Un equipo de arqueólogos que está llevando a cabo excavaciones en Kaman-Kalehoyuk, en Turquía, ha descubierto pruebas del uso medicinal de semillas de beleño en la época Otomana. Estas semillas, descubiertas en un antiguo hogar para el fuego, poseen propiedades terapéuticas, pero también producen efectos narcóticos y psicotrópicos. El descubrimiento aporta la primera prueba arqueológica de antiguas prácticas de fumigación con beleño en Asia.
El beleño, cuyo nombre botánico es Hyoscyamus Niger, es una planta que forma parte de la familia de las Solanáceas, que se originaron en Eurasia pero que en la actualidad se encuentran distribuidas por todo el mundo. Todas las especies del género Hyoscyamus contienen atropina y escopolamina, particularmente concentradas en sus semillas, lo cual las hizo muy populares para el tratamiento de diversos males, así como para la preparación de ‘pociones mágicas‘ con propiedades psicotrópicas.
Beleño en flor (public domain)
Los usos medicinales del beleño datan de edades muy remotas,” afirma M. Grieve en su ‘Herbolario Moderno’. “Era bien conocido en la Antigüedad, siendo particularmente recomendado por Dioscórides (siglo I d. C.), que lo empleaba para conciliar el sueño y aliviar los dolores, y Celso, en la misma época, además de otros, lo utilizaban con el mismo propósito, interna y externamente, aunque Plinio declaró que era 'de la naturaleza del vino y por lo tanto ofensivo al entendimiento.'
En la era Otomana de Turquía, el beleño era conocido como beng o benc, y diversas fuentes históricas literarias refieren su uso con propósitos medicinales, incluyendo el tratamiento del dolor de muelas, dolor de oídos, irritaciones de los ojos y otras dolencias. Las semillas se administraban como píldoras o se quemaban para inhalar el humo que desprendían. Una fuente histórica registrada en el 1608 se refiere a una receta medicinal cuyos ingredientes eran semillas de beleño, pimienta negra y opio. Sin embargo, no existían hasta ahora pruebas arqueológicas del uso medicinal del beleño en Asia, y no estaba claro por tanto cuál era el uso medicinal que los Otomanos daban al beleño.
El estudio más reciente, publicado en el número de Agosto de la revista Antiquity, fue llevado a cabo por arqueólogos de la Universidad de Queensland en Australia y del Instituto Japonés de Arqueología Anatolia. Descubrieron una gran cantidad de semillas de beleño en un hogar para el fuego en el curso de las excavaciones realizadas en Kaman-Kalehöyük, un túmulo de la Anatolia Central que ha estado ocupado en múltiples períodos históricos.
Kaman-Kalehöyük, Turquía (Wikimedia Commons)
Kaman-Kalehöyük es un asentamiento estratificado con forma de túmulo que se localiza en la provincia de Kırşehir, unos 100 Km al sudeste de Ankara. El registro arqueológico de Kaman-Kalehöyük abarca los períodos de la Edad del Bronce, la Edad del Hierro y la época Otomana. Sin embargo, el descubrimiento de las semillas de beleño está relacionado con la fase de ocupación Otomana (siglos XV al XVII).
Se han encontrado ciento doce semillas de beleño carbonizadas en un tandır (horno de tierra ventilado) Otomano, sugiriendo su uso para fumigación con fines medicinales.
“El beleño resulta inadecuado como alimento, forraje o combustible y si a eso le añadimos la anómala proporción de semillas de beleño descubiertas…, es claro indicador de un caso de consumo deliberado de semillas de beleño en la Kaman-Kalehöyük del período Otomano,” informan los autores del estudio. Restos de estiércol de ganado sugieren su uso como combustible para quemar el beleño.
Semillas carbonizadas de beleño descubiertas en Kaman-Kalehöyük. Foto cedida por: Rohan S.H. Fenwicka y Sachihiro Omura
Fuentes históricas explican que la fumigación mediante humo de beleño se empleaba para tratar problemas dentales, en particular para el alivio del dolor de muelas:
“Uno debe no obstante ahumar la boca abierta con humo de semillas de beleño esparcidas sobre brasas, para inmediatamente a continuación enjuagarse la boca con agua tibia…; el dolor será expulsado junto con el alquitrán depositado por el humo.” Compositiones Medicamentorum (47 AD), obra de Escribonio Largo, físico del Emperador Romano Claudio (Compositiones X.54; Bernhold 1786: 41)
La alta concentración de semillas de beleño carbonizadas halladas en el hogar para el fuego de la era Otomana concuerda con las fuentes literarias que se refieren a la fumigación con beleño como tratamiento para el dolor de muelas y otros males, y aporta la primera prueba arqueológica de esta práctica en Asia.
Imagen de portada: Hombres fumando pipas, época Otomana, Turquía (Antiller / Flickr)
Autor: April Holloway
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.