Antes que nada conviene aclarar unas cuantas cosas: la esfinge no ha sido construida como pensamos, poniendo bloques tallados unos encima de otros… La esfinge ha sido cavada en el terreno y moldeada. Es como si escogemos una llanura o un pequeño montículo, empezamos a excavar, le vamos dando forma y, finalmente, creamos la esfinge. Solo la cabeza y las patas fueron añadidas después.
Con respecto a la cabeza, la comunidad arqueológica está casi convencida que no es la original debido a la diferencia tan grande de proporciones que existe entre la cabeza del faraón y el cuerpo de león. También podría haber poseído una cabeza de chacal en su origen, perteneciente al dios Anubis. Pero esta última hipótesis no disfruta de un claro consenso.
Si fue construida durante la época de la IV dinastía, entonces tendría unos 4.500 años de antigüedad, es decir, giraría en torno al 2500 a. C. Muchos piensan que alberga aún templos ocultos —se han descubierto dos, uno de ellos hace relativamente poco— y hay quien cree que esconde pasadizos secretos que la conectan con las pirámides. Todo esto sin ningún tipo de prueba. Pero mejor limitémonos a los hechos, que sí que están fundamentados en la ciencia, en este caso en la geología:
Se cree que el rostro de la Gran Esfinge representa al faraón Kefrén, o quizás a su padre, el faraón Keops. (Hamerani/CC BY-SA 4.0)
Robert Schoch, geólogo y profesor asociado de Ciencias y Matemáticas en el ‘College of General Studies’ de la Universidad de Boston, hizo temblar los pilares de la arqueología tradicional cuando decidió investigar la erosión presentada por la “cubeta” donde se emplaza la esfinge.
Dichas erosiones, producidas por el agua, también pueden observarse en el lomo del animal, aunque no con tanta claridad. Como hemos dicho, la esfinge se asienta en una hondonada artificial cavada en el suelo de Guiza. Su resultado fue demoledor: debido a la erosión acuática producida por las lluvias torrenciales que en Egipto solo se produjeron en esa época, antes de la desertización de la zona, la dató, como mínimo, tres mil años antes de lo que se pensaba, entre los años 5.000 a. C. y 7.000 a. C.
Imposible que fuera construida entonces durante la IV dinastía, ni siquiera habría podido ser erigida por los antiguos egipcios porque en la época en la que este geólogo la data no existía todavía la cultura egipcia. Simplemente nos encontraríamos en plena Edad del Bronce.
Tras estudiar la erosión de la esfinge algunos geólogos datan su construcción en la Edad del Bronce, antes de la aparición de la antigua civilización egipcia. (Daniel Mayer/GNU Free)
Para Schoch hubo dos fases, una en la que se construyó la esfinge y otra posterior donde se le cambió la cabeza original, posiblemente de león, por la del faraón Kefrén. Los doctores David Coxill y Colin Reader, han llegado exactamente a las mismas conclusiones sobre los procesos de erosión acuática del cuerpo de la Esfinge, y creen que es muy anterior a la época de Kefrén, en el 2500 a. C. ¿Podría ser que los antiguos egipcios decidieran construir en esa meseta puesto que la Esfinge ya estaba ahí?
Mi opinión personal es que sí, y eso sin entrar en las alineaciones de las constelaciones que situarían a la esfinge en el 10.500 antes de Cristo. Según Robert Bauval y Graham Hancock, la Esfinge de Guiza habría sido construida representando el cielo de esa época y estaría basada en la dirección del punto vernal de la tierra, que entonces apuntaba directamente hacia la Constelación de Leo, teniendo la forma inicial de un león que fue degradado por la erosión y posteriormente restaurado, recibiendo su actual forma: mitad león, mitad hombre.
Para finalizar, adjunto algunas posibles representaciones originales de la Esfinge, teniendo en cuenta sus proporciones originales:
La esfinge como colosal estatua de un león (Fotocomposición: Historia Enigmática)
Otra posibilidad: la esfinge como posible representación del dios-chacal egipcio Anubis (Imagen: Historia Enigmática)
Sin embargo, no todas las hipótesis acerca de la erosión de la Esfinge coinciden. Otras exponen que la erosión vertical que hemos visto anteriormente no tiene por qué haber sido provocada por lluvias torrenciales, ya que en los desiertos existe un fenómeno conocido como “cascada de arena” que podría haber ocasionado algunas marcas de erosión parecidas a la que presenta la “cubeta” de la Esfinge, tal y como se muestra en el siguiente vídeo:
Imagen de portada: Vista lateral de la Gran Esfinge de Guiza con la Gran Pirámide al fondo. (GNU Free)
Autor: Bran Rowan / Historia Enigmática
Este artículo fue publicado originalmente en Historia Enigmática y ha sido publicado de nuevo en Ancient Origins en Español con permiso.