Alberto Nadgar Rojas, investigador, artista visual y fotógrafo, defiende la existencia en el norte de su Chile natal de una ancestral civilización de gigantes como hipótesis para explicar los que, según él, serían los mayores geoglifos del mundo. Unos geoglifos que, tal y como ha explicado a Ancient Origins, son atípicos porque contienen muchos diseños y formas predominantemente geométricos, si los comparamos con los clásicos geoglifos antropomorfos de la cultura inca.
Para el investigador, estos geoglifos, descubiertos por él mismo hace cuatro años, constituyen las pruebas de la existencia de una civilización muy anterior a los incas, puesto que en su opinión aportan evidencias de un tipo de escritura en uno de ellos: el mayor de todos, que mide 480 metros. Un tipo de escritura que, según su hipótesis, apunta a que sumerios o egipcios, podrían haber visitado el norte de Chile hace miles de años.
A la izquierda, imagen vía satélite del supuesto geoglifo gigante, de 480 metros de longitud, descubierto por el investigador chileno. A la derecha, representación gráfica del mismo. (Fotografías: Alberto Nadgar R.)
Asimismo, ve muy posible que toda la zona haya sido un gran escenario multi-cultural ancestral e, incluso, que estuviese relacionada con la astronomía, o tal vez con la agricultura, puesto que también asegura haber descubierto grandes acueductos de 3 y 4 vías y surcos de varios kilómetros, además de senderos, ideogramas y simbología muy diversa durante sus más de cuatro años de investigación.
Según ha indicado Nadgar a Ancient Origins, actualmente sus estudios están a la espera de poder utilizar un dron en el área descubierta para captar con él, desde el aire, imágenes de gran resolución, además de poder trasladarse al lugar junto con un intérprete epigrafista especializado en escritura antigua. Para el apasionado investigador, estas olvidadas y ancestrales culturas “usaron el terreno como si fuera un cuaderno de caligrafía con espacio equidistante para inscribir su simbología o escritura, en algunos casos muy similar a la sumeria o hebrea”.
A continuación, traemos hasta estas líneas su propia versión de los hechos, el relato de su trabajo y sus conclusiones, escritos por él mismo en primera persona.
Posible huella de 60 cm de largo descubierta en la provincia chilena de El Loa comparada con un pie normal de 24 cm. (Fotografía: Alberto Nadgar Rojas)
Hace mucho tiempo, alrededor de 3.000 a 5.000 años a. C., existió una raza de gigantes en el oasis de la actual ciudad de Calama que medían entre 3 y 5 metros de altura, de los que se cree que cultivaban la tierra en un entorno natural y húmedo e intercambiaban sus cultivos, transmitiendo su cultura a otros pueblos de Sudamérica y a otras culturas transoceánicas.
Calama proviene de la palabra Kara-Aama que significa “terreno bañado de aguas”. Son muchas las preguntas acerca de este pueblo, original quizás de los continentes asiático, europeo o africano. Existen evidencias fotográficas que así lo sugieren, y en mis cuatro años de investigación he recopilado varias que lo demuestran. Claro está que, como toda prueba que se precie de serlo, ésta debiera ser certificada por un organismo competente.
Dos de las fotografías (vía satélite y a ras del suelo) en las que se pueden observar grandes geoglifos que representan figuras y posibles letras o ideogramas. (Fotografías: Alberto Nadgar Rojas)
El sector comprende 6 x 2 kilómetros, y encierra algunos de los enigmas más importantes de estas latitudes: además de los geoglifos de estos seres gigantescos que habitaban en el Loa hace ya miles de años, he obtenido fotografías donde se evidencian huellas cada 1,5 metros.
Huellas de pies gigantes, de al menos 60 cm de largo. Tanto es así que hice un estudio para determinar la proporción de las huellas, comparadas con las de un humano normal, y los resultados concluyeron que quien dejó tales pisadas debería haber medido, por lo menos, 3.70 metros de estatura.
El fotógrafo e investigador chileno ha obtenido imágenes en las que se evidencian huellas cada 1,5 metros. Huellas de pies gigantes de al menos 60 cm de largo. (Fotografías: A. Nadgar Rojas)
En la siguiente secuencia de imágenes también se puede observar cómo podrían haber llegado hasta estas latitudes, tal vez provenientes del Perú, puesto que asimismo existen registros que sugieren que también estuvieron en esa región.
Se trata de una secuencia formada por un geoglifo que mide unos 200 metros de longitud al que yo he denominado “La Llegada” y en el que pueden apreciarse diversas embarcaciones −y posibles provisiones− junto a los navegantes.
Geoglifo de 200 metros de longitud denominado por el autor “La Llegada,” en el que pueden observarse diversas embarcaciones con sus tripulantes, animales y víveres. (Fotografías: Alberto Nadgar Rojas)
Pero este tipo de descubrimientos no solo destacan por sus grandes dimensiones, sino también por evidencias de escritura en uno de los geoglifos más significativos, que por ahora llamaré el Rey Mallku −o quizás la Reina Mallku− y que forma parte de una figura más compleja que podría representar a un querubín.
Este geoglifo, que es el mayor que he encontrado, a mi modo de ver representa la figura estilizada de un rey o reina (dios o diosa) de esta cultura. Aparece portando una corona en su cabeza, y sobre su superficie hay escrita una palabra que he tratado de descifrar. Dicha escritura se asemeja en mucho al antiguo hebreo arcaico, y cada una de las letras tiene un tamaño similar al de un automóvil. Según mis interpretaciones, podría tratarse de la palabra "DIOS”.
En el siguiente mosaico de imágenes, al aplicar un filtro para detectar líneas y contornos, se puede apreciar de mejor forma.
Detalles del posible texto que aparece escrito sobre la corona del “Rey Mallku”. (Fotografías: Alberto Nadgar Rojas).
Por otro lado también se evidencia escritura muy parecida a la cuneiforme, creada por la cultura sumeria. Si todo esto se llegara a comprobar científicamente, sería un acierto a nivel mundial y se tendría que reescribir la historia de las civilizaciones que poblaron el planeta.
Según plantea el investigador y fotógrafo chileno, el geoglifo gigante constaría de textos con un tipo de escritura similar a la cuneiforme. (Fotografías: Alberto Nadgar Rojas)
Por ahora dejo planteada la teoría de que hayan podido alcanzar regiones tan apartadas del planeta. Después, con el transcurrir del tiempo, intercambiaron su valor patrimonial con otras culturas y pueblos de la región, puesto que también existen evidencias de estos intercambios… “Y mucho después surgieron los incas”.
Imagen de portada: Imagen vía satélite del geoglifo gigante al que Alberto Nadgar Rojas ha bautizado como “Rey Mallku” junto a la representación gráfica del mismo. (Fotografía cortesía de Alberto Nadgar Rojas).
Autor: Alberto Nadgar