Los demonios llevan existiendo en mitos y leyendas desde tiempos muy antiguos. En la jerarquía del Mal, tal y como consta en grimorios y textos ocultistas, cada demonio tiene un nombre y una función precisa. En la época medieval la gente llevaba a cabo rituales para protegerse de ellos, ya que se creía por aquel entonces que todo individuo era acosado por demonios, que acechaban a la espera de un momento de debilidad para atacar.
Los demonólogos han recopilado gruesos volúmenes con los nombres y las atribuciones de cada uno de los demonios de la jerarquía infernal. Ésta abarcaba desde Satanás, jefe de todos los demonios, hasta Ukobach, encargado de mantener vivas las llamas infernales. Según la tradición, cada demonio está especializado en cierto tipo de actividades, y puede ser invocado para pedirle ayuda en esa área concreta. Sin embargo, el precio de una invocación de este tipo es siempre el alma del individuo, que acabará yendo a parar al infierno. Los demonios se invocaban en el pasado por medio de encantamientos especiales que se encontraban en los catálogos de demonología. A continuación veremos algunos ejemplos de demonios tal y como nos los presenta Collin de Plancy en su “Diccionario Infernal” editado en 1863.
El demonio considerado más agresivo de todos es el denominado “Señor de la Sangre”, de nombre Ihrinwe. Se cree que criminales y psicópatas son poseídos por este demonio, así como los dictadores más sanguinarios y violentos, que estarían controlados por el demonio o podrían ser incluso su encarnación.
Eurónimo era invocado por los magos que querían dar muerte a alguien. Se dice de este demonio que le gustaba alimentarse de carne humana putrefacta.
Belcebú es el “Señor de las Moscas”, en cierto modo otra versión del Diablo. Se cuenta que bajo esta forma resulta extremadamente difícil de exorcizar.
De cualquier manera, el Diablo por excelencia es Lucifer. Esta entidad puede incluso aparecerse bajo la forma de un torpe niño, aunque el ángel caído puede también adoptar otras apariencias, algunas de ellas realmente terroríficas. Sin embargo, al resultar el mal más convincente presentado desde la inocencia, Lucifer tiende a aparecerse bajo la forma del niño ya mencionado.
“Belcebú y los que le acompañan arrojando flechas”, ilustración del libro de John Bunyan ‘El progreso del peregrino’ (1678) (Public Domain)
Leonhard es un demonio con orejas de zorro y tres cuernos que dirige los Sabbath de las brujas. Puede aparecer bajo la forma de un toro o un perro, y es el jefe de brujas y hechiceros.
Behemoth, el “Señor de la Avidez”, puede aparecerse bajo la forma de animales gigantescos, que recuerdan a un elefante. Según la leyenda, al caminar provoca terremotos.
Belfegor es un demonio holgazán que adopta la apariencia de una niña. Es el “Señor de la Pereza”, y es invocado por los hechiceros más perezosos para que les facilite el trabajo o les revele la forma de hacerse ricos rápidamente.
Ilustración de Belfegor en el Diccionario Infernal (Public Domain)
Stolas se aparece bajo la forma de un sabio búho. De él se dice que comanda 26 legiones infernales, y que puede enseñar a quien lo invoque astrología y la magia de las plantas y las piedras preciosas. Es el patrón de todos los magos, hechiceros y practicantes de las artes ocultas que solicitan ayuda infernal.
Stolas en la ilustración del Diccionario Infernal de Collin de Plancy. (Public Domain)
Buer es un demonio que se mueve de la misma forma que una rueda. Enseña al mago filosofía y lógica. Si se le invoca puede ayudar en la carrera profesional y curar enfermedades.
Cerbero también es capaz de conceder el don de la sabiduría, pero es un demonio muy peligroso. Un solo mordisco de Cerbero es suficiente para provocar la muerte de aquel que le invocó.
Buer, el 10º espíritu, que enseña “Moral y Filosofía Natural”. Ilustración de Louis Breton, ‘Diccionario Infernal’ de Collin de Plancy. (Public Domain)
Malfás es el patrón demoníaco de los constructores. A cambio de su alma, puede ayudar a los constructores en sus obras y proyectos. Las logias masónicas le invocan en algunos de sus rituales.
Adramelec es el demonio del orgullo excesivo, y se aparece bajo la forma de un burro con las plumas de un pavo real.
Adramelec, ilustración del Diccionario Infernal (Public Domain)
Ukobach es el guardián de la llama infernal, y su escalafón es el más bajo de toda la jerarquía infernal. Se le considera el inventor de los fuegos de artificio.
Ilustración de Ukobach en el Diccionario Infernal (Public Domain)
Ronwe es el demonio que puede hacer que nazca el amor en el corazón de un individuo. Puede incluso hacer que un maléfico hechicero sea visto por sus enemigos como alguien encantador. Ronwe es también patrón de todas las fórmulas mágicas, sin importar el idioma en el que fueron escritas. En este sentido, otorga el poder mágico presente en dichas fórmulas.
Ronwe, ilustración del Diccionario Infernal de Collin de Plancy (Public Domain)
Flauros es un demonio mitad gato. Se cuenta de él que puede ver el pasado, presente y futuro de las personas. Comanda 20 legiones infernales.
Furfur es otro demonio que se aparece bajo la forma de un ciervo alado. Es el patrón de rayos y truenos, y se le puede invocar para que asegure la paz entre enemigos.
Según los antiguos textos, éstos son solo unos pocos de los miles de demonios que constituyen la jerarquía del Mal, acechando a la humanidad, listos para atacar en cualquier momento.
Imagen de portada: Demonios devorando a seres humanos. (Public Domain)
Autor: Valda Roric
Valda Roric – “Wonders of History and Mythology”
Valda Roric – “From History to Mystery”
Collin de Plancy – “Dictionnaire Infernal”
“Paranormal”, L.V.B. Publishing ANCIENT DEMONS AND THEIR INFERNAL LEGACY