La historia de Prometeo es una de las más curiosas de la mitología griega. A lo largo de los siglos se ha enriquecido de poetas y filósofos, y en estos días Prometeo personifica la inteligencia, incluso la astucia, para su intento de ayudar a la humanidad, aunque al final sucumbió en su desigual lucha con Zeus. La mitología de Prometeo habla de la creación de la humanidad, del nacimiento de la civilización y del sufrimiento.
Prometeo, cuyo nombre significaba previsión, era un semidiós, hijo del titán Jápeto y Clímene o Asia, ambos oceánidas e hijas de Océano. Sus hermanos fueron el tonto Epimeteo (conocido como el "pensador posterior"), Atlas y Menoetius. Cuando estalló el conflicto por el poder entre los dioses olímpicos y los titanes, se puso del lado de los olímpicos, aunque él mismo era un titán, y con su sabio consejo le dio la victoria a Zeus.
Según el satírico Luciano, Prometeo creó al primer hombre con la ayuda de la diosa Atenea. Hecho de fuego y arcilla, fue moldeado según la imagen de los dioses. La creación del primer hombre tuvo lugar después del famoso Choque de titanes, y en el Orphic la arcilla utilizada fue una mezcla de tierra regada con la sangre de los titanes.
En los sarcófagos romanos, se representa a Prometeo haciendo estatuas, mientras que a la diosa Atenea se le puede ver enviándoles alma, con alas de mariposa, para habitar en ellas y darles vida (curiosa similitud con la creación de Adán). Se dice que Prometeo creó una criatura perfecta en su primer intento. Hermes lo llevó al Monte Olimpo, donde Zeus lo trató con la bebida de la inmortalidad, llevándolo a encontrarse en el cielo y convirtiéndose en el planeta Phaenon, el actual planeta Júpiter (aunque es Saturno en otros relatos).
Prometeo creando al hombre en arcilla, de Constantin Hansen. (Dominio publico)
Los animales fueron creados al mismo tiempo, aunque fueron hechos mezclando materiales de Tierra y Fuego. Todos los seres y humanos fueron creados dentro de la Tierra. Cuando todos los seres del interior de la Tierra fueron invitados a salir a la luz, Prometeo y Epimeteo fueron asignados para dar a cada criatura las características que debían tener.
Epimeteo persuadió a su hermano para que le permitiera hacer este trabajo solo, lo que significó que Epimeteo pudo nombrar a cada ser y darle las características que deseaba. Cuando le tocó el turno al hombre, todo lo que le quedó fueron algunos cabellos y uñas, lo que lo volvió vulnerable e impotente. Vencido por la tristeza, Prometeo emprendió la protección de los humanos.
Como creador de la humanidad, Prometeo siempre observaba con interés su curso en la tierra y, a menudo, desobedecía las órdenes de Zeus para proporcionar a la humanidad alguna ventaja. ¿Trató de ayudarlos porque eran sus creaciones y los vio como sus hijos?
Prometeo llevando fuego de Jan Cossiers. (Dominio publico)
En una historia, los dioses y los mortales se reunían para discutir sus privilegios mutuos y especialmente, al parecer, para determinar qué parte del cadáver, ofrecido para el sacrificio, iría a cada uno de ellos. Prometeo partió un buey en dos partes. En la primera parte puso la piel, la carne y las entrañas cubiertas con el vientre del animal y en la otra puso los huesos de los que sacó la carne, y los hizo cubrir con la grasa blanca.
Prometeo le pidió entonces a Zeus que eligiera la parte que correspondería a los dioses. El resto estaba destinado a la humanidad. Zeus eligió la grasa y cuando descubrió que esta parte eran solo huesos, se enojó tanto con Prometeo como con la humanidad y decidió no volver a enviarles fuego nunca más.
En represalia, Prometeo robó chispas de fuego de la rueda del sol o del horno de Hefesto en la isla de Lemnos y se las dio a la humanidad. El uso del fuego mejoró sus vidas. Hicieron herramientas, cultivaron la tierra y se civilizaron. Prometeo les ayudó a adquirir conocimientos médicos, preparar medicamentos y les enseñó arquitectura, matemáticas, astronomía, metalurgia y navegación.
Pandora, de Thomas Benjamín Kennington. (Dominio publico)
Zeus castigó a la gente enviándoles a Pandora, quien trajo consigo una caja. Los autores no están totalmente de acuerdo a la hora de describir el contenido de la caja. Hesíodo escribió sobre el terrible sufrimiento que brotó de la caja de Pandora, mientras que otros afirmaron que al abrirla sin precauciones, Pandora soltó todo lo que contribuiría a la felicidad de la humanidad.
Pero Zeus todavía no estaba feliz, quería una venganza más completa y deseaba el exterminio de la humanidad. Por lo tanto, desató una inundación para ahogar a los mortales. ¿Tenía tanto miedo de que los mortales dejaran de obedecer a los dioses? De nuevo Prometeo iba a prevenir la destrucción de la humanidad. En una historia sorprendentemente similar al relato bíblico del arca de Noé, Prometeo le dijo a su hijo Deucalión y a su nuera Pirra que construyeran un arca en la que se encerrarían y vagarían sobre las olas durante nueve días y nueve noches.
Prometeo atado a una roca, su hígado comido por un águila, en una estampa de Lucien. (Dominio publico)
En cuanto a Prometeo, Zeus ordenó a Hefesto y sus servidores, Estado y Violencia, clavar a Prometeo en un pico escarpado del Cáucaso y luego envió un águila, nacida de Tifón y Equidna, para que se comiera su hígado. Trae inmortal, el hígado se renueva cada mañana. Zeus también juró en las aguas del Estigia que nunca quitaría los grilletes de Prometeo. ¿Fue un castigo ejemplar por “conocimiento y cumplimiento” tanto para dioses como para mortales?
Prometeo estuvo colgado durante muchos años (de 30 a 30.000) de la roca hasta que Hércules lo liberó de sus ataduras. Zeus se alegró por la hazaña de su hijo, por lo que decidió dejar ir a Prometeo. Pero debido a que tenía que mantener su voto, y para asegurarse de que Prometeo cargaría para siempre con el peso de su castigo, le ordenó a Prometeo que hiciera un anillo con el acero de su cadena y que pusiera dentro un pedazo de la roca sobre la que estaba atado. . Desde entonces, la gente comenzó a hacer y usar anillos en honor a Prometeo que había sufrido por la humanidad.
Imagen de portada: Prometeo, de Luca Giordano. Fuente: Dominio público
Autor Natasa Tale
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