El tesoro perdido del pergamino de cobre del Mar Muerto
El pergamino de cobre forma parte del extraordinario conjunto de documentos del siglo primero descubierto en las cuevas de Qumran y conocidos popularmente como los pergaminos del Mar Muerto. El pergamino de cobre, sin embargo es muy diferente de los demás documentos de la biblioteca de Qumran. De hecho es tan anómalo entre los manuscritos del Mar Muerto que su autor, guión, estilo, lenguaje, género, contenido y técnica son absolutamente diferentes a los del resto de pergaminos. De hecho los eruditos creen que fue colocado en la cueva en un tiempo distinto al del resto de documentos. Como declaró el profesor Richard Freund, el pergamino de cobre es "probablemente el más singular, el más importante y el menos comprendido".
Mientras que la mayoría de los pergaminos del Mar Muerto fueron encontrados por los beduinos, el pergamino de cobre que se exhibe en el Museo de Jordania, en Ammán, fue descubierto por un arqueólogo. Encontrado el 14 de marzo de 1952 en la parte posterior de la cueva 3 de Qumran, fue el último de los 15 pergaminos descubiertos en la cueva y por eso se denomina 3Q15. Mientras que los otros manuscritos fueron escritos en pergamino o papiro, éste fue escrito sobre metal de cobre mezclado con alrededor de un 1% de estaño.
El metal corroído no podía ser desenrollado con medios convencionales, así que en 1955 el pergamino fue cortado en 23 tiras para ser luego unido de nuevo. Su lenguaje también era distinto: su hebreo era más cercano a la lengua de la Mishná que el hebreo literario de los restantes pergaminos del Mar Muerto. John Marco Allegro, que supervisó la apertura del pergamino, transcribió su contenido inmediatamente. Entonces quedó claro que había en él algo muy especial: a diferencia de los otros pergaminos, que eran obras literarias, el pergamino de cobre contenía una lista.
El pergamino de cobre fue cortado en tiras y luego unido de nuevo. Fuente de la foto.
No era una lista ordinaria, más bien contenía direcciones de 64 lugares donde podían encontrarse enormes cantidades de tesoros. Sesenta y tres de los lugares se refieren a tesoros de oro y plata, que se han estimado en toneladas. Entre sus datos aportados también figuran vasijas para pagar el diezmo y tres localizaciones. Al parecer también se mencionan vestimentas sacerdotales. En total, más de 4.600 talentos de metal preciosos se enumeran en el pergamino, llegando a un valor total del botín de más de 1 billón de dólares.
"Cuarenta y dos talentos están debajo de las escaleras en el hoyo de la sal... Sesenta y cinco barras de oro se encuentran en la tercera terraza de la cueva de la vieja casa de los limpiadores... Setenta talentos de plata están encerrados en recipientes de madera que se encuentran en la cisterna de una cámara funeraria en el patio de Matia. Quince codos desde la parte delantera de las puertas orientales, se encuentra una cisterna. Los diez talentos están en el canal de la cisterna... Seis barras de plata se encuentran en el borde puntiagudo de la roca que se encuentra bajo la pared oriental en la cisterna. La entrada de la cisterna se encuentra bajo el umbral de la gran piedra de pavimentación. Excavando bajo cuatro codos en la esquina norte de la piscina que está al este de Kohlit, se encontrarán veinte dos talentos de monedas de plata." (DSS 3Q15, col. II, traducción de Hack y Carey)
El tesoro del manuscrito se ha identificado como el tesoro del Templo de Jerusalén. Algunos estudiosos han afirmado que perteneció al Primer Templo, destruido en el 586 a. C., por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Sin embargo, el pergamino ha sido datado entre el 25 a .C., y el año 100 a. C., lo que imposibilita la veracidad de esta hipótesis.
Otros expertos han sugerido que el tesoro podría ser el del Segundo Templo. Sin embargo, los registros históricos sugieren que la mayor parte del tesoro del Templo estaba todavía en el edificio cuando cayó en manos de los Romanos. Aunque tampoco se descarta esta posibilidad: una porción significativa de los tesoros podrían haberse llevado y escondido antes de la llegada de los Romanos.
Lo cierto es que son muchos los preocupados, no tanto por su procedencia como por saber dónde se halla escondido: el pergamino de cobre ha provocado una de las mayores búsquedas de tesoros de la historia, con numerosas expediciones afanadas en lograr dar con él..
Sin embargo, encontrar el tesoro no es tarea fácil. Las ubicaciones están escritas como si el lector tuviera un conocimiento íntimo de las referencias. Por ejemplo, considerando la columna dos, versículos 1-3, "en el hoyo de la sal que está bajo los escalones: cuarenta y uno talentos de plata. En la cueva de la vieja cámara de los limpiadores, en la tercera terraza: sesenta y cinco lingotes de oro". Sin un punto de partida, esas direcciones no tienen sentido. Además, el tesoro podría haber sido robado ya por los Romanos hace dos mil años. Sin embargo esto no ha detenido a los entusiastas.
Una de las más extensas búsquedas del tesoro tuvo lugar en 1962, dirigida por John Marco Allegro. Siguiendo algunos de los lugares mencionados en el pergamino, el equipo excavó muchos potenciales lugares donde podía ubicarse el tesoro. Sin embargo, regresaron con las manos vacías y, a pesar de que estuvo disponible durante varias décadas, el manuscrito de cobre no ha permitido dar con el tesoro. Aún así, para cualquiera que disponga de un poco del “espíritu de Indiana Jones”, sigue siendo un artefacto fascinante y seductor y sin duda seguirá tentando a la imaginación de estudiosos y del público en general por mucho tiempo.
Imagen de portada: el pergamino de cobre
Artículo actualizado el día 30 de Septiembre 2022.
Autor Johanna Gillan
Referencia
On the Insignificance and the Abuse of the Copper Scroll – por Robert R. Cargill, Ph.D.
The Process of Writing the Copper Scroll – por Meir Bar-Ilan
The Copper Scroll – West Semitic Research Project
The Mysterious Treasure of the Copper Scroll – Unmuseum
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