Arqueólogos japoneses y egipcios han descubierto la tumba de un escriba real con 3.000 años de antigüedad en Tebas, Egipto. La tumba perteneció a un hombre llamado Khonsu, descrito como un “escriba de verdadero renombre” y sus muros aparecen grabados con relieves de babuinos en actitud de adorar al dios del sol Ra.
El equipo de arqueólogos encabezado por Jiro Kondo, de la Universidad Waseda de Japón, descubrió en la vasta necrópolis de la antigua Tebas esta tumba de hace 3.000 años y que se cree que habría pertenecido a un escriba real egipcio: La tumba está datada en el período de los faraones ramésidas, que reinaron en el Imperio Nuevo del antiguo Egipto durante las dinastías XIX y XX (1292 a. C. – 1069 a. C.), según la información publicada en un comunicado del Ministerio de Antigüedades de Egipto. El período ramésida es el último del Imperio Nuevo, conocido también como Imperio egipcio, una ilustre etapa de la historia del antiguo Egipto entre los siglos XVI a. C. y XI a. C. y que abarca las dinastías XVIII, XIX y XX. El Imperio Nuevo fue testigo del esfuerzo de Egipto por crear una zona de seguridad entre el Próximo Oriente y Egipto, alcanzando de este modo el imperio la mayor extensión territorial de su historia.
El techo de la tumba de Khonsu está decorado con vistosos colores. (Universidad Waseda)
Como podemos leer en la web oficial de la Universidad Waseda, el equipo de arqueólogos llevaba un tiempo desescombrando parte de la tumba de Userhat en la zona de Khokha de la necrópolis. Userhat fue un funcionario egipcio que sirvió a las órdenes de Amenhotep III, abuelo del rey Tutankamón, con el título de “supervisor del departamento privado del rey.” Los muros de la tumba fueron grabados con imágenes de dioses, humanos y babuinos, mientras que se supone que el propietario de esta tumba con forma de T habría sido un aristócrata o escriba llamado “Khonsu”. El profesor Kondo explica en declaraciones recogidas por Seeker que su equipo quedó muy sorprendido por lo que encontraron en la tumba: “Sobre el muro norte del acceso de entrada encontramos una escena en la que se observa la barca solar del dios Ra-Atum siendo venerada por cuatro babuinos representados en actitud de adoración”.
Actualmente, la mayor parte de nosotros los vemos como criaturas ruidosas, malolientes, molestas e incluso agresivas, pero los babuinos desempeñaban un papel muy especial en el antiguo Egipto hacia el 1200 a. C. Babi, conocido también como Baba, era la figura divinizada del babuino, y se le rendía culto al menos desde la época predinástica. El descubrimiento implica claramente que el escriba real Khonsu probablemente tuviese en muy alta estima a los babuinos, hasta el punto de llegar a representarlos en los relieves de un lugar tan destacado de su tumba. Los babuinos son animales agresivos, y de este modo Babi era visto como un dios sediento de sangre que devoraba las almas de los impíos. Los babuinos son también muy activos sexualmente, por lo que Babi era considerado asimismo el dios de la virilidad de los muertos. A menudo se le representaba con una erección, y los egipcios le dedicaban sus oraciones para asegurarse de que no sufrirían de impotencia en el más allá.
Estatua egipcia de un babuino. Museo del Louvre (CC by SA 3.0)
Volviendo a la tumba recientemente descubierta, según los arqueólogos en otro de los muros aparecen las imágenes de Khonsu y su esposa adorando a los dioses Osiris e Isis junto a dos deidades con cabeza de carnero, probablemente Khnum o Khnum-Ra. Osiris e Isis aparecen de nuevo en otro relieve, esta vez sentados. El techo se encuentra asimismo pintado con dibujos geométricos de vivos colores, algunos con aspecto de dameros. Por ahora, la cámara interior de la tumba continúa bloqueada por montones de escombros, pero Kondo y su equipo confían en poder descubrir nuevas decoraciones murales una vez consigan adentrarse en ella.
Khonsu y su esposa rinden culto a los dioses Osiris e Isis. Fotografía: Universidad Waseda
Imagen de portada: La barca solar del dios Ra-Atum venerada por babuinos en actitud de adoración. Fotografía: Universidad Waseda
Autor: Theodoros Karasavvas
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.