Cleopatra VII tuvo cuatro hijos: uno con Julio César y tres con Marco Antonio. Hasta el año 31 a. C., la familia de la última reina de la dinastía Ptolemaica vivió una vida magnífica en su palacio de oro, uno de los más lujosos del mundo. Sin embargo, cuando Cleopatra y Marco Antonio fueron derrotados por Octaviano en la batalla naval que tuvo lugar en Actium en el año 31 a. C., esta vida idílica tocó a su fin. El futuro emperador romano, que acabaría siendo conocido como César Augusto, no tuvo piedad de sus enemigos. Octaviano esperaba poder derrotar a Marco Antonio y llevarse a Cleopatra a Roma como trofeo. Según las antiguas crónicas, no pudo conseguirlo porque en el año 30 a. C. tanto Cleopatra como Marco Antonio se suicidaron. Este hecho dejó a sus cuatro hijos sin nadie que les protegiera.
El hijo mayor de Cleopatra nació el 23 de junio del año 47 a. C. Al ser hijo de Cayo Julio César, recibió el nombre de Cesarión, que significa “pequeño César”. Su nombre completo era Ptolomeo XV Filópator Filómetor César, y fue el último rey de la dinastía Ptolemaica de Egipto. Reinó junto a su madre desde el 2 de septiembre del 44 a. C. hasta el día de su muerte. A Cleopatra le gustaba pensar que algún día se convertiría en un emperador tan ilustre como lo fue su padre. Recibió lecciones de los mejores profesores a fin de prepararle para cumplir su futuro destino.
Cesarión probablemente siguiera ocupando el trono tras la muerte de su madre, que tuvo lugar el 12 de agosto del 30 a. C. No obstante, fue asesinado por orden de Octaviano solo 11 días más tarde. Al darle muerte, Octaviano eliminó a su único competidor para el trono de Roma.
Escultura de Cesarión, de la exposición sobre Cleopatra “Unravel the Mystery”, Instituto Franklin de Filadelfia (CC0 1.0)
Cesarión tuvo dos hermanos varones: Alejandro Helios (dios del sol griego) y Ptolomeo Filadelfo. Alejandro Helios nació en el año 40 a. C. y fue el segundo de los hijos varones de Cleopatra. En el 34 a. C. recibió el título de “Rey de Reyes.” Sus padres decidieron coronarle rey de Armenia, Partia, Media y todas las naciones que fueran descubiertas en el futuro entre los ríos Indo y Éufrates. En el 33 a. C., Alejandro fue prometido a Iotapa, princesa de Media Atropatena e hija del rey Artavasdes I de Media Atropatena.
El tercer hijo varón de Cleopatra, Ptolomeo Filadelfo, nació en agosto o septiembre del 36 a. C. A finales del 34 a. C. se convirtió en rey de Siria, Fenicia y Cilicia. Las antiguas crónicas no mencionan la participación de este príncipe en campaña militar alguna ni su eventual carrera política. Tampoco existe información alguna sobre posibles planes para su matrimonio, todo lo cual sugiere que no vivió lo suficiente como para llegar a adulto.
Alejandro Magno retratado como Helios. Mármol romano copia de un original helenístico del siglo III a. C. - II a. C. (Public Domain)
Cuando Octaviano conquistó Egipto, perdonó la vida a Alejandro, pero se llevó consigo a Roma a los tres hijos de Cleopatra y Marco Antonio en calidad de prisioneros. Celebró su victoria con un desfile. Uno de los más magníficos trofeos que presentó a los romanos fue el de poder contemplar a los hijos de la reina egipcia aherrojados con cadenas de oro. Se les hizo desfilar por las calles de Roma tras una efigie de su madre a cuyo brazo se aferraba un áspid. Octaviano entregó los niños a su hermana mayor y anterior esposa de Marco Antonio, Octavia la Menor. Desde entonces vivieron en casa de Octavia junto con los hijos e hijas de ésta.
