Las inclinaciones sexuales de la antigua Grecia son casi mitológicas, como también sus héroes legendarios. De hecho, todo el panteón de dioses griegos es famoso por sus hedonistas travesuras y hazañas sexuales. Pero ¿es posible que el mito no nos deje ver la realidad? La verdad y la historia antigua de la isla de Lesbos, durante mucho tiempo asociada con el lesbianismo, pueden ser muy diferentes de lo que habitualmente se cree. De este modo, en un documental y artículo de la BBC se afirma que la isla fue históricamente ¡destino habitual para hombres que practicaban el turismo sexual!
En los mitos griegos, Zeus se transforma en cisne, toro y rayos de luz dorados para, de este modo, seducir a mujeres mortales. Asimismo, Tiresias, el tebano que habría sido hombre y mujer a la vez, fue cegado por Hera al afirmar que las mujeres disfrutaban del sexo más que los hombres, lo que provocó que la diosa Hera perdiese una apuesta con Zeus (Zeus, a cambio, otorgó a Tiresias el poder de la videncia y lo recompensó con una larga vida). ¿Y qué decir sobre el pobre Dioniso y las violentas y alocadas Ménades que solían desgarrarlo anualmente en pleno frenesí sexual? O la casta Artemisa cuando enloqueció de rabia al ser descubierta desnuda, bañándose con sus doncellas, por Acteón al que convirtió en un ciervo y dio caza con sus propios sabuesos? Y no nos olvidemos de Apolo, Pan y otros muchos que perseguían a ninfas jóvenes muy poco dispuestas, teniendo que transformarse a sí mismos en árboles o cañas para poder escapar de las impredecibles consecuencias que conllevaba yacer con diosas?
“El rapto de Europa”, mito en el que Zeus se convierte en un toro para seducir a Europa. Óleo de 1716, obra del pintor Jean François de Troy (1679 - 1752). National Gallery of Art, Washington, Estados Unidos. (Dominio Público)
Los antiguos griegos abrazaban la homosexualidad, tanto masculina como femenina, pero además disfrutaban de un lugar real famoso por sus encuentros sexuales, la isla de Lesbos, donde mujeres conocidas por su gran belleza mantenían relaciones con los hombres que allí acudían de vacaciones, en una especie de turismo sexual. Lesbos era la antigua capital del turismo sexual del Egeo para los hombres. De hecho la propia cadena televisiva británica BBC ha asegurado que Lesbos era, en la antigüedad, el equivalente de la actual Magalluf: ciudad turística de la isla española de Mallorca, conocida por sus fiestas libertinas, su turismo sexual y el consumo excesivo de alcohol.
Mapa de Lesbos de Giacomo Franco (1597). Dominio Público
Se supone que las mujeres de Lesbos que no estaban involucradas en el comercio sexual, es decir, las que no eran prostitutas, no formaban bandas para robar a los turistas borrachos de la Antigüedad, como ha venido sucediendo en Magalluf en los últimos años según este artículo de la BBC.
En The Greek Reporter podemos leer que las mujeres de Lesbos eran irresistibles, pero no por su fuerza bruta o su superioridad numérica a la hora de atacar en grupo a desventurados borrachos, sino por su extrema belleza.
Detalle de un fresco romano del siglo I d. C. en el que se observa a una joven con un lápiz (stylus) de los que se utilizaban para escribir en tablillas de cera. La redecilla de su pelo estaba confeccionada con hilo de oro, de moda en la época de Nerón. Ésta es una de las pinturas romanas más famosas y admiradas, popularmente conocida como "Safo" , aunque en realidad se trata de una joven de la alta sociedad pompeyana que luce grandes pendientes de oro. Dominio Público
“Las mujeres de Lesbos tenían fama de ser tremendamente hermosas. Realmente se supone que eran las criaturas más sensuales de todo el mundo griego,” afirma en declaraciones a la BBC Edith Hall, del King’s College de Londres, y añade: “En la antigua Grecia, la palabra ‘lesbiana’ se refería a las mujeres oriundas de Lesbos que mantenían relaciones sexuales con hombres” .
El personaje histórico más famoso de Lesbos es la poetisa Safo, una mujer que ensalzaba en sus odas la belleza de las hermosas mujeres de la isla. Se sabe muy poco acerca de esta escritora que vivió en torno al año 630 a. C., pero cuya poesía cautiva aún a los lectores 2.000 años después de haber sido escrita. Safo se definía a sí misma como autora lírica, ya que sus escritos estaban destinados a ser recitados acompañados del uso la lira. Además fue una absoluta innovadora, ya que fue uno de los primeros poetas en escribir en primera persona, transmitiendo así su propia experiencia personal e individual. Su obra se ha convertido en un símbolo del amor entre mujeres.
“Safo y Alceo”, óleo de Lawrence Alma-Tadema pintado en 1881. Walter Arts Museum de Baltimore, Estados Unidos. Dominio Público
La BBC envió un equipo de periodistas a Lesbos para investigar la historia sexual de la isla y la vida de esta mujer enigmática. La mayor parte de la poesía de Safo se perdió, pero algunos fragmentos se han conservado, entre ellos este poema:
No he escuchado una palabra de ella
Francamente desearía estar muerto
Cuando se fue, lloró
mucho; ella me dijo: "Esta despedida debe ser
soportado, Safo. Me voy de mala gana ".
Yo dije: "Vete y sé feliz
pero recuerda (tu sabes
bueno) a quien dejas encadenado por el amor
"Si me olvidas, piensa
de nuestros dones a Afrodita
y toda la hermosura que compartimos
"todas las tiaras violetas,
capullos de rosa trenzados, eneldo y
azafrán entrelazado alrededor de tu joven cuello
"mirra vertida en tu cabeza
y sobre suaves esteras chicas con
todo lo que más deseaban junto a ellos
"mientras no coreaban voces
Coros sin los nuestros
ningún arbolado floreció en primavera sin canto ..."
La investigación adicional de las realidades culturales históricas y las prácticas de la sexualidad puede cambiar la forma en que percibimos el mundo antiguo, pero todas las ventanas al pasado deben abrirse para tener una mirada más real al pasado.
‘Safo abrazando su lira’, óleo de Jules Elie Delaunay (1828-1891). Dominio Público
Imagen de portada: ‘Acteón sorprende a Diana en el baño’ (1556-1559), óleo de Tiziano. Dominio Público
Autor: Mark Miller