Una nueva investigación de la Facultad de medicina de la UNC ha planteado cuestiones importantes sobre cómo los primitivos sistemas de moléculas fueron capaces de replicarse a sí mismos y crear la vida, ofreciendo una idea fascinante sobre cómo comenzó la vida.
Según el pensamiento actual, antes de la vida en la Tierra había una 'sopa primordial', una mezcla de moléculas que comenzó a autorreplicarse, iniciando un proceso bioquímico que conduciría a los primeros organismos. Cómo se produjo y la causa que lo motivó son dos de los grandes misterios de la ciencia.
El bioquímico Charles Carter llevó a cabo unos experimentos en los que recreó las antiguas enzimas proteicas (ácido ribonucleico [ARN]) que se supone han desempeñado un papel vital a la hora de crear la vida en la tierra. Pero sus hallazgos desafían la teoría, ampliamente apoyada, que asegura que el ARN se autoreplicó por su cuenta, sin ayuda de proteínas, conduciendo a la vida tal y como la conocemos.
En los primeros años 80 del pasado siglo, los investigadores desarrollaron la hipótesis del "Mundo del ARN" que afirmaba que el ARN puede hacer tanto de programa como de catalizador químico. Se llegó a la conclusión de que el ARN desencadenó sólo el surgimiento de la vida de un mar de moléculas. Sin embargo, investigaciones posteriores descubrieron que las moléculas de ARN habrían necesitado mucho más tiempo que la edad que tiene el universo para evolucionar lo suficiente como para dar lugar a la inmensa complejidad biológica actual sobre la Tierra. Por otra parte, no hay ninguna prueba de que ese ARN existiese hace millones de años.
Carter, famoso experto en bioquímica antigua defendió un enfoque diferente durante cuatro décadas. Puesto que nuestro código genético se traduce en dos súper-familias de enzimas hoy en día, su equipo de investigación creó y superpuso versiones digitales tridimensionales de las dos súper-familias, para ver cómo se alineaban sus estructuras. Carter encontró que todas las enzimas tienen núcleos virtualmente idénticos y que pueden ser extraídos para producir "fósiles moleculares" que llamó Urzymes. Las otras partes, dijo, son las variaciones que se introdujeron más tarde según el desarrollo de la evolución.
El experimento demostró que los dos Urzymes fueron óptimos a la hora de acelerar las reacciones necesarias para traducir el código genético.
"Nuestros resultados sugieren que hubo enzimas proteicas muy activas y desde muy temprano interviniendo en la generación de la vida", dijo Carter. "Y esas enzimas eran muy parecidas a las Urzymes que hemos producido".
Esta teoría, llamada "Mundo del ARN-péptido" afirma que el ARN habría contenido las instrucciones para la vida mientras que los péptidos habían acelerado las reacciones químicas claves para llevar a cabo aquellas instrucciones.
Sin embargo, el estudio deja abierta la cuestión de cómo exactamente aquellos sistemas primitivos lograron replicarse a sí mismos, algo que todavía ni las hipótesis del mundo del ARN ni la teoría del mundo del ARN-péptido pueden explicar. Así que por el momento, el origen biológico de la vida sigue siendo un gran misterio.
Autor: April Holloway
Traducción: Sofia Pollon
Revisión: Moreno Montañaroja
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en www.ancients-origins.net y ha sido traducido con permiso.