En su Historia de Roma, Casio Dión solo menciona la llegada a Roma de unos gemelos. Esto plantea el interrogante de si Ptolomeo Filadelfo sobrevivió al viaje a Roma. Podría haber muerto a causa de alguna enfermedad en el invierno del año 29 a. C. Por su parte, Alejandro Helios quizás dejó Roma acompañado de su hermana gemela: Cleopatra Selene (la diosa griega de la luna).
Sorprendentemente, la única hija de Cleopatra llegaría a ser la más grande de todos los vástagos de la última reina de Egipto. Cuando Augusto dispuso que se casara con el rey Juba de Numidia en Roma entre los años 26 a. C. y 20 a. C., nadie podría imaginar que se acabarían convirtiendo en dos de los más importantes soberanos de Mauritania de la historia. Augusto entregó a Cleopatra una inmensa dote como regalo de bodas, de modo que la futura reina se convertiría de este modo en aliada de Roma. Al anexionarse el Imperio el reino de Juba, provincia romana desde el 46 a. C., Juba pasó a ser un rey sin reino. Debido a este hecho, ambos fueron enviados a Mauritania, que en aquella época era un territorio desorganizado que necesitaba de la supervisión de Roma.
Moneda del antiguo reino de Mauritania: Juba II de Numidia en el anverso (izquierda); Cleopatra Selene II en el reverso (derecha). (Public Domain)
Cleopatra Selene fue, por tanto, la única superviviente de la dinastía Ptolemaica. En su nueva capital, cultivó la memoria de su madre construyendo monumentos y templos en su honor. Llamaron a la nueva capital Cesarea, la actual Cherchell argelina. Durante su reinado, el reino de Mauritania prosperó gracias a la exportación y el comercio en la cuenca mediterránea. La arquitectura de la ciudad era una mezcla de los estilos griego, romano y egipcio.
Cleopatra Selene y Juba II tuvieron dos hijos. Uno de ellos fue una niña cuyo nombre no ha quedado registrado en las crónicas. Algunos investigadores creen que fue Drusila de Mauritania, aunque la mujer que recibió este nombre podría haber sido también nieta de Juba y Cleopatra. Mucha más información llegó hasta nosotros de su hijo, Ptolomeo de Mauritania. Con la muerte de éste, en el 40 d. C., se cerró la historia de la dinastía Ptolemaica.
Tumba de Juba II y su esposa Cleopatra Selene II. Tipaza, Argelia (CC0 1.0)
La fecha de la muerte de Cleopatra Selene se desconoce. La última moneda acuñada con su nombre data del 17 d. C. El epigrama del griego Crinágoras de Mitilene está considerado como una loa a la antigua reina de Mauritania, y aporta algo de luz a la posible fecha de su muerte:
“La propia luna se oscureció, alzándose al atardecer,
Cubriendo con la noche su sufrimiento,
Porque vio a su bella homónima, Selene,
Sin vida, descendiendo al Hades,
Con ella compartió la belleza de su luz,
y se confundió con su oscuridad a su muerte.”
Si este poema tiene una correlación astronómica real, podría utilizarse para calcular la fecha de la muerte de Cleopatra. Hubo eclipses lunares en los años 9, 8, 5 y 1 a. C., y posteriormente en los años 3, 7, 10, 11 y 14 d. C. Según Zahi Hawass, ex Ministro de Antigüedades egipcio, Cleopatra Selene murió en el año 8 d. C. Tras su muerte, fue enterrada en el Mausoleo Real de Mauritania, ubicado en lo que hoy es Argelia. Los arqueólogos descubrieron además en esta tumba una inscripción fragmentaria dedicada a Juba y Cleopatra, rey y reina de Mauritania.
Imagen de portada: Marco Antonio y Cleopatra (1883), obra de Lawrence Alma-Tadema. (Public Domain)
Autor: Natalia Klimczak
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
Fuentes:
Tyldesley J., Cleopatra: The Last Queen of Egypt, 2010.
Roller, Duane W, The World of Juba II and Kleopatra Selene, 2004
Fletcher, J, Cleopatra the Great. The Woman Behind The Legend, 2008.
Krawczuk, A., Kleopatra, 1969.