Los arqueólogos que se encuentran trabajando en un famoso lugar de enterramientos de Londres han identificado los restos de un muy importante explorador y navegante británico, descubriendo el ataúd y los restos del capitán Matthew Flinders (1774-1814), quien desempeñó un papel clave en la exploración de Australia. El descubrimiento de los restos, perdidos durante muchos años, permitirá a la gente honrar su vida y sus logros más de dos siglos después de su muerte.
La estación de Euston es una de las estaciones de tren más concurridas e importantes del Reino Unido. En la actualidad está siendo ampliada como parte del “polémico proyecto ferroviario de alta velocidad HS2,” según informa Heritage Daily. Este proyecto de casi 100 millones de dólares implica realizar construcciones en uno de los más históricos cementerios de Londres – St. James. Los arqueólogos están ahora en el proceso de examinar el yacimiento y retirar los restos a otro lugar para su entierro, en lo que son “las mayores excavaciones realizadas en un cementerio posterior a la época medieval de la historia británica,” según podemos leer en el Sydney Morning Herald.
Excavaciones arqueológicas y trabajo de investigación en los St James’ Gardens de Euston, Londres. (HS2)
Flinders murió hace más de 200 años y fue enterrado en una zona del cementerio de St. James que fue convertida en parque público en la década de 1840. Su lápida se perdió, y nadie sabía dónde fue sepultado de nuevo. En el transcurso de las excavaciones para el proyecto HS2, los arqueólogos han estado examinando ataúdes individuales para identificar a los difuntos enterrados en ellos. Uno de los expertos leyó la placa de plomo de un ataúd y se dio cuenta de que contenía los restos de Matthew Flinders, cuya tumba llevaba perdida más de 150 años. El equipo de excavación, dirigido por la Dra. Helen Wass, no era optimista respecto a la idea de encontrarlo debido al gran número de tumbas, por lo que la investigadora quedó sorprendida ante el descubrimiento de su equipo.
El hallazgo permitirá a Matthew Flinders recibir más reconocimiento fuera de Australia, ya que sus logros fueron enormes y su historia realmente increíble. En total, hizo tres viajes al Pacífico Sur, y en uno de ellos determinó que Tasmania era una isla. En su tercer viaje, a bordo del HMS Investigator, se convirtió en el primer europeo en circunnavegar Australia (1802-1803) - demostrando así que era un continente formado por una sola masa continental. Anteriormente había controversia sobre la geografía de Australia, y muchos creían que constaba de dos grandes islas, conocidas por algunos como “Nueva Holanda y Nueva Gales del Sur,” según informa news.com.au.
La circunnavegación del continente australiano por parte de Flinders estuvo plagada de riesgos y peligros. En cierto momento, su barco “naufragó en la Gran Barrera de Coral y acabó navegando en un balandro más de 1.000 km de vuelta a Sydney para organizar el rescate de su tripulación,” según podemos leer en news.com.au. Flinders fue ayudado en su viaje por un aborigen de la tribu Kuringgai llamado Bungaree, quien vivía cerca de lo que hoy es Sydney. Otro famoso miembro de la tripulación del explorador era un gato conocido como ‘Trim’, una mascota que se convirtió en algo parecido a una celebridad. A menudo es retratado junto con Flinders en los monumentos públicos australianos.
Retrato del capitán Matthew Flinders obra de Antoine Toussant. (Dominio público)
Después de completar su periplo, el capitán puso rumbo a su patria para anunciar su descubrimiento. Sin embargo, las Guerras Napoleónicas habían comenzado de nuevo, y fue encarcelado por los franceses en la isla de Mauricio, Océano Índico, como prisionero de guerra. Flinders estuvo prisionero durante seis largos años, y su salud se resintió al desarrollar una enfermedad de riñón grave.
A su regreso a Londres en 1810, Flinders fue ampliamente aclamado por su notable viaje y su descubrimiento. Pero el explorador era ya un hombre muy enfermo después de haber arrostrado tantas dificultades, y tal y como leemos en ABC.News, murió “a los 40 años, el día después de la publicación del libro que detalla su viaje, A Voyage to Terra Australis, (“Un viaje a Terra Australis”). Esta obra no sólo dio testimonio de su viaje, sino que además fue muy importante a la hora de popularizar el nombre de ‘Australia’. Su familia quedó desamparada después de su muerte, pero recibió ayuda de los australianos agradecidos. Un nieto de Flinders se convirtió en uno de los fundadores de la arqueología moderna.
Vista de Port Jackson desde el sur. Ilustración de ‘Un viaje a Terra Australis’. (Dominio público)
El explorador nunca fue olvidado a pesar de la desaparición de su tumba, y es ampliamente conmemorado tanto en Australia como en Gran Bretaña. El redescubrimiento de los restos de capitán Flinders ha sido bien acogido por el Alto Comisionado Australiano en Londres, que hacía un llamamiento para que “se erigiera un monumento ‘digno’ en su lugar de descanso definitivo,” según informa el Sydney Morning Herald. Está previsto enterrar los restos de Flinders con honores y en suelo consagrado en una nueva ubicación lo más cercana posible a su antigua tumba.
Los arqueólogos pudieron identificar los restos del explorador gracias a una placa de plomo colocada sobre su ataúd. (HS2)
El redescubrimiento de los restos del capitán Matthew Flinders es muy importante para la comunidad académica. Demuestra que la historia según la cual el navegante fue enterrado bajo una plataforma de la estación de Euston era un mito urbano. Por otra parte, el descubrimiento de los restos de un marino de principios del siglo XIX permitirá a los investigadores entender cómo afectaba la vida en el mar a la salud de los marineros en aquella época.
Imagen de portada: Detalle de la placa de la tumba del capitán Matthew Flinders. (HS2) Inserto: Retrato en miniatura a la acuarela del navegante británico Matthew Flinders, datado en torno al año 1800. (Biblioteca Estatal de Nueva Gales del Sur/CC BY SA 3.0)
Autor: Ed Whelan
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.