Uno de los mitos más populares y persistentes de la historia de la humanidad es el de los dragones. Ya sea una serpiente que custodia un tesoro o un gigantesco reptil alado que escupe fuego, los dragones continúan a día de hoy fascinando y apasionando a gente de todo el mundo. Pero ¿de dónde surge la idea de estas míticas bestias? Nadie sabe con seguridad cuándo o dónde se introdujeron los dragones por primera vez en la cultura popular, aunque se conocen relatos en los que aparecen dragones ya en las antiguas Grecia y Samaria. A lo largo de los años, los expertos han elaborado diversas teorías interesantes sobre el posible origen de los dragones.
El cocodrilo marino y el cocodrilo del Nilo son el primer y el segundo reptiles de mayor tamaño que habitan la tierra en la actualidad, respectivamente. En nuestros días, los cocodrilos marinos están distribuidos en un extenso hábitat que ocupa la mayor parte de las regiones orientales del Océano Índico: desde la costa Este de la India, pasando por Indonesia, hasta la costa norte de Australia por el sur. El cocodrilo del Nilo está presente en ríos, lagos y marismas del África subsahariana. Hace miles de años, sin embargo, ambas especies ocupaban un ámbito de distribución mucho más extenso. Las evidencias disponibles sugieren que, en épocas antiguas, algunos cocodrilos del Nilo vivían en la Europa mediterránea, lo que implica que podían constituir una amenaza para los habitantes del sur de Italia, Grecia y España. Curiosamente, los cocodrilos del Nilo, que pueden crecer hasta los 6 metros de longitud, son capaces de separar el tronco del suelo al caminar, moviéndose de forma muy similar a como lo hacen otros animales, en lugar de reptar. Esto podría darnos una pista de por qué los dragones de los mitos europeos son a menudo representados como reptiles nacidos para matar guerreros. En un movimiento similar, aunque diferente, los cocodrilos marinos, que pueden alcanzar una longitud de hasta 7 metros, pueden propulsarse hacia arriba y saltar fuera del agua para atrapar a sus presas. Sin embargo, los dragones de los mitos asiáticos tienden a ser más parecidos a grandes serpientes.
¿Dio pie el cocodrilo del Nilo a las leyendas sobre dragones? (Arvalis / DeviantArt)
Muchos arqueólogos creen que los mitos sobre dragones tuvieron su origen en el descubrimiento por parte de las gentes de la antigüedad de fósiles de dinosaurios de largos cuellos y talla descomunal. Por ejemplo, el Qijianglong era un dinosaurio que vivía hace unos 160 millones de años y medía aproximadamente 15 metros de longitud. Su fósil fue descubierto en China por obreros de la construcción. Una por una, descubrieron sus enormes vértebras, dispuestas bajo tierra en una larga hilera. A día de hoy, sabemos que estos enormes huesos pertenecen a criaturas prehistóricas, pero en épocas más antiguas, es probable que quien encontrara estos fósiles inventara alguna historia para explicar de dónde habían salido tales bestias. Uno de los paleontólogos que ha estudiado el fósil de Qijianglong, Tetsuto Miyashita, de la Universidad de Alberta, ha reflexionado sobre lo que habría significado para las gentes de la antigüedad el descubrimiento de este tipo de restos. “Me pregunto si los antiguos chinos se tropezaron con el esqueleto de un dinosaurio de cuello largo como el Qijianglong e imaginaron aquella mítica criatura” (Gray, 2015). Existen evidencias que sugieren que los chinos encontraron y estudiaron fósiles de dinosaurios desde épocas tan antiguas como el siglo IV a. C.
