Nostradamus es uno de los personajes históricos más célebres para el gran público gracias a sus supuestas profecías narradas en diversas series de cuartetas escritas en verso. Pero, ¿quién fue realmente Nostradamus? ¿Quién se oculta tras el adivinador de catástrofes? ¿Cómo fue la vida de Michel de Nôtre-Dame?
Michel de Nostradamus nació en la villa de Saint-Rémy, en La Provenza francesa, el jueves 14 de diciembre del año 1503, sobre las doce del mediodía. Fue el primogénito de los 18 hijos que tuvo el matrimonio formado por Jacobo de Nostredame –notario judío de la villa- y Renata de Saint-Rémy. Tanto su abuelo materno como el paterno, doctos en matemáticas y medicina, le introdujeron en la farmacopea, la medicina, las matemáticas y la astrología.
Su familia procedía de la tribu judía de Isacar que, curiosamente, se considera pródiga en adivinos y profetas. En torno al año 1480, un edicto real ordenó a todos los hebreos la conversión, bajo amenaza de sufrir la confiscación de todos sus bienes si se negaban a ello. Abraham Salomón, bisabuelo de Michel, optó por convertirse tomando el apellido de Nostredame. Un apellido que, posteriormente, su famoso nieto transformaría en Nostradamus pensando que, de este modo, sonaría más rimbombante y misterioso.
Infancia y juventud
Desde muy niño, el joven Michel manifestó un carácter introvertido que lo caracterizaría durante el resto de su vida. Su brillante inteligencia y su inagotable sed de conocimientos le llevaron a tener como mejor amigo en su infancia a su propio abuelo materno, Jean de Saint-Rémy.
Desde su más tierna infancia, Nostradamus estudió astrología, astronomía y matemáticas. Zodíaco de Lubok con el Sol, la Luna, las cuatro estaciones y los doce signos del zodíaco. Finales del siglo XVII – principios del XVIII. (Public Domain)
El pequeño acompañaba a su abuelo en los quehaceres profesionales de éste, mientras le interrogaba acerca de los secretos de su trabajo. Jean de Saint-Rémy se sentía orgulloso de la vocación médica de su nieto y se convirtió en su primer maestro. Gracias a su influencia, a los catorce años, Michel ya era un intelectual de sólida formación, capaz de leer, escribir y hablar correctamente no sólo el francés materno y el hebreo familiar, sino también el latín, el griego y el italiano. Además, poseía avanzados conocimientos de matemáticas y aprendió muy pronto a manejar el astrolabio, a conocer las estrellas y a describir las conjunciones astronómicas. De hecho sus maestros a menudo se ofendían por su defensa de Copérnico y la astrología. Pero su principal interés se centraba en la Medicina.
A los quince años, Michel viajó hasta la vecina ciudad de Aviñón para ingresar en la Facultad de Artes. Allí pasaría los tres años siguientes. Posteriormente, en 1522, se matriculó en la Universidad de Montpellier: una de las más famosas escuelas médicas de Europa. Es allí donde latinizará su nombre convirtiéndolo en Nostradamus. Tanto en Aviñón como en Montpellier, Michel asombraba a profesores y compañeros por su preparación, increíble memoria y extrañas facultades.
Entrada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Montpellier, donde estudió Michel de Nostradamus. (Paul Morris/CC BY-SA 2.0)
El médico contra la peste
Michel tenía tan solo 22 años cuando inventó, con gran éxito, unos polvos preventivos contra la peste durante la epidemia que asoló Montpellier. Su batalla contra la enfermedad se prolongó varios años, y lo llevó hasta ciudades como Toulouse y Carcasona, donde fue médico personal del obispo Amenien de Fays. En 1529 regresó a Montpellier para continuar sus estudios. Fue en esta época, mientras Nostradamus se encontraba viajando, cuando conoció a diversos doctores, alquimistas, cabalistas y místicos renacentistas con los que comenzó a relacionarse de forma oculta y discreta.
Permaneció en Montpellier tres años más, enseñando en la misma universidad en la que se había formado como médico. No tuvo que esperar mucho tiempo para aplicar en el terreno práctico sus conocimientos científicos: durante décadas, la Peste Negra había golpeado a Europa mientras falsos profetas y predicadores florecían a la sombra de la desesperación general. Fue entonces cuando, recordando las ideas de su abuelo Saint-Rémy y aplicando los resultados de sus propias investigaciones, Nostradamus se dedicó a combatir la epidemia de raíz.
Michel observó que no sólo los remedios empleados eran inútiles, sino que además no se hacía nada para impedir la propagación de la epidemia: los enfermos morían en malolientes habitaciones cerradas porque se creía que el aire era fuente de contagio, y al menor síntoma de haber contraído la terrible enfermedad se les practicaba una sangría que sólo servía para debilitarlos aún más. Nostradamus descartó éstas y otras insensateces y atacó la peste con limpieza, aire fresco y hierbas medicinales. El joven doctor logró curaciones que fueron calificadas de milagrosas gracias a su revolucionario tratamiento.
Nostradamus alcanzó fama como médico en su lucha contra la peste logrando curaciones que se calificaron de milagrosas. El triunfo de la muerte, (c. 1562), de Pieter Brueghel el Viejo. Museo del Prado. (Public Domain)
Primer matrimonio y años viajeros
Poco se sabe de su primera esposa. Incluso muchos autores afirman que aún hoy su identidad nos es desconocida, aunque otros aseguren que se trató de una alta dama de la sociedad de entonces llamada Ana de Cabrejas. Sin embargo, lo que sí sabemos es que el matrimonio tuvo dos hijos: un niño y una niña.
