La famosa zona arqueológica de Teotihuacán podría haber servido un fin diferente para los aztecas de lo que afirmaron los cronistas españoles. El posiblemente deliberado cambio de nombre de la ciudad sugiere que podría haber sido un intento de eliminar la alta importancia política de la ciudad.
El Japan Times informa de que el Códice Xolotl muestra la palabra “Teohuacán” escrita debajo de un pictograma que se refiere a la ciudad con una combinación de los símbolos de sol, templo y rey. Teohuacán podría traducirse entonces como “la ciudad del sol”.
Vista de Teotihuacán, México. (CC BY SA 2.0)
Verónica Ortega, arqueóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mexicano, explica que esto contrasta con el título de Teotihuacán, nombre que se da a la ciudad en códices posteriores. Teotihuacán se ha traducido como “la ciudad de los dioses” o “el lugar donde los hombres se convierten en dioses.”
En este mural podemos observar a la que ha sido identificada como Gran Diosa de Teotihuacán. (CC BY 2.0)
Según Ortega, los españoles hicieron cambiar el nombre de la ciudad en sus códices para eliminar la palabra sol. La investigadora sugiere que lo hicieron porque el sol era un símbolo de autoridad, y los conquistadores españoles se sentían amenazados por la idea de que la ciudad hubiera sido un importante centro gubernamental en el pasado. Los españoles querían que las gentes de la época creyeran que otra ciudad Azteca que conquistaron en 1521 había sido la sede principal del poder en la sociedad azteca. Como afirma Ortega, “Querían que la gente viera Teotihuacán como un lugar de culto, pero no como un lugar donde los reyes eran ungidos, ya que querían mantener el centro político en Tenochtitlán”.
Este dibujo de Diego Rivera nos muestra el posible aspecto de parte de la antigua ciudad azteca de Tenochtitlán. (Dominio público)
De este modo, los historiadores modernos creen que Tenochtitlán era la ciudad más importante de la civilización Azteca. Se ha dicho al respecto que habría albergado el consejo ciudadano, comparable al senado romano, y que su líder/emperador/hombre era adorado como un Dios. Este individuo era conocido como Huey Tlatoani, Gran Orador, y era jefe del consejo ciudadano y de sacerdotes, jueces, gobernadores y todos los demás funcionarios del gobierno. El Huey Tlatoani era además el responsable de resolver los asuntos legales, dirigir los ejércitos, supervisar los mercados y templos, y recibir tributos.
Se esperaba que este soberano reinara de por vida, pero también podía ser retirado del poder. Cuatro consejeros y un consejero principal asistían al Huey Tlatoani en su mandato. Estos individuos eran elegidos de entre la nobleza. El propio gran soberano azteca era asimismo un noble, y provenía de un linaje real. Habitualmente el Huey Tlatoani era hermano o hijo del rey anterior. Para poder ser elegido debía tener más de 30 años de edad, haber sido educado en una escuela de élite y ser un experimentado guerrero y líder militar.
Representación de un soberano Azteca. (Mezoamericatribes)
Volviendo a la cuestión del cambio del nombre escrito de la ciudad, de Teohuacán a Teotihuacán, cabe señalar que nadie sabe con certeza cómo la llamaban las gentes que vivieron en la ciudad desde el 100 a. C. hasta el 750 d. C., durante su edad de oro. Tanto Teotihuacán como Teohuacán son palabras de la lengua azteca náhuatl.
No obstante, Ortega destaca que el nombre de la ciudad tenía su importancia, ya que los reyes aztecas veían su ubicación como un hecho significativo a la hora de legitimar su autoridad. Por ejemplo, se dice de Moctezuma que encabezaba procesiones oficiales al lugar una vez al mes.
Imagen de portada: Teotihuacán, México. Fuente: Dominio público
Autor: Alicia McDermott
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.