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Ancient Origins España y Latinoamérica

Hammurabi: el gran rey de Babilonia y su Código de Justicia

La antigua Babilonia fue el hogar de algunas poderosas dinastías y gobernantes. Uno de ellos fue Hammurabi, sexto rey de la dinastía babilónica, que gobernó en la Mesopotamia central (Iraq moderno) desde el año 1792 a. C. al 1750 a. C. Pero, ¿quién fue este gran rey de Babilonia? En primer lugar, Hammurabi proclamó uno de los códigos legales más antiguos y completos, pero también llevó a cabo muchas otras contribuciones.

Hammurabi («Hammu» significa «familia» en amorreo y «rapi» significa «grande» en acadio) fue una de las figuras históricas más importantes de la antigüedad. Fue constructor, conquistador y legislador. Fuentes antiguas aseguran que él fue quien construyó Babilonia llegando a convertirla en una ciudad mayor que Ur y que cualquier otra ciudad de su tiempo, haciendo de ella, además, un importantísimo centro religioso.

Marduk, hijo de Enki, fue declarado el dios patrón de Babilonia y el dios supremo del panteón, logrando tal poder y autoridad que llegó a relevar a su padre del rango de dios principal. A pesar de que todo ello provocó muchas protestas, finalmente sucedió tal y como había decidido Hammurabi.

El dios babilónico Marduk. (Fuente: Código Oculto).

En el momento en que Hammurabi ascendió al trono, Babilonia ya era un estado importante, que incluía entre otras las tierras de Kish, Sippar y Borsippa. Sin embargo, Hammurabi reconoció la autoridad de Shamshi-Adad I, rey de Asiria y Mari. Posteriormente, en el trigésimo año de su reinado, comenzó a expandir su reino conquistando Larsa, Eshnunna y también las hasta entonces respetadas Asiria y Mari. Por primera vez desde la Tercera Dinastía de Ur, se forjó un poderoso Imperio babilónico.

Por otro lado, mientras estuvo involucrado en sus avances militares y políticos, también supervisó numerosos proyectos de regadío así como la construcción de fortificaciones y templos erigidos en honor a Marduk. En Babilonia no era tarea fácil construir espectaculares pirámides, templos y torres ante la carencia de piedra. Pero siguiendo los ingeniosos diseños de Hammurabi, las impresionantes estructuras babilónicas fueron construidas a base de moldear y hornear la arcilla, que se endurecía formando ladrillos de una calidad tan sumamente perfecta que muchos de ellos sobrevivieron hasta nuestros días.

En su época de máximo apogeo, Babilonia, destacaba como un importante centro comercial y cultural, estando habitada por unas 200.000 personas. En el centro de esta ciudad gigantesca, repleta de torres, palacios y jardines, se erigió un gran zigurat que, según estimaciones llevadas a cabo por los arqueólogos, debió superar los 90 metros de altura.

Las ruinas de Babilonia (actual Iraq) en el año 1975. (Dominio público)

El espléndido reinado de Hammurabi duró cincuenta y cinco años. Después de su muerte, la gran Babilonia fue decayendo de forma gradual. Es más: poco después ya no quedaba mucho de la espectacular Babilonia de Hammurabi. Ni siquiera se conservaron archivos, y los únicos documentos históricos fiables que cuentan la historia de Babilonia son las tabletas de arcilla desenterradas en otros lugares.

Como decíamos al principio, uno de los logros más famosos de Hammurabi fue su código legal (en gran medida influido por la cultura sumeria), que incluía numerosos y duros castigos. El Código de Hammurabi, descubierto en 1901, fue promulgado al final de su reinado, apoyando la doctrina del «ojo por ojo». Se trata de una recopilación de leyes y normas, destacando múltiples reglas indispensables para las relaciones comerciales, así como numerosas penas y castigos destinados a satisfacer las exigencias de la justicia.

La estela de piedra negra que contiene el código de Hammurabi fue tallada a partir de una sola pieza de cuatro toneladas de diorita, mineral de extrema dureza e increíblemente difícil de tallar. En su parte superior aparece un relieve de unos 75 centímetros de altura donde se puede observar a un Hammurabi, en pie, recibiendo la ley —aquí simbolizada por una barra de medir y una cinta—, de manos de un sedente  Shamash, dios babilónico de la justicia.

Estela de diorita negra con el Código de Hammurabi, esculpido entre los años 1792 a. C. y 1750 a. C. Museo de El Louvre de París, Francia. (Mbzt/GNU FREE)

El resto del monumento, de más de dos metros de alto, está cubierto con columnas de escritura cuneiforme cincelada. El Código de Hammurabi fue saqueado por invasores y más tarde redescubierto en 1901 por un equipo arqueológico francés en el actual Irán. Los 282 edictos del código, que abarcan desde derecho privado y familiar hasta contratos profesionales y derecho administrativo, están escritos en forma de «si – entonces». Los edictos describen diferentes normas de justicia para las tres clases de la sociedad babilónica: la clase propietaria, los libertos y los esclavos.

Así, los honorarios de un doctor por curar una herida grave serían de 10 siclos de plata para un caballero, 5 siclos para un liberto y 2 siclos para un esclavo. Las sanciones por negligencia seguían el mismo esquema: el médico que mataba a un paciente rico sufriría la amputación de sus manos, mientras que si la víctima era un esclavo, solo tendría que hacer frente a una restitución financiera. El código de Hammurabi no fue la primera recopilación de leyes del mundo, pero sí que se convirtió en la más completa y la más famosa de toda la historia de la humanidad.

Imagen de portada: Fotocomposición con un busto de Hammurabi e imágenes de su famoso código. (Código Oculto)

Autor: Código Oculto

Este artículo fue publicado con anterioridad en Código Oculto y ha sido publicado de nuevo en Ancient Origins en Español con permiso.