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Ancient Origins España y Latinoamérica

Abanicos chinos, pliegues del alma

El abanico arrastra una larga tradición en la cultura china: ha sido testigo viviente del paso de las dinastías, acompañando con cambios estéticos y funcionales la aparición de casi cada una de ellas.

En su origen se utilizaba simplemente para bloquear la vista, el sol o el viento, y especialmente para mantenerse fresco. Sin embargo, gradualmente, a partir del periodo de los Tres Reinos (220-280), artistas plásticos y poetas comenzaron a plasmar sus obras sobre abanicos. Así, alrededor de ellos, se desarrolló toda una cultura.

Según el libro Pinturas famosas de la historia, de Yan Yuan Zhang, Buo Yang, quien sirvió como jefe de archivos durante el periodo de los Tres Reinos, pintaba abanicos para el Primer Ministro Cao Cao. Un día, por un descuido, cayó una gota de tinta sobre un abanico. Él,  aprovechando el infortunio, dibujó una mosca. Si bien no quedó hermosa, el esfuerzo le sirvió para disimular la gota de tinta.

Mujer con un abanico oval, de la pintura “Agradeciendo las ciruelas” (primera mitad del siglo XVII), obra del artista chino Chen Hongshou, (1598-1652) Museo provincial de Guangdong, China. (Public Domain)

Así, desde las dinastías Wei y Jing de aquel periodo, escribir poemas y pintar sobre los abanicos se volvió cada vez más popular, costumbre que perduró durante muchas dinastías más.

Según los libros de historia, el famoso calígrafo  Xi Zhi Wang,  de la Dinastía Dong Jing (317-420), fue la primera persona en escribir caligrafía sobre abanicos. Así, El libro Historia de la Dinastía Jing: biografía de Xi Zhi Wang, relata una historia en la que Xi viaja a la ciudad de Shaoxing y ve a una anciana cargada con más de diez abanicos hexagonales de bambú que pretendía vender. Sintiendo pena por ella, Xi le pregunta: “¿Cuánto cuestan tus abanicos?”. “Veinte wens”, responde la anciana. Xi saca entonces su pincel y escribe cinco ideogramas en cada abanico, diciéndole a la anciana: “Con decirle a la gente que Youjun Wang escribió estos ideogramas, podrá vender cada abanico por cien wens”.

Aunque dudaba del gesto de Xi, la anciana llevó todos sus abanicos al mercado. Para su sorpresa, los abanicos llamaron la atención de muchos compradores, y pudo venderlos todos en muy poco tiempo.

Antiguo abanico chino pintado a mano y expuesto en el Museo Guimet de París, Francia. (Miguel Hermoso Cuesta/CC BY-SA 4.0)

En la actualidad, cerca de la montaña Chi, en la ciudad de Shaoxing, provincia de Zhejiang, hay un puente llamado “Puente del abanico de caligrafía”. Según la leyenda, allí fue donde Xi Zhi Wang escribió su caligrafía sobre los abanicos de la anciana vendedora.

Durante las dinastías Sui y Tang (581 – 907), los abanicos eran muy elegantes y abundantes en variedad. En esa época, los abanicos más populares eran los de seda, los de pluma y los de papel. El emperador Taizong de la Dinastía Tang era famoso por su caligrafía.

Durante los Festivales de Barcas de Dragón, este emperador solía escribir sobre abanicos que luego obsequiaba a sus ministros. Según el libro Historia de Tang, que documenta los hechos de la Dinastía Tang, en los Festivales de Barcas de Dragón el abanico no era un mero obsequio, sino también un objeto para recordar a los difuntos.

El Emperador Taizong, de la Dinastía Tang, era famoso por su caligrafía (en la imagen). Durante los Festivales de Barcas de Dragón, este emperador solía escribir sobre abanicos que luego obsequiaba a sus ministros. Ilustración perteneciente al libro “El mundo chino” de  Jacques Gernet, (París 1976). (Public Domain)

Tras la Dinastía Tang, la tradición de escribir ideogramas sobre los abanicos mantuvo aún su popularidad durante las dinastías Song, Ming y Qing. Lejos de ser un mero objeto cotidiano o de decoración para mujeres y eruditos refinados, el abanico chino, dentro de su cultura, se equipara con las largas togas y las profundas pinturas de paisajes, siendo considerado uno de los contados bastiones culturales clásicos que engloban los valores morales básicos chinos de ‘piedad filial’, ‘justicia’, ‘verdad’ y ‘virtud’.

Además, se ha utilizado habitualmente en las representaciones de Ping Tan (tradicionales relatos de historias acompañados generalmente por uno o dos instrumentos musicales), la ópera teatral china, la danza y el Quyi (obras en las que se narran historias con música y actuaciones).

Son muchos los poemas que se hicieron famosos tras inmortalizarse en abanicos:

Agitando el abanico de plumas, vistiendo un pañuelo de seda, él bromeó y sonrió; y redujo los barcos de los enemigos a cenizas y humo, palabras que muestran confianza en un estilo natural y libre.

Los abanicos comenzaron a utilizarse como complementos en las representaciones de la ópera teatral china. En la imagen, el personaje Zhuge Liang de la Ópera de Beijing encarnado por el actor Lu Daming. (ウィキ太郎 wikitaro/CC BY-SA 4.0)

Los versos “Sostener un abanico redondo mientras se hace una reverencia con las manos juntas es como sostener una luna llena; agita el abanico para sentir el viento”, demuestran exactitud y gracia.

Poemas como éste ilustran el uso práctico y el estilo cultural elegante y relajante del abanico en sus cinco mil años de historia china.

Imagen de portada: Grupo de mujeres chinas luciendo sus abanicos. Fotografía realizada en Cantón entre los años 1859 y 1890 (Lai Afong/CC BY 2.0)

Autor: La Gran Época – (adaptado de www.pureinsight.org)

Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época y ha sido publicado de nuevo en www.ancient-origins.es con permiso.