El Qijianglong podría haber inspirado las leyendas chinas sobre dragones (Alexanderlovegrove / DeviantArt)
Una teoría similar para el origen de los dragones es que el mito está basado en los esqueletos de ballenas arrastradas hasta la orilla para el asombro y desconcierto de los antiguos habitantes de aquellas costas. Al pasar las ballenas la mayor parte de su vida bajo el agua en alta mar, el ser humano de épocas antiguas, que aún desconocía las avanzadas técnicas de navegación, solo en estos casos podía hacerse una idea de cómo eran aquellos monstruos. En el capítulo 41 del Libro de Job, el Leviatán (considerado por algunos el monstruo marino Ceto, la misma ballena mitológica enviada por Poseidón a atacar Etiopía), es descrito como un dragón de forma muy detallada:
4 “Mencionaré también sus miembros,
hablaré de su fuerza incomparable.
5 ¿Quién rasgó la delantera de su túnica
y penetró en su coraza doble?
6 ¿Quién abrió las hojas de sus fauces?
¡Reina el terror entre sus dientes! […]
10 Echa luz su estornudo,
sus ojos son como los párpados de la aurora.
11 Salen antorchas de sus fauces,
chispas de fuego saltan.
12 De sus narices sale humo,
como de un caldero que hierve junto al fuego.
13 Su soplo enciende carbones,
una llama sale de su boca. […]
17 Cuando se yergue, se amedrentan las olas,
y las ondas del mar se retiran.
18 Le alcanza la espada sin clavarse,
lo mismo la lanza, jabalina o dardo.
19 Para él e hierro es sólo paja,
el bronce, madera carcomida. […]
25 No hay en la tierra semejante a él,
que ha sido hecho intrépido.
26 Mira a la cara a los más altos,
es rey de todos los hijos del orgullo.”
¿Fue el descubrimiento de cadáveres de ballenas el que dio origen a las leyendas sobre dragones? (wallpaperswa.com)
En el antiguo Egipto existía una deidad conocida como Apep, la Serpiente del Nilo. Este gigantesco ofidio era el Señor del Caos, un persistente enemigo de la luz y la verdad. Se creía que habitaba justo por debajo del horizonte, esperando eternamente su oportunidad para devorar al sol. En otras épocas, se creía que descendía al inframundo para alimentarse de las almas de los difuntos. Apep es un eco lejano de los Druks y guivernos que pueblan gran parte del folklore oriental y occidental, respectivamente. Sin embargo, el mito apunta sin duda a un miedo atávico del ser humano que ha perdurado a lo largo de la historia. En una interesante teoría presentada por el antologista David E. Jones en su libro Instinto de Dragones, el autor especula con la posibilidad de que, al igual que ocurre con perros y monos, los homínidos y humanos sintieran un miedo instintivo a las serpientes, así como a otros grandes predadores. James sugiere que la conciencia humana colectiva creó el dragón a lo largo de los siglos como resultado de aquel terror atávico. Este hecho podría explicar cómo los mitos sobre dragones han surgido de forma independiente en puntos tan distantes del planeta.
Dragon japonés: las leyendas sobre dragones podrían estar inspiradas en el miedo instintivo del ser humano a las serpientes (Public Domain)
Existen desde hace milenios mitos y leyendas de dragones que arrojan fuego por sus fauces. Mitos que aún continúan vivos en la imaginación popular a día de hoy.
Imagen de portada: Ilustración de un dragón para el Proyecto Durian de la Fundación Blender (Public Domain)
Autor: Kerry Sullivan
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
Gray, Richard. "A Real Chinese Dragon! Long-necked Dinosaur Found on Construction Site May Have Inspired Ancient Legends." Mail Online. Associated Newspapers, 29 de enero del 2015. Disponible en: https://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-2931344/A-real-Chinese-dragon-Long-necked-dinosaur-construction-site-inspired-ancient-legends.html
Job. New Oxford Annotated Bible. 4th Vers. New York: Oxford UP, 2010. Impreso.
Radford, Benjamin. "Are Dragons Real? Facts About Dragons."LiveScience. TechMedia Network, 10 de diciembre del 2014. Disponible en: https://www.livescience.com/25559-dragons.html
Stromberg, Joseph. "Where Did Dragons Come From?" Smithsonian. Smithsonian Institution, 23 de enero del 2012. Disponible en: https://www.smithsonianmag.com/science-nature/where-did-dragons-come-from-23969126/?no-ist