En lo que los arqueólogos han llamado el “eslabón perdido de Stonehenge”, se han descubierto la primera casa ecológica y el asentamiento humano más antiguo conocido hasta ahora en el entorno del famoso monumento megalítico. Construida entre las raíces de un árbol caído de gran tamaño, esta vivienda “con sensibilidad medioambiental” está trastocando los esquemas que se tenían hasta ahora acerca de las gentes del Mesolítico, poniendo en tela de juicio la idea de que eran nómadas, y reescribiendo sin duda la historia de Gran Bretaña.
David Jacques, director de este proyecto de arqueología de la Universidad de Buckingham, dijo del descubrimiento que es “increíblemente importante.” Jacques lleva desde el año 2005 dirigiendo las excavaciones y las investigaciones del yacimiento de Blick Mead (también llamado Vespasian’s Camp, Campamento de Vespasiano).
El descubrimiento sitúa a esta antigua población en el “importante marco prehistórico del nacimiento del período Neolítico, cuando se suponía que las gentes del Mesolítico habrían sido eliminadas, y surge la pregunta de si ellos eran los antepasados de los constructores de Stonehenge,” leemos en el Belfast Telegraph.
“Este es un emplazamiento clave para saber cómo nació la civilización en Gran Bretaña,” afirma Jacques en una nota de prensa emitida por la Universidad de Buckingham.
El emblemático monumento de Stonehenge en Wiltshire, Reino Unido. (CC BY-SA 2.0)
Los investigadores han descubierto los restos de una vivienda que había sido construida entre las raíces de un gran árbol caído. Su superficie habitable se dispuso en un espacio de 9 pies (2,7 metros) de ancho existente entre las raíces del árbol.
Se ha dicho de la casa que tiene “sensibilidad medioambiental”, ya que hace uso de los elementos naturales presentes en el lugar, y no se había descubierto nada parecido en Stonehenge hasta ahora.
Las raíces de un árbol caído sirvieron de paredes para esta vivienda prehistórica. Fotografía: Universidad de Buckingham/PA
La nota de prensa describe esta vivienda:
“Nuestros ecológicos ancestros utilizaron la gigantesca base (de unos 9 metros) de un árbol de gran tamaño que se había venido abajo como paredes para su nueva casa. Estas paredes de madera y tierra fueron reforzadas con piedras, y el enorme hueco de unos tres metros que dejó el árbol al caer había sido revestido con guijarros en sus paredes interiores por estos ingeniosos constructores, que utilizaron piedras desprendidas por las raíces del árbol al caer. Parece que a continuación fue techada con pieles de animales, y disponía además de un hogar de piedra para encender el fuego bastante cerca. Otros indicios de que nuestros precursores eran ecológicos mucho antes de que nos lo pudiéramos imaginar son la presencia de cierto número de piedras de gran tamaño colocadas junto a las paredes de la vivienda, que podrían haber actuado como ‘acumuladores de calor’ – calentadas por un fuego durante el día y emplazadas cerca de donde dormía la gente, en lugar de mantener un fuego ardiendo toda la noche.”
También se habían incorporado a la construcción piedras traídas de lugares lejanos a la vivienda, disponiéndolas a su alrededor como objetos decorativos o conmemorativos.
Estos cazadores-recolectores demuestran en la construcción de su vivienda un nivel de refinamiento tecnológico que no se les suponía hasta ahora.
“Más que pensar que estas gentes construían sus viviendas con lo primero que la naturaleza les ponía por delante, una forma más exacta de plantearlo es que, se integraban increíblemente bien en el medio ambiente y poseían un conocimiento profundo y preciso de su entorno. Se adaptaban a lo que les rodeaba,” puntualiza Jacques en declaraciones a The Guardian.
Este hallazgo ofrece la posibilidad de impulsar un cambio de mentalidad: “Nos sugiere que Stonehenge posee un trasfondo histórico del que hemos encontrado un elemento que desconocíamos,” afirmó Jacques.
La vivienda, datada mediante radiocarbono entre el 4336 a. C. y el 4246 a. C. a partir de muestras obtenidas de un poste de madera, ha sido descubierta en Blick Mead, en el condado inglés de Wiltshire, a solo una milla (1,6 kilómetros) del emplazamiento del famoso monumento neolítico de Stonehenge, y a solo 50 pies (15 metros) de la transitada carretera A303 de Wiltshire.
