El pie izquierdo de esta monumental estatua forma parte de toda una serie de recientes descubrimientos que demuestra que Hazor era una de las ciudades más importantes de la región en el pasado, y que encabezaba en su época una alianza de ciudades-estado cananeas.
Un equipo de arqueólogos que está realizando excavaciones en Tell el-Qudah (la Hazor bíblica), al norte del mar de Galilea, ha llevado a cabo este histórico hallazgo durante la presente temporada de excavaciones. Hazor es descrita en la Biblia como una poderosa ciudad que encabezaba una federación de ciudades-estado cananeas (Josué 11,10), y el reciente descubrimiento podría probar que el Antiguo Testamento está en lo cierto.
Los arqueólogos han desenterrado un gran fragmento de una estatua egipcia de piedra caliza que mide 45 x 40 centímetros. Solo ha llegado hasta nosotros la parte inferior de la estatua, que representa el pie izquierdo de una figura masculina, apoyado sobre una base cuadrada sobre la cual aparecen grabadas unas pocas líneas en escritura jeroglífica.
Los arqueólogos estiman que la estatua entera alcanzaría el tamaño de un hombre de buena estatura. De momento únicamente se ha llevado a cabo una lectura provisional de las inscripciones, por lo que el cargo y el nombre del funcionario egipcio a quien se dedicó la estatua aún no se conocen con certeza.
La estatua fue emplazada originalmente en la tumba del funcionario o en un templo –con toda probabilidad un templo consagrado al dios egipcio Ptah– y la mayoría de los textos inscritos en la base de la estatua incluyen palabras de alabanza para este alto funcionario, que podría habría servido y muy probablemente cumplido su deber en la región de Menfis, el centro de culto principal del dios Ptah. En el texto también se incluye la fórmula funeraria egipcia acostumbrada, que asegura al difunto un flujo eterno de ofrendas.
Esta estatua, descubierta este año, y el fragmento de una esfinge del faraón egipcio Micerinos (que reinó en el siglo XXV a. C.) descubierto por el equipo de investigadores en este mismo yacimiento hace tres años, son las únicas estatuas egipcias monumentales halladas hasta ahora en contextos del segundo milenio a. C. en todo el Próximo Oriente.
El descubrimiento de estas dos estatuas en el mismo edificio, que está siendo excavado en la actualidad por el equipo de investigación, revela la crucial importancia de esta estructura (probablemente palacio y centro administrativo del rey del la ciudad), así como de la ciudad de Hazor en su conjunto.
Según el profesor Amnon Ben-Tor del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que lleva más de 27 años dirigiendo las excavaciones de Tel-Hazor, Hazor es el yacimiento arqueológico más importante de la época bíblica. Shlomit Bechar, estudiante de doctorado del Instituto de Arqueología que lleva ya una década colaborando en Hazor, es co-director de estas excavaciones y dirige los trabajos en el área principal de las mismas.
Los tres voluntarios que descubrieron la estatua, de izquierda a derecha: Valentín Sama-Rojo (España), Bryan Kovach (Estados Unidos) y Elanji Swart (Sudáfrica). (Fotografía: Shlomit Bechar)
En el transcurso de cerca de 30 años de excavaciones, se han descubierto en Hazor fragmentos de 18 estatuas egipcias diferentes, tanto reales como privadas, dedicadas a reyes y altos cargos egipcios, incluidas las de dos esfinges. La mayoría de estas estatuas se encontraron en capas datadas en finales de la Edad del Bronce (siglos XV a. C. – XIII a. C.), correspondientes al Imperio Nuevo en Egipto. Se trata de la mayor cantidad de estatuas egipcias descubiertas hasta ahora en un yacimiento israelí, aunque no tenemos constancia de que Hazor fuese uno de los bastiones egipcios del sur de Canaán ni de la presencia de un funcionario egipcio en Hazor a finales de la Edad del Bronce.
Resulta curioso el hecho de que la mayoría de las estatuas egipcias halladas en Hazor hasta la fecha datan del “Imperio Medio” (siglos XIX a. C. – XVIII a. C.), una época en la que Hazor aún no existía. Parece por tanto que estas estatuas fueron enviadas allí por algún faraón egipcio del Imperio Nuevo como obsequios oficiales al rey de Hazor, o como ofrendas para la consagración de algún templo de la ciudad (independientemente de que ya fueran “antigüedades”). Este hecho no resulta sorprendente, considerando el poder que ostentaba el rey de Hazor, el más importante del sur de Canaán por aquel entonces. La extraordinaria importancia de Hazor a lo largo de los siglos XV a. C. – XIII a. C. queda de manifiesto también en la referencia bíblica a Hazor como “la capital de todos aquellos reinos” (Josué 11,10).
Todas las estatuas que se han descubierto en el yacimiento estaban hechas pedazos, y sus fragmentos se encontraban extendidos en una zona muy amplia. Claras señales de mutilación demuestran que la mayor parte de ellas fueron destrozadas deliberadamente y con violencia, con toda probabilidad en el transcurso de la conquista final de la ciudad y su posterior destrucción en algún momento del siglo XIII a. C. La mutilación intencionada de las estatuas de reyes y dignatarios era una práctica que acompañaba a menudo las conquistas de las ciudades en épocas antiguas (I Samuel 5,1-4; Isaías 11,9), al igual que ocurre en la actualidad.
Tel Hazor, conocida también como Hazor y Tell el-Qedah, Israel (delange.org)
Las excavaciones de Hazor dieron comienzo a mediados de la década de 1950 bajo la dirección del difunto profesor Yigael Yadin. Según Yadin, la Hazor de la época de Josué ocupaba una superficie de aproximadamente 81 hectáreas, y acogería entre 20.000 y 25.000 habitantes, lo que la habría convertido en la mayor y más importante ciudad de toda la región.
El tamaño y la localización estratégica de Hazor, en la ruta que conecta Egipto y Babilonia, hacían de ella la “capital de todos aquellos reinos”, según el libro bíblico de Josué (Josué 11,10). La conquista de Hazor por los israelitas abrió el camino a las posteriores conquista y colonización de Canaán por parte de este pueblo. La ciudad fue reconstruida y fortificada por el rey Salomón, y prosperó en los días de Acab y Jeroboam II, hasta ser finalmente destruida por los asirios en el 732 a. C.
Los documentos descubiertos en Hazor y en diversos lugares de Egipto e Iraq dan testimonio de que Hazor mantenía relaciones culturales y comerciales tanto con Egipto como con Babilonia. Se han desenterrado en el yacimiento numerosas obras de arte, producidas localmente e importadas desde tierras próximas y lejanas. Hazor es en la actualidad uno de los Parques Nacionales de Israel.
Imagen de portada: Pie izquierdo de la monumental estatua egipcia de un alto funcionario del Imperio Medio de Egipto, hallada recientemente en el antiguo palacio administrativo de Hazor, al norte del Mar de Galilea, Israel. (Fotografía: Shlomit Bechar)
Autor: Sam Bostrom
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.