En el siglo V a. C., el historiador griego Herodoto escribía acerca de las costumbres y tradiciones de las que fue testigo durante su estancia en Babilonia. Una de las costumbres más sorprendentes y controvertidas de la que informa es el mercado de esposas de Babilonia, en el que salían a subasta jóvenes mujeres, mientras que “un subastador mostraba a cada una de las mujeres una por una y las ponía a la venta.”
El testimonio de Herodoto inspiró la famosa obra del pintor Británico Edwin Long ‘El Mercado de Esposas de Babilonia’. El artista tardó dos largos años en acabarla, y fue presentada al público en la exposición de verano de 1875 de la Royal Academy. Al año siguiente fue vendida por una suma de 6.000 guineas, la mayor cantidad de dinero pagada por una pintura obra de un artista vivo hasta entonces.
Otras obras de Long: [Izquierda]: ‘La reina Esther’ (1878) (Public Domain) [Derecha] ‘El descubrimiento de Moisés’ (1886) (Public Domain)
‘El Mercado de Esposas de Babilonia’ representa a una serie de mujeres esperando ser subastadas como esposas (a diferencia de las esclavas, por ejemplo). Long se inspiró en el relato de las Historias de Herodoto para su pintura, más específicamente en el ‘Libro 1’ de este texto. Escribe Herodoto al final de su ‘Libro 1’:
Trataré ahora de sus costumbres, la más razonable de los cuales, en mi opinión, es también practicada, según he oído, por la tribu de los Ilirios. Esto es lo que acostumbran a hacer una vez al año en toda población: reúnen a todas las jóvenes de edad suficiente como para casarse y las llevan a todas juntas a cierto lugar. Una multitud de hombres formaba un círculo en torno a ellas. El subastador presentaba entonces a cada una de las mujeres una por una, y las ponía a la venta. Solía comenzar por la muchacha más atractiva, y solo después, una vez había alcanzado un buen precio y había sido comprada, escogía a la más atractiva de las que aún quedaban. Eran vendidas para ser esposas, no esclavas. Todos los hombres ricos de Babilonia que deseaban una esposa pujaban fuerte para llevarse a las muchachas más agraciadas, mientras que los hombres del pueblo llano que deseaban una esposa y no estaban interesados en su aspecto físico, solían acabar con algún dinero en el bolsillo, así como con las mujeres menos atractivas.
Fragmento de las ‘Historias’ de Herodoto (Public Domain)
Escribe Franklin Edson Belden en ‘Hombres y Escenas de la Historia’ (1898):
Los babilonios se volvieron avariciosos en grado sumo. Ponían a la venta cualquier cosa susceptible de proporcionarles dinero. Incluso las virtudes domésticas eran dejadas de lado irresponsablemente por la gratificación financiera. Toda mujer debía una vez en su vida presentarse en público ante el templo de Beltis, ya que de este modo se atraía a multitud de extranjeros a la ciudad. Y en ocasiones, regularmente, se traían doncellas en gran número y eran vendidas en una subasta, a fin de atraer a los ricos príncipes y libertinos de las naciones circundantes a este mercado sin escrúpulos. Padres y hermanos con sus hijas y hermanas estaban listos para intercambiar por dinero los placeres que solo se deben al amor. Todo lo que estaba al servicio de la locura por la ostentación, los apetitos y la sensualidad, era ofrecido y consentido hasta el más alto grado posible. Los salones de palacio eran poco más que harenes y poligamia.
Aparte de los escritos de Herodoto, Long consultó antiguas piezas arqueológicas para pintar su obra maestra. En aquella época, los británicos estaban enviando expediciones arqueológicas a Mesopotamia, obteniéndose gracias a ellas numerosos objetos procedentes de esta región, que eran inmediatamente trasladados a Londres. Al tener acceso el artista a las colecciones asirias del Museo Británico, pudo incorporar una enorme cantidad de detalles observados en estas piezas a su obra. Esto permitió a Long crear un cuadro probablemente más cercano al aspecto original de la auténtica Babilonia, en comparación con los de sus predecesores.
El cuadro puede interpretarse de muy diversas maneras. Por ejemplo, se ha sugerido que la obra podría ser vista como una sutil reflexión de la propia versión victoriana del mercado de esposas. Hay quien ha apuntado que en la época del año en que se expuso por primera vez era también cuando el ‘mercado de esposas’ británico entraba en funcionamiento. Era entonces cuando la gente acudía a reuniones sociales, en las cuales se formaban numerosas parejas. El cuadro se encuentra actualmente en el Royal Holloway College, y otra forma de interpretar esta obra de arte, desde la perspectiva de una institución educativa que empezó siendo una universidad exclusiva para mujeres, es que daba a entender que “actuaba como un estímulo para el debate sobre el nuevo papel de la mujer en la sociedad, su estatus legal y si casarse o no.”
Thomas Holloway, filántropo del siglo XIX. (Public Domain)
Imagen de portada: ‘El mercado de esposas de Babilonia’, óleo de Edwin Long. (Public Domain)
Autor: Wu Mingren
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
Fuentes:
Gilmartin, S., 2008. For Sale in London, Paris and Babylon: Edwin Long’s The Babylonian Marriage Market. [Online]
Disponible en: https://pure.royalholloway.ac.uk/portal/files/1853272/babylon.pdf
Herodotus, The Histories
[Waterfield, R. (trans.), 1998. Herodotus’ The Histories. Oxford: Oxford University Press.]
Mark, J. J., 2014. Love, Sex, and Marriage in Ancient Mesopotamia. [Online]
Disponible en: https://www.ancient.eu/article/688/
myweb.tiscali.co.uk, 2016. Edwin Long RA (1829-1891). [Online]
Disponible en: https://myweb.tiscali.co.uk/speel/paint/long.htm
Royal Holloway, University of London, 2016. Babylonian Marriage Market. [Online]
Disponible en: https://www.royalholloway.ac.uk/aboutus/artcollectionandpicturegallery/explore/babylonianmarriagemarket.aspx
Seymour, M., 2014. Babylon: Legend, History and the Ancient City. London: I. B. Taurus & Co Ltd.