Los arqueólogos que están excavando una antigua ciudad fortificada sobre una colina en Israel han realizado un notable descubrimiento en el lugar: huellas de la bota claveteada típica de un soldado romano. Los romanos ponían sus “botas sobre el terreno,” como dicen los modernos belicistas, en todos los territorios del mundo Antiguo. Pero encontrar la huella de una bota de hace casi 2000 años es algo extremadamente difícil.
Michael Eisenberg y su equipo, dentro del Proyecto de Excavaciones de Hippos-Sussita, estaban excavando en su etapa más reciente un bastión defensivo en el puesto avanzado militar de la ciudadela, cuando se encontraron con esta huella de una bota. Fue el segundo hallazgo destacado dentro de esta fase de los trabajos, el otro había sido una singular máscara de bronce del dios Pan.
Una elaborada puerta de la ciudad de Hippos-Sussita, a 2 Km (1,2 millas) de distancia del Mar de Galilea. (Foto: Proyecto de Excavaciones de Hippos-Sussita)
“En el antiguo material conglomerante del bastión del muro trasero, observamos para nuestra gran sorpresa cierto número de huellas dejadas por botas militares romanas cuando sus propietarios estaban caminando por encima del mortero aún fresco,” escribe Eisenberg en su artículo para Popular Archaeology Magazine (Revista de Arqueología Popular). El fuerte estaba en construcción en el siglo I a. C. “Para ser más precisos, había varias huellas dejadas por los habituales clavos de hierro presentes en las suelas de las caligae—el calzado reglamentario del Ejército Romano desde el siglo I a. C. hasta el principio del siglo II d. C. (lo utilizaban desde el soldado raso hasta el centurión). La huella completa medía 24,5 cm de largo (9,65 pulgadas) y presentaba 29 marcas redondas correspondientes a los clavos. Era una caliga para el pie izquierdo, de la talla europea aproximada de 40 [7,5 USA].”
Eisenberg especula con la posibilidad de que la fortaleza fuese construida apresuradamente por encontrarse la guarnición romana bajo ataque, posiblemente durante la rebelión de los años 66-67 d. C. Afirma también que los soldados pudieron ser reclutados para las obras de construcción como medida extraordinaria para fortificar la ciudad a falta de obreros disponibles para realizar el trabajo.
Esquina del bastión defensivo sobre la cara sur. Y. Vitkalov, del equipo de excavación, finge sostener los bloques de basalto de los cimientos que quedaron al descubierto tras erosionarse el mortero. (Foto de Michael Eisenberg)
“El bastión y sus huellas plantean la posibilidad de que las cohortes romanas o tropas auxiliares estacionadas en Siria se encargaran de la construcción del bastión,” escribe Eisenberg. “Este es un caso excepcional y probablemente se dio en un momento de emergencia. Dicha emergencia pudo haber estado relacionada con la Gran Revuelta en Galilea.”
Hippos-Sussita era una ciudad de la Decápolis, las diez ciudades que eran bastiones de las culturas Griega y Romana rodeadas por pueblos Semíticos del Próximo Oriente. Los reyes Seléucidas fundaron las ciudades de la Decápolis, pero el Imperio Romano las conquistó.
Eisenberg y su equipo de excavaciones están descubriendo que Hippos-Sussita era una ciudad que estaba inusualmente fortificada, según leemos en la revista Popular Archeology (Arqueología Popular). La ciudad se asienta sobre la cima de la Montaña de Sussita, plana como una pequeña meseta, que domina el cercano mar de Galilea. Su posición sobre esta colina era estratégica, ya que desde ella se dominaban todas las posibles direcciones de aproximación. Los romanos también construyeron un muro fortificado, torres, una zanja y puestos de artillería para balistas apuntando a las peores eventuales amenazas: un arroyo cercano y una carretera, podemos leer en Popular Archaeology. Estas máquinas, de 8 metros (26 pies) de longitud, podían lanzar bolas de basalto de 18 Kg (40 libras) a unos 350 metros (1.150 pies), afirma Eisenberg. También explica que encontraron algunas balistas en las cercanías.
Un investigador de la Universidad de Haifa sostiene la singular máscara de bronce del dios Pan (Foto: Universidad de Haifa)
El pasado mes de marzo, Eisenberg anunció que habían desenterrado una gran máscara de bronce del dios Pan, el dios Griego de los bosques y los pastores, en Hippos-Sussita. No tenían noticia de ninguna otra máscara de bronce de un dios griego descubierta anteriormente, y los contactos con museos de todo el mundo lo confirmaron. Puede ser la única máscara de su tipo. Estaban excavando una armería de catapultas cuando encontraron la máscara y especularon con que quizás datara de la Pax Romana, una época de paz en el Imperio Romano. Pensaron que quizás la armería, utilizada habitualmente para almacenar balistas, se convirtió en un templo a Pan cuando cesaron las hostilidades.
Imagen de portada: La huella de una bota militar romana claveteada en el suelo y una imagen digital en 3D de la misma (Foto de Michael Eisenberg)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.