Nuevos descubrimientos relacionados con dos de los más importantes emplazamientos de Israel, Galilea y Jerusalén, sugieren que estas dos localizaciones son mucho más antiguas de lo que se creía hasta ahora. Equipos de arqueólogos han descubierto una gigantesca población de hace 12.000 años en Galilea y un antiguo asentamiento de hace 7.000 años en Jerusalén.
Hasta ahora, se creía que los asentamientos más antiguos en esta región del mundo se encontraban en Jericó, que se remonta a hace unos 11.000 años (c. 9000 a. C.). En el caso de Jerusalén, el asentamiento más antiguo conocido en su emplazamiento databa de aproximadamente el 5000 a. C. En cuanto a Galilea, en el año 2015 un equipo de arqueólogos descubrió habas datadas entre hace 10.125 y 10.200 años. Estos descubrimientos anunciados recientemente podrían cambiar de forma radical la historia de la región.
Desde la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) se anunció el pasado 17 de febrero el descubrimiento de los restos más antiguos conocidos de un antiguo asentamiento en el emplazamiento de la actual Jerusalén, que datarían de hace unos 7.000 años. Esto significa que los inicios de una de las más importantes ciudades del mundo se remontarían al período Calcolítico, también conocido como Edad del Cobre.
El Dr. Omri Barzilai, director del Departamento de Prehistoria de la AAI, ha declarado que este hallazgo constituye la prueba más antigua de un asentamiento humano en la región de Jerusalén. Se sabía hasta ahora que Galilea, el Golán y el Néguev ya habían estado habitados en el Calcolítico, pero se desconocía que Jerusalén fuera también un importante núcleo poblacional en aquella época. Se creía que ya existirían algunos asentamientos en los montes de Judea y Jerusalén, pero muy dispersos.
Excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento del norte de Jerusalén. (Fotografía: Autoridad de Antigüedades de Israel)
Según Newsweek Europe, se han desenterrado en las excavaciones dos viviendas con sus antiguos suelos y otros restos en buen estado de conservación. Estas estructuras albergaban diversas instalaciones, además de vasijas cerámicas, herramientas de sílex y un cuenco de basalto.
Ronit Lupo, arqueólogo de la AAI que está dirigiendo las excavaciones en el yacimiento, ha afirmado que el descubrimiento, que incluye complejas estructuras arquitectónicas y una amplia gama de diferentes utensilios, apunta a la presencia de un próspero asentamiento en el pasado. También se han hallado en el emplazamiento huesos de animales, que aportarán más información acerca de la dieta y las actividades económicas de las gentes que habitaban este lugar.
Hacha y cuchillas de sílex pulimentado y cuenta agujereada fabricada con una piedra preciosa, hallazgos realizados en las recientes excavaciones del norte de Jerusalén. (Assaf Peretz, Israel Antiquities Authority)
Muchos de los objetos recientemente descubiertos están arrojando nueva luz sobre el pasado de la antigua Jerusalén. Sobre esta cuestión ha declarado Lupo al Times of Israel:
Este descubrimiento representa un añadido altamente significativo para nuestra investigación de la ciudad y sus alrededores. Aparte de la cerámica, los fascinantes hallazgos de sílex confirman los medios de subsistencia de la población del lugar en la época prehistórica: pequeñas hojas de hoz para cosechar cereales, cinceles y hachas pulimentadas para construir, punzones y taladros, e incluso una cuenta hecha con una cornalina (una piedra preciosa), lo que indica que sus joyas eran fabricadas o importadas. Las herramientas para moler, pilones y morteros, como el cuenco de basalto, dan testimonio de sus capacidades tecnológicas así como del tipo de actividades artesanales que practicaba esta comunidad.
La investigación publicada el 16 de febrero del 2016 sugiere que la historia de Galilea también es bastante más antigua de lo que se creía hasta ahora. Las pruebas de un pasado más antiguo llegan bajo la forma de un asentamiento prehistórico de un tamaño impresionante que se remonta a hace unos 12.000 años y fue descubierto junto al Mar de Galilea.
Localización del antiguo asentamiento de Nahal Ein Gev II (NEG II), situado al sur del Próximo Oriente y cuya antigüedad es de unos 12.000 años. (Grosman et al.)
Este descubrimiento tiene otras repercusiones, ya que demuestra que la teoría que afirma que los pueblos del Próximo Oriente volvieron a una existencia nómada de caza y recolección a causa de la presión climática que sufrieron a finales del período Natufiense (12.500 a. C. al 9.500 a. C. aproximadamente) es incierta.
Haaretz informa de que el yacimiento ha sido descubierto por el equipo arqueológico de la Universidad Hebrea encabezado por Leore Grosman, que ha desenterrado este gran asentamiento junto al Mar de Galilea. Su descubrimiento demuestra que este lugar estaba habitado por individuos que ya llevaban una vida sedentaria en aquella época. Además, se calcula que al menos 100 personas vivían en este emplazamiento, ocupando una superficie de unos 1.200 metros cuadrados.
Grosman sugiere que es posible que esta región del valle del Jordán (parte del Gran Valle del Rift) se hubiera librado por completo del frío del Dryas. Esto podría explicar por qué razón la población de este asentamiento permaneció en el lugar.
“Existe un modelo que afirma que lo que empujó a los pueblos a la agricultura fue una crisis climática, y algunos especialistas han intentado hacer coincidir las gráficas de precipitaciones con este cambio cultural. Pero al menos en el Rift africano, no parece que estuvieran pasando por una situación tan apurada, y este hecho cambia de algún modo la perspectiva,” ha explicado Grosman en declaraciones a Haaretz.
En el artículo Una comunidad del Natufiense tardío junto al Mar de Galilea publicado en la revista Plos ONE, Grosman explica que por lo general se pensaba que las gentes del Natufiense tardío constituían una población móvil en gran medida que se enfrentaba a una escasez de recursos provocada por una crisis climática. La nueva investigación ofrece una perspectiva diferente de este proceso.
En el transcurso de las excavaciones, los arqueólogos desenterraron un cementerio con restos humanos que será analizado en un futuro próximo. Además han encontrado en el yacimiento huesos de animales, objetos de sílex, conchas, cuentas y pequeñas piezas artísticas.
Entre los restos animales se encontraron los huesos de un barbo del Mar de Galilea. Grosman espera que algunos de los objetos perforados hallados en el yacimiento puedan estar relacionados con ciertos conocimientos rudimentarios de la tecnología de la pesca, quizás como pesas para una primitiva red para pescar.
Imagen de portada: Izquierda; Excavaciones en el yacimiento arqueológico NEG II situado en el valle del Jordán (Fotografía: Dra. Leore Grosman); Derecha: yacimiento arqueológico del norte de Jerusalén. (Assaf Peretz, Autoridad de Antigüedades de Israel)
Autor: Natalia Klimczak