Los anales de la literatura china antigua están plagados de fascinantes relatos y relatos médicos, algunos más extraños que otros. Entre ellos se encuentra "Koro", un trastorno delirante que encarna una peculiar mezcla de miedo, folclore y medicina. Quienes la padecen experimentan la abrumadora creencia de que sus órganos sexuales se están reduciendo o retrayendo y desaparecerán, lo que provocará su muerte.
Koro, cuya etimología se basa en el término malayo-indonesio que simboliza una tortuga que retrae la cabeza, ha sido un síndrome misterioso y, a menudo, aterrador para muchos a lo largo de la historia. Pero es en los textos chinos antiguos donde vemos algunas de las descripciones más antiguas y vívidas.
Destacado en la "Nueva colección de remedios de valor" de la dinastía Qing, 221-207 a. C., Koro o "invasión de qi frío tipo yin" se describió como un evento desgarrador, que generalmente ocurría durante la intimidad, en el que el pene se retiraba hacia el abdomen. Si no se trata con medicamentos "calientes" específicos, advierte de una muerte inminente. La antigua teoría del yin y el yang ofrece una explicación para Koro, sugiriendo que un desequilibrio en el humor yang, a menudo retratado como la energía masculina activa, conduce a la retracción de los genitales.
El nombre "koro" proviene de un término malayo-indonesio que simboliza una tortuga que retrae la cabeza. Fuente: Aurelian Nedelcu / Adobe Stock.
El folclore chino amplificó aún más los temores que rodean a Koro. La aclamada "Historias extrañas de un estudio chino" narra historias sobre el espíritu del zorro, una criatura astuta capaz de minar la vitalidad y provocar el encogimiento de los genitales.
La creencia en el desorden ha impulsado diversas soluciones desesperadas y, en ocasiones, peligrosas. Presa del pánico, los hombres afectados han recurrido al anclaje manual o mecánico del pene con abrazaderas o alfileres de hierro. También las mujeres, por temor a la retracción de los senos o los pezones, han adoptado medidas igualmente drásticas. Trágicamente, estos intentos por la fuerza a menudo han resultado en lesiones graves y, en ocasiones, en la muerte.
Los remedios tradicionales, arraigados en creencias culturales, han sido abundantes. Desde exorcismos realizados por sacerdotes taoístas hasta potentes brebajes de medicina china con penes de ciervo o tigre, la búsqueda de alivio lo ha abarcado todo. Si se creía que el malévolo espíritu del zorro era la causa, los afectados podrían soportar palizas para expulsar al espíritu.
Aunque Koro está profundamente arraigado en las culturas china y malayo-indonesia, sus manifestaciones se han observado en todo el mundo, descartando nociones anteriores de que fuera un síndrome cultural exclusivo de estas regiones. A finales del siglo XIX, la psiquiatría europea puso su mirada analítica en Koro, poniendo en primer plano las interpretaciones psicoanalíticas, viendo a Koro como una encarnación de la ansiedad de castración edípica.
En las últimas décadas, el mundo ha sido testigo de brotes de este intrigante síndrome en regiones tan diversas como el noreste de la India, el sur de China y Nigeria, desencadenados por ansiedades y temores colectivos, elevando así a Koro de una creencia antigua y misteriosa a un fenómeno global moderno digno de mención. exploración y comprensión continuas.
Imagen de portada: Koro es el miedo extremo a la contracción o retracción genital. Fuente: Kate /Adobe Stock.
Autor Joanna Gillan