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Ancient Origins España y Latinoamérica

Arqueólogos excavan dos posibles destinos de los colonos desaparecidos de Roanoke

El Nuevo Mundo debió parecerles misterioso y ajeno a los 115 colonos ingleses que se asentaron en la isla de Roanoke, junto a las costas de Carolina del Norte en 1587. Llegaban de un país altamente desarrollado a un lugar salvaje sin casas de estilo europeo, puentes, carreteras, posadas, tabernas ni campos cultivados. No había funcionarios del gobierno recaudando impuestos, ni nobles exigiendo obediencia y tributo, ni iglesias en las cuales poder adorar al Creador de este Nuevo Mundo y del muy diferente Viejo Mundo que habían dejado atrás. Todo era salvaje a su alrededor, hasta donde alcanzaba su mirada e incluso más allá.

Igualmente misterioso es lo que les ocurrió a estos colonos, que estaban comandados por John White, a quien Walter Raleigh había encomendado la misión. White volvió a Inglaterra por suministros ese mismo año, pero su regreso a la colonia se retrasó hasta 1590 a causa de la guerra entre Inglaterra y España. Cuando llegó de nuevo a Roanoke los colonos se habían marchado, dejando únicamente la palabra “Croatoan” grabada sobre un poste de madera, y las letras “CRO” escritas en la corteza de un árbol.

Es posible que estos hombres, mujeres y niños tuvieran acceso a alguna ayuda si los nativos de la zona eran amistosos, pero la naturaleza de las relaciones entre los recién llegados y los indígenas se desconoce. Los colonos de Roanoke llegaron a América años antes que los Peregrinos, que acabaron haciendo la guerra a los Indios Americanos que vivían en Massachusetts desde hacía al menos 10.000 años.

“La Colonia Perdida,” pintura de Granger, muestra a John White de regreso a la isla de Roanoke, encontrándose con la palabra “Croatoan” grabada sobre un poste de madera. (Imagen de Fine Art America)

Ahora dos equipos de arqueólogos, uno trabajando 50 millas (80 Km) al sur de Roanoke en la isla de Hatteras y el otro en el territorio continental de Carolina del Norte otras 50 millas al oeste de Roanoke, afirman tener pruebas de que al menos algunos de los colonos llegaron a dichos lugares después de que la colonia supuestamente colapsara. En ambos emplazamientos se han encontrado objetos de finales del siglo XVI procedentes de Europa, aunque también hay quien pone en duda que cualquiera de los dos lugares estuviera realmente habitado por colonos de Roanoke.

El equipo de arqueólogos que está trabajando en el yacimiento continental empezó a excavar en el lugar que aparece marcado por una X en un mapa pintado con acuarelas por John White. La X fue descubierta bajo un parche de papel pegado sobre el mapa. Este lugar se encuentra en Ablemarle Sound. History.com informa del mapa y su importancia:

Conocido como La Virginea Pars, el mapa muestra la costa Este norteamericana desde la Bahía de Chesapeake hasta el Cabo de Lookout; se encuentra en el Museo Británico y forma parte de su colección permanente. White empezó a dibujar el mapa en 1585, dos años antes de convertirse en gobernador de la colonia. En el 2012, los investigadores lo estudiaron utilizando espectroscopia de rayos X y otras técnicas de imagen, detectando una minúscula estrella de cuatro puntas, de colores rojo y azul, oculta bajo un parche del  papel que White empleaba para realizar correcciones sobre su mapa. Se pensaba que marcaba la localización de un lugar unas 50 millas tierra adentro, al que White aludía en el testimonio que dio después de su intento de regresar a la colonia. Si dicho lugar existía realmente, continuaba la teoría, habría sido un destino razonable para los colonos desplazados de Roanoke.”

El arqueólogo Nichola M. Lucketti explicó a The New York Times, “Tenemos pruebas procedentes de este lugar que indican claramente que aquí hubo colonos de Roanoke.” Lucketti y sus colegas, junto con la First Colony Foundation (Fundación Primera Colonia), han descubierto en el lugar marcado, al que han llamado “Punto X, la Frontera”, vajilla cerámica del tipo que aquellos colonos probablemente hubieran llevado consigo, una tinaja balaustrada para almacenar alimentos, cazoletas para pistolas de llave de chispa y un gancho que los colonos habrían utilizado para estirar pieles de animales. “No hemos hallado señales de un fuerte u otras estructuras similares, pero el conjunto de los hallazgos ha convencido a los arqueólogos de que al menos unos pocos colonos fueron a parar allá” leemos en el New York Times.

Mark Horton, el arqueólogo que está trabajando al sur de la isla de Hatteras, explica que cree que algunos de los colonos llegaron hasta allá y fueron asimilados por alguna tribu India. Ha descubierto objetos de la época de origen europeo, entre los que se encuentran el puño de un florete, piezas de pistolas, y parte de una pizarra para escribir, pero no la cerámica típica de la época en Inglaterra (conocida como Border Ware), que constituiría un signo inequívoco de ocupación.

Ambos arqueólogos creen que es posible que los colonos se dividieran y marcharan a uno y otro lugar. De todos modos, tanto funcionarios relacionados con la arqueología como otros especialistas reclaman pruebas más evidentes, nuevas excavaciones y un estudio más exhaustivo.

“Charles R. Ewen, presidente de la Sociedad para la Arqueología Histórica y director del Laboratorio Arqueológico de Phelps de la Universidad de Carolina del Este, afirma que quiere alguna prueba incuestionable de ocupación  a finales del siglo XVI, como podría ser una tumba europea de esa época,” leemos en el New York Times. “Tampoco está convencido de que los colonos abandonaran el asentamiento de Hatteras, aunque los descubrimientos allí realizados parezcan indicar contactos entre colonos y Nativos Americanos. 'Tengo claro que queremos una respuesta definitiva, pero sencillamente no hay pruebas suficientes de ninguna de las dos partes como para decir, sí, ahí es adonde fueron a parar los colonos desaparecidos,' declaró. “No pretendo ser cínico, pero no he observado pruebas suficientes como para subirme al carro y decir, sí, cuenta conmigo, estoy de acuerdo con eso.'”

“El Bautismo de Virginia Dare” es un grabado de 1876 obra de William A. Crafts que representa el bautizo del primer niño inglés nacido en Norteamérica, concretamente en Roanoke. El destino de Virginia Dare y el resto de los colonos de Roanoke sigue siendo un misterio a día de hoy. (Wikipedia)

En el emplazamiento continental, el llamado Punto X, estaba prevista la construcción de una urbanización con más de 2.000 viviendas, un puerto deportivo y otras instalaciones, hasta que llegó la crisis económica del 2008. El promotor aún tiene la esperanza de construir el proyecto, pero también quiere que se lleve a cabo una excavación arqueológica en el lugar como es debido.

“Es un misterio de hace 430 años, y si podemos formar parte de la resolución de ese misterio, eso es algo en lo que estoy interesado,” declaró el propietario, Michael Flannelly a The New York Times.

Imagen de portada: Investigadores del Museo Británico examinaron el mapa a la acuarela de John White mediante espectroscopia y descubrieron la X debajo de un parche pegado sobre el mapa. Un arqueólogo ha estado excavando en el lugar señalado y ha descubierto piezas cerámicas del tipo que los colonos de Roanoke muy probablemente hubieran utilizado, así como otros objetos europeos de la época. (Imagen del Museo Británico)

Autor: Mark Miller

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.