En diez años de investigación arqueológica y científica de las pirámides de Bosnia hemos vivido muchos momentos apasionantes, y también duros reveses, en la búsqueda de la redefinición de nuestros conocimientos sobre Historia.
Uno de estos importantes descubrimientos tuvo lugar en abril del 2015. Durante seis meses se había trabajado en la limpieza y exploración de nuevas secciones de los túneles prehistóricos, descubiertos cierto tiempo atrás, y los empleados de la Bosnian Pyramid of the Sun Foundation (“Fundación Bosnia Pirámide del Sol”) habían afrontado diversas dificultades. Durante el invierno del 2014 y la primavera del 2015 apenas se ganaron unos pocos metros de terreno en la exploración de los túneles. En cierto momento, en febrero del 2015, un ramal del túnel que conduce al sur, en dirección a la Pirámide Bosnia del Sol, se descubrió que estaba cegado por una enorme roca.
Decidimos rodear la roca recorriendo pasadizos cercanos. Como muchos otros túneles que ya habíamos descubierto, estos también estaban cegados por la gran cantidad de material de relleno (arena y gravilla) que contenían. Otros dos pasadizos laterales, que seguían direcciones Este y Oeste, se encontraban llenos de material conglomerado al cabo de unos diez metros. Lo intentamos siguiendo otra dirección, pero tampoco obtuvimos el resultado apetecido.
En ese momento decidimos rodear una gran roca cavando un túnel a su alrededor. Los operarios llevaron a cabo esta tarea cuidadosamente, comprobando en todo momento la estabilidad del material y realizando mediciones de oxígeno y dióxido de carbono. Tras cavar treinta metros, la roca fue superada.
Descubrimiento de nuevos túneles
Estaba en Houston cuando me contaron que se había descubierto un nuevo túnel tras la roca. Era un nuevo tramo, sin material de relleno alguno, pero sumergido bajo el agua. Decidí que los operarios debían interrumpir los trabajos y esperar mi regreso a Bosnia.
Formé un equipo de seis miembros para llevar a cabo el primer examen científico de los tramos de túnel recién descubiertos.
Esta no era la primera vez que nos habíamos encontrado pasadizos en los cuales el hombre no había puesto el pie durante largo tiempo. Es un sentimiento muy especial para todo investigador, el momento en que los sueños se hacen realidad.
Cada vez que se han descubierto túneles prehistóricos en Egipto, México, China o Perú, a menudo se convertían en una atracción mundial y las noticias sobre su hallazgo daban la vuelta al mundo.
En nuestro caso, ya habíamos explorado numerosas secciones de aquellos túneles excavados por manos inteligentes en un pasado remoto, sumando una longitud hasta ahora de 1.550 metros.
Exploración de los Nuevos Túneles
El día de nuestra entrada en el tramo de túnel recién descubierto llegó finalmente. El 30 de abril del 2015, provistos de equipos protectores, botas de goma, ropa impermeable, linternas y brújulas, estábamos listos para la aventura.
El equipo constaba de los siguientes miembros:
Nos desviamos a la izquierda, siguiendo dirección Oeste. La altura del túnel era de unos 110-120 cm. Empezamos a caminar agachados. Yo encabezaba la marcha. Había agua en el túnel hasta una profundidad de unos 20 cm, llegando a 30 cm en algún momento. Nos encontramos con tres tramos completamente secos. Mirábamos a izquierda y derecha, pero no vimos pasadizo lateral alguno. Sobre el suelo de pequeñas piedras no vimos herramienta ni objeto alguno. No había rastro ni en las paredes ni en el techo de que se hubiera encendido fuego . Descubrimos algunos interesantes fragmentos alargados de roca que nuestra arqueóloga Anela recogió para su análisis.
Finalmente llegamos al final del túnel. Un tramo seco con gravilla en el que observamos un pequeño estanque de forma redonda de unos cincuenta centímetros de radio y cincuenta centímetros de profundidad. El agua estaba limpia y clara. Hicimos unas primeras declaraciones a cámara y nos dimos la vuelta. Osman y Edo midieron la longitud de esta parte del túnel, 41 metros.
