio Oriente del UCL, con la ayuda de Andrew George, decano adjunto de lenguajes y cultura del UCL, ambos descubrieron enseguida que añadía nuevos y fascinantes detalles a la quinta tablilla de la Saga de Gilgamesh.
Relieve de Gilgamesh con una posible representación de Enkidu, del palacio de Sargón II en Dur Sharrukin (la actual Khorsabad, cerca de Mosul), 713 a. C. – 706 a. C. (Wikipedia)
El Bosque de los Cedros es el glorioso reino de los dioses en la mitología Mesopotámica, descrito en las Tablillas 4 a la 6 de la Saga de Gilgamesh. El bosque, custodiado por el semidiós Humbaba, estaba considerado por lo general un lugar tranquilo que invitaba a la reflexión. Sin embargo, el nuevo pasaje de la Tablilla 5 traducido por Al-Rawi ofrece una perspectiva completamente diferente.
“Quizás más sorprendente aún es la revelación de que el Bosque de los Cedros era en la imaginación literaria babilónica, una densa jungla habitada por exótica y ruidosa fauna. El parloteo de los monos, el canto de la cigarra y el graznido de numerosas especies de aves componían una sinfonía (o cacofonía) que servía de entretenimiento diariamente al guardián del bosque, Humbaba,” escriben Al-Rawi y George en su artículo ‘Volviendo al Bosque de los Cedros: El Principio y el Fin de la Tablilla V de la Versión Oficial de la Saga Babilónica de Gilgamesh’. “Humbaba es retratado no solo como un ogro bárbaro, sino también como un rey extranjero que se deleitaba con la música de su corte a la manera de los reyes babilónicos. Pero su música era de un estilo más exótico, y también era interpretada por una orquesta de músicos igualmente exótica.”
En el texto recién traducido podemos leer:
17 [Por] todo el bosque un pájaro empezó a cantar:
18 [...] se contestaban unos a otros, un continuo estruendo era su coro,
19 [Un solitario (?)] grillo en su árbol inició un bullicioso canto,
20 […] estaban cantando una canción, cada vez más alto.
21 Una paloma se lamentaba, una tórtola respondía llamándola.
22 [A la llamada de] la cigüeña, el bosque se regocija,
23 [al clamor del] francolín, el bosque se regocija infinitamente.
24 [Las madres de los monos] cantan sonoramente, un joven mono chilla:
25 [como una banda(?)] de músicos y tambores(?),
26 diariamente entonan su ritmo en presencia de Humbaba.
Del texto recientemente traducido por Al-Rawi y George.
Los primeros traductores de la Saga dieron por hecho que la expresión “Bosque de los Cedros” se refería a Cedros del Líbano. En la foto, un bosque de cedros en el Líbano (Wikipedia)
Los versos recién descubiertos también revelan nuevos detalles sobre el conflicto interno experimentado por Enkidu al dar muerte junto con Gilgamesh a Humbaba, guardián del Bosque de los Cedros y amigo de la infancia de Enkidu.
Tras acabar con Humbaba y arrasar el Bosque de los Cedros, talando los troncos de sus árboles y quebrando sus ramas, Enkidu siente remordimientos por sus actos.
“Su reacción posterior a esta destrucción está salpicada con un punto de conciencia de culpa,” escriben Al-Rawi y George en su artículo. “La ansiedad por haber ofendido a los dioses parece combinarse a ojos del lector moderno con un arrepentimiento ecológico… Este discurso recién recuperado de Enkidu se añade a la impresión de que, en las mentes de los poetas, la destrucción de Humbaba y su bosque era algo moralmente reprobable.”
302 [Enkidu] abrió su boca para hablar, diciendo a Gilgameš:
303 “[Amigo mío,] hemos convertido el bosque [en] un erial,
304 [¿cómo] responderemos a Enlil en Nippur?
305 ‘[En] tu fuerza diste muerte al guardián,
306 ¿por qué esta cólera que te llevó a arrasar el bosque?’ ”
Del texto recientemente traducido por Al-Rawi y George.
Gilgamesh y Enkidu dan muerte al Toro Celestial. Bajorrelieve Neo-Asirio, siglos VIII a. C. – VII a. C. (Flickr)
La traducción del pasaje recién descubierto revela que, incluso miles de años después de haber sido grabado en las tablillas, el poema épico de Gilgamesh aún nos ofrece nuevos y excitantes descubrimientos.
La tablilla y su traducción se encuentran actualmente expuestos en el Museo de Sulaymaniyah de Iraq.
Imagen de portada: Esta tablilla de arcilla está grabada con parte de la Saga de Gilgamesh. Fue robada con toda probabilidad de un lugar histórico antes de ser vendida a un museo iraquí. Foto: Farouk Al-Rawi.
Autor: April Holloway
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.