Una sencilla goma de borrar ha ayudado a un equipo internacional de científicos dirigido por bioarqueólogos de la Universidad de York a resolver el misterio que envuelve al fino pergamino empleado por los escribas medievales para producir las primeras biblias de bolsillo de la historia.
Se editaron miles de biblias en el siglo XIII, principalmente en Francia, aunque también en Inglaterra, Italia y España. Pero el origen del fino pergamino utilizado en su confección, llamado a menudo “papel vitela uterino” o “vitela uterina”, ha sido fuente de polémicas durante largo tiempo.
La aparición del término latino abortivum en muchas de las fuentes históricas ha llevado a algunos especialistas a plantear que quizás se empleara piel de fetos de terneros para producir el papel vitela. Otros han descartado esta teoría, argumentando que no hubiera sido posible conservar el ganado en cantidades razonables si se producía tanto papel vitela a partir de pieles de fetos de ternero. Otro académico más antiguo llegó incluso a argumentar que deberían considerarse alternativas diferentes, como pieles de conejo y ardilla, mientras que algunas fuentes medievales sugieren que las pieles habrían sido divididas a mano para obtener capas más finas utilizando una técnica hoy olvidada.
Un equipo multidisciplinar de investigadores encabezado por la Dra. Sarah Fiddyment y el profesor Matthew Collins, del centro de investigación BioArCh del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, ha desarrollado una técnica sencilla y objetiva que utiliza tratamientos de conservación habituales para identificar con precisión el origen animal del pergamino.
Este método no invasivo es una variante de la huella peptídica de la ZooMS (ZooArqueología por Espectrometría de Masas), aunque en este caso las proteínas se obtienen de la superficie del pergamino mediante la sencilla utilización una carga electrostática generada al frotar suavemente con una goma de borrar la superficie de la membrana.
Las proteínas del pergamino se obtienen sencillamente frotando con una goma de borrar la superficie de la membrana. Fotografía: Matthew Collins
En esta investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) (“Actas de la Academia Nacional de Ciencias”), han participado científicos y especialistas de Francia, Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Estados Unidos y el Reino Unido. Estos científicos han analizado 72 biblias de bolsillo procedentes de Francia, Inglaterra e Italia, además de otras 293 muestras de pergaminos del siglo XIII, cuyo grosor va de los 0.03 milímetros a los 0.28 milímetros.
La Dra. Fiddyment ha declarado acerca de las investigaciones que “No hemos hallado pruebas de que se utilizaran animales diferentes a los habituales; sin embargo, sí que observamos que se habían empleado pieles de más de una especie de mamífero en un solo manuscrito, lo cual es coherente con la disponibilidad local de pieles de animales.”
“Los resultados obtenidos sugieren que el papel vitela más fino no provenía necesariamente de animales recién nacidos o fetos con una piel extremadamente fina, sino que igualmente podían ser reflejo de un proceso de producción que permitía que las pieles de animales maduros de diferentes especies fueran transformadas en una vitela de calidad y finura similares.”
El pergamino o vitela se obtenía a menudo estirando la piel sobre un marco de madera (Public Domain)
Esta investigación ha sido la primera en la que se ha llevado a cabo una extracción triboeléctrica de proteínas a partir de un pergamino. El método no es invasivo ni requiere un equipo o almacenamiento especiales. Las muestras pueden obtenerse sin necesidad de transportar las piezas históricas: los investigadores pueden extraer sus muestras donde y cuando les sea posible, y a continuación analizarlas cuando sea necesario.
Bruce Holsinger, profesor de Inglés y Estudios Medievales de la Universidad de Virginia y uno de los colaboradores iniciales del proyecto procedente del campo de las humanidades, ha explicado acerca del estudio: “El equipo de investigación incluye especialistas y colaboradores de más de una docena de disciplinas de todo tipo, ciencias empíricas, humanidades, biblioteca y ciencias museísticas, hay hasta un fabricante de pergaminos. Además de los descubrimientos que estamos llevando a cabo, lo que me parece más apasionante acerca de este proyecto es su capacidad de inspirar nuevos modelos para investigaciones con una amplia base de colaboración y la utilización de múltiples paradigmas. Pensamos juntos, creamos juntos, escribimos juntos.”
Alexander Devine, del Instituto Schoenberg para el Estudio de Manuscritos de la Universidad de Pensilvania, ha comentado al respecto: “Las biblias que se produjeron a gran escala durante todo el siglo XIII sentaron las bases de los contenidos y apariencia de la Biblia cristiana que nos es tan familiar a día de hoy. Su importancia e influencia son el resultado directo de su formato como libros portátiles de un solo volumen, posible gracias a la innovadora combinación de estrategias de miniaturización y compresión alcanzadas por medio del uso de pergaminos extremadamente finos. Los descubrimientos realizados en esta innovadora investigación mejoran por tanto nuestra comprensión acerca de cómo fue posible que estas biblias fueran producidas en tanta cantidad, y por extensión, aportan luz sobre nuestro conocimiento de una de las tecnologías de confección de textos más importantes de la historia de la Biblia y del Cristianismo Occidental.”
El profesor Collins añade: “El nivel de acceso que hemos alcanzado pone de manifiesto la importancia de esta técnica. Sin emplear una goma de borrar no podríamos haber obtenido proteínas de tantas muestras de pergamino. Es más, al no existir pruebas de la utilización de otras especies diferentes, como conejo o ardilla, creemos que el ‘papel vitela’ era a menudo un logro de la producción tecnológica que hacía uso de los recursos disponibles.”
Desde que finalizó la investigación, el restaurador de pergaminos Jií Vnouček, co-autor del artículo, ha hecho uso de sus conocimientos para recrear un pergamino similar al ‘papel vitela’ confeccionado con viejas pieles. Ha dicho al respecto que:
“Es más una cuestión de emplear la tecnología adecuada para fabricar pergaminos que de utilizar pieles de fetos. Las pieles de un animal más joven son por supuesto óptimas para producir finos pergaminos, pero me imagino que se aprovechaban todas las pieles, sin desperdiciar ninguna.”
Imagen de portada: Manuscrito de un ‘Libro de Horas’ producido en Florencia a finales del siglo XV, realizado sobre papel vitela uterino. Fotografía: Rauner Special Collections Library.
Fuente: Universidad de York. "Getting under the skin of a medieval mystery." ScienceDaily. ScienceDaily, 23 November 2015. https://www.sciencedaily.com/releases/2015/11/151123201941.htm
Autor: Ancient Origins
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado anteriormente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.