Volvimos a la entrada. Estuvimos de acuerdo en visitar el tramo que iba en dirección opuesta. Le dije a Jock que fuera en primer lugar y grabara mientras el agua fuese clara. Detrás de él, Anela y Meira, después Osman, Edo y yo. Caminamos hacia el Este. Después de unos pocos metros nos encontramos con la primera intersección. Se dirigía exactamente hacia el Sur. Eso me gustó, ya que en esa dirección estaba la Pirámide del Sol. El túnel, que estaba abierto, recorría unos tres metros antes de quedar cegado por gran cantidad de gravilla que llegaba hasta el techo. Nos detuvimos y tomamos una fotografía
Ante nosotros teníamos la continuación del túnel en dirección Nordeste. El nivel de agua era algo más profundo en este tramo, hasta 1 metro. Osman dio media vuelta y el resto seguimos adelante. Después de recorrer diecisiete metros llegamos a un nuevo cruce. Nuestra ruta estaba bloqueada por paredes de piedra y material de relleno. Un tramo despejado continuaba por la izquierda, hacia el Este. El agua era cada vez más profunda, hasta el punto que llegó a entrar en mis botas.
Continuamos a pesar de que nos estábamos mojando. La altura del techo era ahora de unos dos metros. Caminábamos lentamente por el suelo arcilloso, embarrado. El agua estaba congelada. Así llegamos a un nuevo cruce. La intersección de los túneles formaba un ángulo de 90 grados. Los pasadizos laterales estaban bloqueados por paredes de piedra y relleno de gravilla. Se lo comenté a Anela:
“Ahora tienes la oportunidad de entrar en un nuevo tramo del túnel. Puedes ver que no es cierto que nuestra Fundación construya túneles con piedras o los excave, estos túneles son prehistóricos”
[Nota: La Fundación había sido acusada previamente de estar construyendo túneles por su cuenta]
Ella se mostró de acuerdo conmigo y habló a la cámara de Jock. Mejra se unió a ella. Continuamos y tras sólo unos pocos metros avistamos otro cruce, de nuevo con los pasadizos laterales bloqueados. Parte del muro de piedra se encontraba bajo el agua, comentó Anela. Reconoció la diferencia entre la compacidad del material de relleno y los conglomerados en los que se habían excavado los túneles.
Continuamos con la investigación. A cada paso se hacía más difícil caminar. Tras unos pocos metros, el túnel dejó de estar inundado. Acababa en un suelo arenoso. Anela observó un trozo de madera. ¡Material orgánico! Tomó algunas muestras.
Tras unos pocos minutos dimos media vuelta y nos dirigimos a la salida. Esta vez medí la longitud del túnel. El ramal que va hacia el Este tenía 60 metros de longitud. Informé a Mejra sobre los datos de los pasadizos laterales. El túnel que va del Nordeste al Sudoeste tenía 17 metros de longitud. La última sección, orientada hacia el Oeste, era de nueve metros.
Sumamos el total de la longitud del tramo abierto del túnel prehistórico. En total, 127 metros. ¡un dato importante!
Después de dos horas de investigación y aventuras, nos dirigimos al exterior. Nos cambiamos la ropa y tomamos una foto del material orgánico.
En nuestras mentes planeamos qué hacer a partir de ahora con los túneles. Nuestra intención es despejar el que se dirige al Sur, en dirección a la Pirámide Bosnia del Sol. Necesitamos construir un puente de nueve metros sobre el agua y levantar un muro en dirección al resto del túnel que queda abierto.
Una de las fases de investigación de los túneles termina, otra acaba de empezar.
Nuestra hipótesis de que es un laberinto, que hemos bautizado como ‘Ravne’, con incontables túneles en los que siempre se puede encontrar un tramo abierto en alguna dirección, ha sido confirmada.
Video de la expedición:
Imágenes: Todas las fotografías son cortesía del Dr Sam Semir Osmanagich, Ph.D.
Autor: Dr. Sam Osmanagich, Ph.D.
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.