La conocida como dinastía XVIII del antiguo Egipto estuvo integrada por entre catorce o quince reyes que gobernaron el territorio faraónico entre los años 1550 y 1295 antes de Cristo. Una época histórica considerada como la de mayor esplendor y expansión territorial egipcia. De hecho, esta dinastía conforma el comienzo del período que los historiadores han denominado como Imperio Nuevo.
A ella pertenecieron reyes y reinas tan conocidos como Tutmosis I, Hatshepsut, Tutmosis III, Amenofis III, Akenatón, Neferneferuatón (más conocida como Nefertiti), Tutankamón, Ay y Horemheb. Ahora, según informaciones publicadas por el diario español ABC, lo que en principio fue descartado al creerlo una pequeña fosa aneja a otros complejos funerarios en la necrópolis de Dra Abu El Naga, ha resultado albergar un pequeño tesoro al descubrirse en ella una nueva tumba y su colección funeraria, que va desde máscaras de madera con pintura dorada a media decena de sarcófagos y cientos de estatuillas.
Puerta de acceso al mausoleo recientemente descubierto y exposición de algunos de los miles de objetos recuperados. (Fotografía: ABC)
El descubrimiento fue anunciado ayer en Luxor por el Ministro de Antigüedades egipcio, Jaled el Anany, quien añadió: «Los trabajos de excavación están en pleno desarrollo para revelar los secretos de la tumba».
El equipo de arqueólogos egipcios encontró la entrada a la tumba principal, flanqueada por otros dos sepulcros adyacentes que todavía no han sido excavados, después de haber extraído más de 450 metros cúbicos de escombros, según ha explicado el director de la misión egipcia, Mustafa Waziri.
Los arqueólogos egipcios encontraron la entrada a la tumba principal, flanqueada por otros dos sepulcros adyacentes que todavía no han sido excavados, tras retirar más de 450 metros cúbicos de escombros. (Fotografía: ABC)
El complejo principal habría pertenecido a un funcionario de la Dinastía XVIII llamado Userhat. El sepulcro del funcionario, consejero y juez de la ciudad de Tebas cuenta con la típica forma de T característica de los enterramientos de antiguos nobles egipcios: una amplia cámara inicial seguida de un corredor rectangular donde, al final del estrecho pasillo, se abre otra cámara interior.
Ya en el pasillo rectangular, los expertos hallaron un sarcófago de madera en buen estado de conservación. Más adelante, en un pozo de más de 9 metros de profundidad que desemboca en dos pequeñas cámaras, ocultas tras pesadas capas de piedras, aparecieron cerca de mil pequeños «ushebtis», y junto a éstos se descubrieron además jarras, recipientes y maquetas de cerámica, así como varias máscaras de madera con pintura dorada.
Algunas fuentes cifran en torno a los 1.500 los ushebtis recuperados hasta el momento como parte del hallazgo. (Fotografía: ABC)
Por último, en la cámara interior ubicada al final del pasillo se ha encontrado lo que, según los investigadores, habría sido utilizado como una especie de almacén-escondrijo de ataúdes en épocas posteriores.
Allí se ha recuperado media decena de ataúdes, decorados con hermosas tallas coloreadas en buen estado de conservación y datados en torno a la Dinastía XXI, así como toda una «familia» de momias envueltas en lino, también bien conservadas, y una segunda colección de ushebtis realizados en diversos materiales como loza, terracota y madera.
Imagen del “almacén” localizado al final de la cámara interior con sarcófagos ornamentados con colores y en buen estado de conservación. Los sarcófagos contienen momias de la dinastía XXI envueltas en lino. (Fotografía: ABC)
La tumba, conocida provisionalmente como -157-, ha sido localizada en la necrópolis de Dra Abu El Naga, junto a la antigua capital de Tebas (ahora Luxor), cerca del Valle de los Reyes y Deir el Bahari. Una necrópolis que todavía tiene muchos descubrimientos que ofrecer, según remarcan las propias autoridades egipcias.
Imagen de portada: Fotografía de uno de los ataúdes encontrados en la tumba del antiguo Egipto recientemente descubierta, hallada completamente intacta. (Fotografía: ABC)
Autor: Mariló T. A.