La Gran Pirámide de Guiza es sin lugar a dudas el edificio más famoso del mundo antiguo. Terminada alrededor del año 2560 a. C. durante el reinado del faraón Khufu, este enigmático monumento es el elemento central del complejo de mayor tamaño de la Gran Pirámide de Guiza, del que forman parte otras dos pirámides más pequeñas, así como muchos otros grandes templos y tumbas.
Durante más de 50 años, los historiadores alternativos han postulado que este magnífico edificio fue diseñado específicamente para aprovechar y generar a algún tipo de energía, algo de lo que por supuesto los científicos y los arqueólogos no han hallado ninguna evidencia. Pero si han leído los titulares de esta semana, los fans de la Nueva Era deben estar saltando en sus asientos, ya que un equipo de físicos ha anunciado que, “bajo las condiciones adecuadas, la Gran Pirámide puede concentrar energía electromagnética en sus cámaras interiores y por debajo de su base”, según podemos leer en un artículo publicado en la revista Journal of Applied Physics (“Revista de Física Aplicada”).
Distribución de las ondas electromagnéticas en el interior de las pirámides de Keops a diferentes longitudes de ondas de radio (de 200 a 400 metros). La posición negra rectangular señala la conocida como Cámara del Rey. (Imagen: Universidad ITMO, Laser Zentrum Hannover)
Newsweek informa de que los resultados de este estudio pueden ayudar a los científicos a “crear nuevas nanopartículas – partículas entre 1 y 100 nanómetros de tamaño” que podrían ser utilizadas para “desarrollar células solares de alta eficiencia o sensores diminutos.” Aunque esta noticia será interpretada por algunos como evidencia de ciencias prehistóricas perdidas e intervención extraterrestre, nada en el estudio científico apunta en esa dirección.
El equipo de físicos teóricos de la Universidad ITMO de San Petersburgo, Rusia, y el Laser Zentrum de Hannover, Alemania, investigó la respuesta de la Gran Pirámide a la radiación electromagnética, incluyendo microondas, ondas de radio e infrarrojos, pero también luz visible, luz ultravioleta, rayos X y rayos gamma. “Queríamos descubrir qué peculiaridades de distribución de la energía electromagnética pueden obtenerse en la pirámide y su entorno bajo la condición de su fuerte interacción con las ondas electromagnéticas,” declaraba a Newsweek el autor del estudio Andrey Evlyukhin, de la Universidad ITMO.
En otras palabras, los científicos aplicaron métodos teóricos utilizados normalmente en el estudio de la óptica en los que la luz es dispersada por nanopartículas y se miden las propiedades electromagnéticas. Evlyukhin comentaba a los reporteros que estaba encantado de haber trabajado en la Gran Pirámide de Guiza, de la que dijo que era “uno de los objetos más intrigantes de la historia.”
Estructura interna de la Gran Pirámide de Khufu. (Dominio público)
Los científicos fueron capaces de calcular que cuando la pirámide era sometida a longitudes de onda de entre 200 y 600 metros la pirámide “resonaba” - lo que significa que la estructura dispersaba y absorbía mucha más energía de las ondas electromagnéticas que otros anchos de banda, según Evlyukhin. El científico comentó a los reporteros que los resultados podrían “proporcionarnos nueva e importante información que será útil en nano-óptica para el diseño de nanopartículas con las propiedades ópticas requeridas.”
El proyecto se inició mediante la generación de modelos informáticos de cómo la energía de las ondas de radio sería dispersada o absorbida en estados “resonantes”, revelando que la estructura piramidal concentra la energía electromagnética en sus “cámaras interiores y por debajo de su base.” Pero por muy asombroso que nos pueda sonar todo esto, cuidado, ya que ésta no es una ciencia exacta y se realizaron gran cantidad de suposiciones, y ya sabemos lo que ocurre en esos casos.
Al ser más del 95% de la pirámide inobservable, los científicos tuvieron que elaborar una secuencia de conjeturas en cuanto a sus propiedades físicas, lo que puede afectar enormemente a los resultados. Por ejemplo, no sólo el tipo de roca tiene un efecto sobre el flujo de ondas magnéticas, sino también el espacio, y se supuso que no existían otras cavidades dentro de su estructura. Y en cuanto a la estimación del material de construcción utilizado, los científicos dieron por hecho que la piedra caliza ordinaria estaba distribuida de forma uniforme por todo el monumento.
Distribuciones de magnitudes de campos eléctricos (a)–(d) y magnéticos (e)–(h) en el plano x-z de la Pirámide situada en el vacío. (Imagen: Universidad ITMO, Laser Zentrum Hannover)
El estudio revela las inusuales propiedades electromagnéticas de la Gran Pirámide de Guiza, y aunque muchos periodistas están hablando de estos hallazgos como un ‘accidente’, no estoy de acuerdo. No son ‘accidentales’, son axiomáticos, evidentes y una consecuencia del tamaño, la escala y dimensiones del edificio. Si la estructura fuese de mayor tamaño, o más pequeño, los resultados serían diferentes, aunque una facción de gente seguiría insistiendo en que la pirámide fue ‘deliberadamente’ construida de esta forma, específicamente para generar y aprovechar el tipo de ondas que resuenan en la Pirámide.
Así pues, ¿qué significa todo esto?
Los resultados ayudarán a los científicos en el campo de la óptica. Haber probado la distribución de onda y las energías magnéticas a una escala tan grande ayudará a nuestra comprensión de cómo interactúan partículas y ondas a escala nanoscópica. Los “resultados pueden aplicarse para diseñar nanopartículas capaces de reproducir efectos de concentración similares en el rango óptico,” señala Evlyukhin en su artículo. “Estas nanopartículas pueden ser utilizadas como bloques para la construcción de diversos dispositivos ópticos para controlar la luz a nanoescala.” Lo que resulta brillante en todo esto es que el más famoso antiguo edificio del planeta Tierra ha desempeñado un papel en nuestra cada vez mayor comprensión de los orígenes y los perímetros de nuestro universo cuántico.
Imagen de portada: Las pirámides de Guiza de noche. Fuente: Dominio público
Autor: Ashley Cowie
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.