A principios del siglo XIX, los obreros de una cantera del sudoeste de Inglaterra descubrieron los esqueletos fosilizados de unas extrañas criaturas, insólitos peces gigantes con pico, dientes y ‘pies’. Bautizados entonces como “lagartos peces” (o Ictiosaurios), aquellos viejos restos están ahora siendo examinados de nuevo. Estos antiguos monstruos marinos, cuyos especímenes se han encontrado por toda Europa, no parecen ser el mismo tipo de animal en todos los casos, sino numerosas especies diferentes y únicas.
Los ictiosaurios, que se asemejaban a un cruce entre peces y delfines, dominaron los océanos del mundo hace entre 250 millones de años y 90 millones de años. En circunstancias evolutivas similares a las de los actuales ballenas y delfines, se cree que los ancestros de los ictiosaurios eran reptiles de tierra que regresaron al mar. Estas bestias poblaron los mares hasta que se extinguieron a finales del Cretácico por razones desconocidas. Vivían en todo el mundo, encontrándose su colonia más numerosa conocida cerca de Oxford, Gran Bretaña, en una zona que estuvo cubierta en el pasado por cálidas aguas marinas.
Todas las formas y tamaños posibles: ilustración que muestra la diversidad de los diferentes tipos de ictiosaurios (CC BY 3.0)
En la pequeña localidad inglesa de Street, cientos de dichos esqueletos fueron descubiertos incrustados en la roca de la cantera.
Según LiveScience, había un creciente interés por los fósiles en aquella época (siglo XIX), especialmente por los grandes reptiles, y tales hallazgos generaban mucha publicidad. “Había algunos ricos personajes de buena familia en la zona que se los compraban a los canteros, los reconstruían y los colgaban en la pared con uno de esos grandes marcos de madera,” apunta Judy Massare, profesora de geología en la Facultad de Brockport de la Universidad Estatal de Nueva York y co-autora de un estudio publicado en la Revista de Paleontología de Vertebrados sobre los ictiosaurios de West Dorset, Inglaterra.
Como la ciencia de los fósiles aún estaba en pañales en el siglo XIX, aquellos restos óseos que se parecían en algo a un ictiosaurio resultaban difíciles de clasificar (ya que también presentaban semejanzas con peces, tritones, cocodrilos y ornitorrincos), de modo que fueron agrupados en una sola categoría, Ichthyosauria, (“lagartos peces”), también llamada Ichthyopterygia, “aletas de pez”.
Dean Lomax, paleontólogo de la Universidad de Manchester, se topó con un antiguo fósil de hace 189 millones de años en el Museo y Galería de Arte de Doncaster (Reino Unido) en el año 2008 al que identificó como una nueva especie de ictiosaurio, según informa Phys.org.
Ilustración de ictiosaurios de un género indeterminado (1916). (Public Domain)
Lomax y Massare examinaron la nueva especie, la primera en ser identificada en 130 años, y la denominaron Ichthyosaurus anningae, en honor a Mary Anning (1799 - 1847), coleccionista de fósiles británica y paleontóloga bien conocida por sus importantes hallazgos de fósiles marinos del Jurásico. Siendo una mujer y al dedicarse a la investigación científica en el siglo XIX, no recibió el reconocimiento que merecía por sus muchos descubrimientos.
Retrato de Mary Anning, coleccionista de fósiles y paleontóloga inglesa (Public Domain)
Este sorprendente hallazgo dio pie a nuevas investigaciones destinadas a examinar otras colecciones y comprobar de este modo si podían existir otras especies de ictiosaurios sin identificar o que hubieran sido identificadas incorrectamente.
Descubrieron que en muchas de las colecciones de los museos (que en ocasiones podían proceder de antiguos coleccionistas privados), numerosos especímenes estaban equivocadamente catalogados, y algunas de las clasificaciones englobaban tres o cuatro especies diferentes bajo una misma denominación. Además, al menos uno de los esqueletos posiblemente perteneciera a otra especie recientemente identificada, aunque será necesaria una investigación más exhaustiva para poder confirmarlo.
Massare explica en LiveScience: “Lo que estamos descubriendo es que una especie de la que solíamos pensar que era extremadamente cambiante solo lo parecía porque la estábamos combinando con un par de especies diferentes más. Ahora estamos intentando determinar dónde está la frontera entre esas diferentes especies.”
Ictiosaurios del Museo de Historia Natural de Londres. La presencia de visitantes ayuda a hacerse una idea de la escala y los diferentes tamaños, grandes y pequeños, de estas bestias. (Drow male/CC BY-SA)
Las variaciones en los dientes, longitud y forma de las aletas, sugieren a los investigadores que los diferentes tipos de ictiosaurios nadaban también de forma diferente, y cazaban presas diferentes.
Parecería pues que la especie Ichthyosaurus communis descubierta en Street (Inglaterra), no es tan común como se creía hasta ahora. Los investigadores apuntan que desde que se ha reconocido como nueva especie el Ichthyosaurus anningae, “al menos se han podido encontrar siete especies diferentes de ictiosaurios en los estratos [capas de roca] del Jurásico Inferior del Reino Unido, lo que los convierte en el género de ictiosaurios más diverso dentro de ese intervalo de tiempo.”
Las antiguas especies de ictiosaurios presentaban un aspecto más parecido al de las anguilas, mientras que las más modernas se asemejaban más a los delfines. Reconstrucción informática de un ejemplar de Ichthyosaurus communis, del Jurásico Inferior de Inglaterra. (CC BY 3.0)
Las investigaciones en curso sin duda ayudarán a revelar la amplia y extendida diversidad de la vida prehistórica marina, y contribuirá al cuerpo de conocimientos relacionado con estos extraños y apasionantes “lagartos peces”.
Los resultados del estudio se presentaron el mes pasado en una conferencia de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados que tuvo lugar en Texas.
Imagen de portada: Esqueleto fosilizado de ictiosaurio del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano. (Ryan Somma/CC BY-SA 2.0)
Autor: Liz Leafloor
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.