El Zorro es uno de los iconos de la cultura del siglo XX. Aunque se trata de un personaje de ficción, su historia está basada en las biografías de al menos tres hombres: Juan Nepomuceno Cortina, Tiburcio Vázquez y el más importante de todos y que realmente dio pie a la leyenda: Joaquín Murrieta.
De hecho se usó este nombre en las películas del Zorro protagonizadas por Antonio Banderas. El apellido de su personaje es Murrieta. No solo eso, sino que además su hijo se llama Joaquín. El estreno de las películas “La máscara del Zorro” en 1998 y “La leyenda del Zorro” en el año 2005, trajo de nuevo a la vida la leyenda de Joaquín Murrieta.
Joaquín Murrieta nació en torno al año 1829 en Hermosillo, estado de Sonora (México). Su vida transcurrió principalmente en California, adonde viajó en busca de oro durante la fiebre del oro californiana de mediados del siglo XIX.
Murrieta sufrió la discriminación racial de los blancos estadounidenses, lo que provocó que se rebelara contra aquella sociedad y sus normas. Defendió los derechos de los nativos americanos sobre las minas y acabó por convertirse él mismo en un minero de éxito. Esto despertó la envidia de los blancos, que violaron a su esposa como venganza mientras que a él le golpearon violentamente. En esta época tenía lugar un tráfico ilegal de caballos en la zona, al que se unió Murrieta. Sus compañeros en este negocio le ayudaron a seguir el rastro y finalmente dar muerte a los responsables de la violación de su mujer.
Retrato de Murrieta (Public Domain)
Así nació la banda de Murrieta, que empezó a asaltar trenes en California. Se desconoce exactamente de cuántos miembros se componía la banda: algunos creen que solo eran cinco (por lo que se les habría llamado ‘Los cinco de Murrieta’ o ‘Los cinco Joaquines), mientras que otros sugieren que el grupo era más numeroso.
La banda asesinó por lo menos a 14 angloamericanos y 28 chinos, pero la gente que habitaba en las poblaciones cercanas empezó a proteger tanto a Murrieta como a los suyos. Como podemos leer en Legends of America, Murrieta se había convertido en un “héroe popular que había iniciado su carrera delictiva solo después de que una turba de mineros estadounidenses le hubiera propinado una soberana paliza dándole por muerto, además de ahorcar a su hermano y violar y asesinar a su esposa… Joaquín era un personaje caballeroso y romántico que había jurado vengar las muertes de sus familiares y que cometió muchos delitos únicamente en un esfuerzo por “enmendar” las numerosas injusticias que padecían los mexicanos.”
Algunos registros sobre su vida sugieren que podría haber existido más de un hombre cuyas acciones dieron pie a la leyenda del justiciero mexicano. Sin embargo, los documentos históricos disponibles sobre Murrieta, que podrían confirmar la verdad sobre su vida, son escasos, por lo que los relatos de sus hazañas apenas pueden ser considerados poco más que leyendas populares.
Dibujo a lápiz del Zorro obra de Charles V. Norris (Public Domain)
En 1853, la Legislatura Estatal de California reclutó a un grupo de hombres conocido como los California Rangers para atrapar y dar muerte a Murrieta y su banda. El grupo estaba formado por antiguos veteranos de la guerra entre México y Estados Unidos. Recibían una paga de 150$ al mes por buscar a Murrieta y cobrarían una recompensa adicional de 1.000$ por la muerte de Murrieta y el resto de integrantes de su banda.
Oficialmente se dio muerte a Murrieta y como mínimo a otros dos hombres el 25 de julio de 1853. Como prueba de su ejecución, los Rangers de California cortaron la cabeza del cadáver de Murrieta y la entregaron metida en un tarro con brandy.
Sin embargo, empezaron a correr rumores de que la cabeza que se había expuesto en Stockton, San Francisco, y en los campamentos mineros de Mariposa County, no era la de Murrieta. Según las descripciones publicadas por el director del periódico de San Francisco Alta el 23 de agosto de 1853:
Hace unas pocas semanas un grupo de nativos de California y Sonora partió en dirección al valle de Tulare con la intención confesa y reconocida de traficar con caballos. Tres de ellos han regresado informando de que fueron atacados por un grupo de estadounidenses, y de que el resto de los miembros de su propio grupo, en total cuatro, habían sido asesinados; que Joaquín Valenzuela, uno de ellos, fue asesinado cuando intentaba escapar, y que sus captores le cortaron la cabeza y la guardaron como trofeo. Es también bien conocido que Joaquín Murrieta no fue el hombre asesinado por los hombres del capitán Harry Love en el paso de montaña de Panoche. La cabeza expuesta recientemente en Stockton no guarda semejanza alguna con Murrieta, y este hecho ha sido confirmado positivamente por aquellos que han visto tanto a Murrieta como a la espuria cabeza.
Póster en el que se anuncia la exhibición de la supuesta cabeza de Murrieta en Stockton, c. 1853 (Public Domain)
En 1879, la hermana de Murrieta afirmó que la cabeza que había visto en el tarro no era la de su hermano. También dijo que no había hablado antes porque quería proteger a su hermano y permitirle escapar. Sus declaraciones nunca pudieron ser confirmadas, ya que la cabeza fue destruida en un incendio durante el terremoto de San Francisco del año 1906.
La historia de Murrieta no acabó con su supuesta muerte y desaparición. Contaba con su sobrino como sucesor, llamado Procopio. Procopio era también conocido como Red-Handed Dick, un sobrenombre que recibió por el color rojo de sus cabellos. Procopio se convirtió en uno de los bandidos más famosos de la historia de México. Cuando murió Joaquín Murrieta, su sobrino solo tenía 12 años, pero había sido criado en el culto a la figura de su tío. A lo largo de su vida, hizo todo lo que estuvo en su mano para hacer aún más grandes la fama y la leyenda de Murrieta. Debido a sus acciones, la historia de Joaquín se hizo tan popular que en el año 1919 Johnston Mc Culley publicó un relato titulado The Curse of Capistrano (‘La maldición de Capistrano’), inspirado en la leyenda de aquel hombre que castigaba a los ricos y protegía a los pobres.
Murrieta gozó de una fama diversa, tanto buena como mala. Algunos le consideraban poco más que un bandido y un asesino, aunque la mayor parte del pueblo veía en él a un gran patriota que amaba a su nación. Murrieta se convirtió en personaje de muchos libros y poemas. El más famoso de ellos fue obra de John Rollin Ridge, descendiente de un jefe Cheroqui, y fue publicado en la Gaceta de la Policía de California en el año 1858.
John Rollin Ridge, escritor de origen cheroqui. (Public Domain)
Hasta el día de hoy, en los estados más pobres de México, a la gente aún le gusta contar la historia de Murrieta o El Zorro, y soñar que algún día aparecerá otro como él para ayudarles en su lucha.
Imagen de portada: La leyenda de la máscara del Zorro. (CC BY 2.0)
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
Fuentes:
Jill L. Cossley-Batt, The Last of the California Rangers, 1928, disponible en: https://www.yosemite.ca.us/library/california_rangers/
Joaquin Murrieta - Patriot or Desperado? By Kathy Weiser, disponible en: https://www.legendsofamerica.com/ca-murieta.html
The Legend of Joaquin Murieta, disponible en: https://www.sptddog.com/sotp/jomu.html?artoid=4770&webpage=0
What's the story on Joaquin Murieta, the Robin Hood of California? disponible en: https://www.straightdope.com/columns/read/2090/whats-the-story-on-joaquin-murieta-the-robin-hood-of-california