El pie humano es característico. Nuestros cinco dedos de los pies carecen de garras, normalmente apoyamos la planta del pie plana sobre el suelo, y nuestros dedos del pie primero y segundo son más largos que los más pequeños. En comparación con nuestros parientes primates, nuestro dedo gordo del pie está alineado con el eje longitudinal del pie, no sobresale a un lado.
De hecho, se podría decir que una de las características que definen ser parte del clado humano es la forma de nuestro pie. Así que pueden imaginarse nuestra sorpresa cuando descubrimos huellas fósiles con notables características humanoides en Trachilos, Creta, de 5,7 millones de años de antigüedad. Esta investigación, publicada en las Actas de la Asociación Geológica, es controvertida, ya que sugiere que los primeros antepasados del ser humano habitaban el sur de Europa y el este de África.
El período corresponde a un intervalo de tiempo geológico conocido como el Mioceno. Las huellas son pequeñas pisadas dejadas por alguien que caminaba erguido sobre sus dos piernas: hay 29 en total. Varían en tamaño desde los 94 milímetros hasta los 223 milímetros, y su forma y silueta son muy similares a las de las huellas humanas. Las huellas de simios no humanos tienen un aspecto muy diferente; el pie se asemeja a una mano humana, con el dedo gordo adosado a la parte inferior de uno de los lados de la planta del pie y sobresaliendo lateralmente.
Las huellas fueron datadas estudiando la combinación de microorganismos marinos fosilizados llamados foraminíferos y las características de las rocas sedimentarias de la zona. Los foraminíferos evolucionan muy rápidamente, y las rocas sedimentarias marinas pueden datarse de forma bastante precisa por los foraminíferos que contienen. Éstos indican una antigüedad comprendida entre los 8,5 y los 3,5 millones de años. Sin embargo, a finales del Mioceno, hace aproximadamente 5,6 millones de años, algo extraordinario sucedió: todo el mar Mediterráneo se secó por algún tiempo. Este acontecimiento dejó una firma clara en los sedimentos de las regiones circundantes. Los sedimentos que contienen las huellas sugieren que probablemente daten del período inmediatamente anterior a esto, hace unos 5,7 millones de años.
La "cuna de la humanidad" durante mucho tiempo se ha considerado que se encontraba en África, sugiriendo la mayoría de los investigadores que fue en Etiopía donde se originó el linaje humano. Los primeros fósiles conocidos aceptados como homininos (miembros del linaje humano) por la mayoría de los investigadores son el Sahelanthropus tchadensis de Chad (unos 7 millones de años de antigüedad), el Orrorin Tugenensis de Kenia des (6 millones de años) y el Ardipithecus kadabba de Etiopía (entre 5,8 y 5,2 millones de años).
Las huellas de Laetoli. (Tim Evanson /CC BY SA 4.0)
Las huellas más antiguas conocidas, sin embargo, fueron descubiertas en Laetoli (Tanzania) y proceden del siguiente intervalo de tiempo geológico, el Plioceno. Su antigüedad es de unos 3,66 millones de años, y son aún más similares a las humanas que las de Trachilos. Las segundas huellas más antiguas son las de Ileret, dejadas por un Homo erectus (1,5 millones de años), y son ligeramente diferentes de las pisadas que podríamos dejar nosotros hoy en día.
Si –y para muchos es un gran condicional– las huellas de Trachilos fueron realmente realizadas por un antiguo ancestro del ser humano, entonces el rango biogeográfico de nuestros primeros ancestros aumentaría para abarcar el Mediterráneo Oriental. Creta no era una isla en aquel momento, sino que se encontraba unida a la Grecia continental, y el medio ambiente de la región mediterránea era muy diferente al actual.
Pisadas más antiguas conocidas. (Esquema aportado por el autor)
El descubrimiento llega pocos meses después de que otro estudio informara del descubrimiento de los dientes fósiles griegos, con 7 millones de años de antigüedad, pertenecientes a un simio hominino bautizado como "El Greco". Este es el más antiguo fósil de un simio de apariencia humana, lo que ha llevado a algunos a sugerir que el ser humano comenzó a evolucionar en Europa cientos de miles de años antes de que empezara a evolucionar en África. Pero muchos científicos siguen siendo escépticos al respecto, como también nosotros. La presencia de homínidos del Mioceno en Europa y África simplemente demuestra que ambos continentes serían posibles "patrias" para el grupo. En teoría, El Greco podría ser responsable de las huellas de Trachilos, aunque sin los huesos de algún miembro o de un pie es imposible saberlo.
Pero hay otras maneras de interpretar los resultados. Algunos podrían sugerir que la anatomía distintiva de un pie similar al humano podría haber evolucionado más de una vez. Las huellas podría haberlas dejado un hasta ahora desconocido primate del Mioceno que tendría una anatomía del pie y un estilo locomotor no muy diferentes de los nuestros.
Hay ejemplos en todo el registro fósil de lo que se denomina "evolución convergente" –dos animales no emparentados entre sí que desarrollan características anatómicas similares como adaptaciones a un estilo de vida particular. Sin embargo, no hay nada en las huellas de Trachilos que sugiera tal convergencia.
La convergencia rara vez produce duplicados perfectos; por el contrario, tiende a dar lugar una extraña mezcla de similitudes y diferencias, como podemos observar comparando un tiburón con un delfín por ejemplo. Ahora, imaginemos que las huellas de Trachilos combinen rasgos humanoides con otras características que sencillamente no "encajen": por ejemplo, que los dedos del pie tengan un aspecto humano pero presenten grandes garras. Ésta sí sería una buena razón para sospechar que algunas características humanas podrían ser convergentes. Pero las huellas de Trachilos no presentan dichos rasgos discordantes, simplemente parecen huellas de homínidos primitivos por lo que podemos observar.
Las huellas de Trachilos. (Imágenes aportadas por el autor)
Para todos aquellos incapaces de ver más allá de África como "cuna de la humanidad", estas huellas suponen un desafío considerable, y no ha sido fácil conseguir publicar el descubrimiento. Incluso algunos han llegado a cuestionar si las huellas que se observan son realmente pisadas. Sin embargo, colectivamente, los investigadores autores de este estudio han publicado más de 400 artículos sobre huellas, así que tenemos bastante confianza en que saben lo que hacen.
Aunque los resultados son polémicos, lo que sugiere que las abundantes evidencias de África Oriental en relación con antiguos homínidos podría no estar contando toda la historia, es importante tomar en serio el reciente descubrimiento. El yacimiento de las huellas de Trachilos merece ser protegido, y el hallazgo debe ser debatido por los científicos.
Es el turno ahora de los investigadores de campo para embarcarse en la búsqueda de más huellas o, mejor aún, fósiles que puedan ayudarnos a comprender mejor este interesante período de diversidad de primates, que conduciría en última instancia a nuestra propia evolución, independientemente de donde se produjera ésta en primer lugar. La auténtica esencia de este tipo de ciencia está en la prospección, el descubrimiento, la inferencia basada en pruebas y el debate. Estamos seguros de que este artículo estimulará el debate; esperemos que también estimule nuevos descubrimientos.
Imagen de portada: Huellas humanoides descubiertas en Creta. (Imágenes aportadas por el autor)
Este artículo, titulado originalmente “Our controversial footprint discovery suggests human-like creatures may have roamed Crete nearly 6m years ago”, escrito por Matthew Robert Bennett y Per Ahlberg, fue publicado originalmente en The Conversation y ha sido publicado de nuevo en Ancient Origins bajo una licencia Creative Commons.