En 1534, ya casado y con dos hijos, recibió una invitación por parte de su entonces gran amigo, mentor y maestro Julio César Escalígero –quien años después se convertiría en uno de sus mayores opositores- para establecerse él y su familia en la ciudad de Agen, ubicada al norte de Toulouse. Así lo hizo, y allí le esperaría su peor batalla contra la peste. Una batalla en la que la conocida como “Muerte Negra” lograría derrotarle.
Es en el año 1537 cuando la tragedia golpea a Nostradamus de la forma más cruel al morir su esposa y sus hijos a causa de la peste. Además, es también en estos momentos cuando Escalígero inicia sus disputas con él. Como para olvidarse de todo ello y reencontrarse consigo mismo, Michel comenzó una de las etapas más viajeras de su vida, recorriendo Italia y Francia en varias ocasiones. Durante estos meses y a lo largo de sus viajes comenzó a explorar diversas enseñanzas místicas, acrecentándose los rumores acerca de sus supuestos poderes proféticos.
Autorretrato de Julio César Scaliger, erudito, amigo, maestro y mentor del joven Michel de Nostradamus y que, con el paso del tiempo, se convertiría en uno de sus mayores opositores. (Public Domain)
Boticario, perfumista y segundo matrimonio
Tras su largo periplo viajero, durante el cual se mantuvo ocupado aprendiendo y curando, en 1546 Michel se instaló en Marsella y se dedicó a elaborar elixires, perfumes y filtros de amor, reconvertido en perfumista y boticario. Pero la peste negra volvió a encontrarle, surgiendo un nuevo brote de la terrible epidemia en Aix-en-Provence.
Nostradamus inventó un mejunje compuesto de resina de ciprés, ámbar gris y zumo de pétalos de rosa que habían de recogerse en cestos cada madrugada. Su fármaco, una vez más, consiguió detener el contagio y la propagación de la enfermedad hasta el punto de ser requerida su presencia en Lyon cuando allí se declaró un nuevo brote de peste.
Al año siguiente se trasladó a Salon, y en una casa de modesta apariencia, abrió su consulta dedicándose a atender a su nutrida clientela, ansiosa de adquirir sus ya famosos aceites, pócimas y bebedizos.
Estatua de Nostradamus en la ciudad francesa de Salon-de-Provence. (BlueBreezeWiki/CC BY-SA 3.0)
En esta época, además de casarse con una rica viuda llamada Anne Ponsarde Gemelle, -con la que, de nuevo, fue padre en varias ocasiones-, elaboró una de sus más apreciadas mixturas, capaz de curar la esterilidad femenina a base de orina de cordero, sangre de liebre, pata izquierda de comadreja sumergida en vinagre fuerte, cuerno de ciervo pulverizado, estiércol de vaca y leche de burra.
Un bebedizo que, al parecer, hizo posible que la florentina Catalina de Médicis, nieta del papa Clemente VII y esposa del rey de Francia Enrique II, empezase a parir hijos de forma prodigiosa tras once años de yermo matrimonio.
Nostradamus atendía a sus clientes durante el día y permanecía durante la noche encerrado en un observatorio que había hecho instalar en la parte alta de su casa.
Retrato de Catalina de Médicis, reina consorte de Francia y clienta del célebre boticario Michel de Nostradamus. Miniatura atribuida a François Clouet, c. 1555 (Public Domain)
El profeta Nostradamus
Por miedo a que sus visiones suscitasen maledicencias y calumnias –como de hecho acabó sucediendo- prefirió guardar sus profecías para sí mismo. Así, en 1542 escribió a su hijo César:
"Estando a veces durante toda una semana penetrado de la inspiración que llenaba de suave olor mis estudios nocturnos, he compuesto, mediante largos cálculos, libros de profecías un poco oscuramente redactados, y que son vaticinios perpetuos desde hoy hasta el año 3797. Es posible que algunas personas muevan con escepticismo la cabeza en razón de la extensión de mis profecías sobre tan largo período, y sin embargo todas ellas se realizarán y se comprenderán inteligiblemente en toda la Tierra."
Sin embargo, en 1555 decidió hacer públicas sus famosas predicciones, y su éxito fue tal que inmediatamente fue reclamado en la corte, donde el rey Enrique II lo colmó de regalos. En los años siguientes su prestigio aumentaría hasta límites insospechados cuando una de sus predicciones, la relativa a la muerte del rey, se cumplió, tal y como había escrito, en uno de los torneos en los que se celebraba el fin de la guerra con España.
Ejemplar de la edición de 1672 de la traducción inglesa de las Profecías de Nostradamus. Biblioteca del Centro de Ciencias de la Salud de San Antonio, perteneciente a la Universidad de Texas, Estados Unidos. (Public Domain)
Sus últimos años de vida se vieron marcados por enfermedades frecuentes como la artritis, la insuficiencia cardiaca y la gota, que lo fueron debilitando día a día. El 2 de julio de 1566 un edema cardiopulmonar acabó por causarle la muerte, poco antes de la salida del sol.
Quienes le conocían íntimamente aseguraron que días antes de fallecer escribió de su propia mano estas palabras en latín: “Hic prope mors est”(“mi muerte está próxima”).
Imagen de portada: Retrato de Nostradamus dibujado por Aimé de Lemud en 1840. (Public Domain)
Autor: Mariló T. A.