Este crucial descubrimiento podría estar amenazado si finalmente se ejecuta el proyecto de construcción de un túnel para la carretera A303.
Este polémico túnel financiado por el gobierno mediría 1,8 millas (2,9 kilómetros) de largo, y pasaría a solo 65 pies (20 metros) de esta casa prehistórica. Los arqueólogos temen que esto podría no solo ocasionar daños en el reciente descubrimiento, sino también acabar con otros posibles hallazgos aún enterrados relacionados con las gentes que habitaban este lugar en la prehistoria.
En un intento de impedir la pérdida de un importante patrimonio histórico, Jacques aboga por un cambio de ruta en el túnel proyectado y por declarar toda la zona de Stonehenge parque nacional.
El gobierno propuso la construcción del túnel en el año 2014 para descongestionar la A303 y alejar de Stonehenge esta transitada carretera—una decisión que se proponía apartar todo lo posible de Stonehenge la polución provocada por el tráfico, aunque también bloquear su vista al público desde la carretera.
La A303 a su paso por las inmediaciones de Stonehenge. (CC BY-SA 2.0)
Funcionarios de la UNESCO y del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico - Artísticos (ICOMOS) visitaron la Eco-Casa de Blick Mead la semana pasada. Hay muchos grupos de conservación del patrimonio histórico que están a favor de la construcción del túnel. The Guardian informa de que Historic England, el National Trust y English Heritage han emitido una declaración conjunta en la que comunican que esperarán a disponer de más información sobre el proyecto del nuevo túnel y que confían en que se tendrá en cuenta la importancia de la Eco-Casa prehistórica recién descubierta.
Se llevará a cabo una actuación de lo que se denomina “arqueología de rescate” en los lugares que se consideren en peligro y en las excavaciones del futuro túnel en un intento de recuperar y registrar tanta información, o incluso objetos, como sea posible.
Carros pasando junto a Stonehenge en 1885. (Public Domain)
Según la Universidad de Buckingham, Blick Mead fue construido sobre una colina no muy lejos del que sería más tarde el emplazamiento de Stonehenge. Su castro fue construido por primera vez a finales de la Edad del Bronce (1100 a. C. – 800 a. C.), y es único por su silueta poco habitual, en forma de punta de flecha si se observa desde un lugar elevado.
Fue apodado más tarde “Campamento de Vespasiano” al creerse equivocadamente que se trataba de un antiguo asentamiento romano.
Amesbury, condado de Wiltshire, vista de la ladera norte de Blick Mead (“Campamento de Vespasiano”). (Public Domain)
Se ha descubierto una gran cantidad de objetos en este yacimiento: aproximadamente 12.000 piezas de sílex trabajado y 500 fragmentos de hueso que se remontan a hace 8.000 años. Muchas de las herramientas de piedra aún conservan su filo cortante, hasta el punto que algunos de los arqueólogos se cortaron los dedos al manipularlas. También se hallaron en el lugar dientes de uros gigantes, los ancestros prehistóricos del ganado bovino.
Habiendo sido utilizado continuamente durante 3.000 años, se cree que probablemente se sacrificaran uros en Blick Mead, que además albergaría banquetes rituales, y sería un centro de producción de herramientas.
Según el Belfast Telegraph, Jacques está presionando para conseguir la conservación de este lugar emblemático: “Ya sabemos que es el yacimiento mesolítico ocupado durante más largo tiempo de toda Europa, y los primeros monumentos que se erigieron en Stonehenge eran del Mesolítico.”
“¿Cuánto más queda aún [por descubrir] ahí fuera? Esta es la antigua historia de Gran Bretaña, y abarca desde una época en la que aún ni siquiera era una isla hasta que se convirtió en la isla que ahora conocemos.” “Es nuestra historia, y no debería ser despreciada.”
Vídeo:
David Jacques y las excavaciones de Blick Mead, cerca de Stonehenge (2013)
Imagen de Portada: El arqueólogo David Jacques demuestra cómo las raíces de un árbol podían ser utilizadas como paredes por las gentes de la Edad de Piedra. Fotografía: Universidad de Buckingham
Autor: Liz Leafloor
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.