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Ancient Origins España y Latinoamérica

La sabiduría de Cleopatra: Una reina culta e inteligente que dominaba varios idiomas y escribía libros

Cleopatra VII no fue únicamente un personaje histórico famoso, sino también uno de los iconos de una cultura rica y poderosa. Ha sido descrita con frecuencia como la amante de grandes hombres, pero la realidad era algo diferente. Sus inquietudes intelectuales eran más importantes que su vida amorosa. De hecho, Cleopatra VII podría ser considerada como una de las más grandes intelectuales de su tiempo.

Quien crea que una mujer únicamente podía alcanzar tanto poder en la antigüedad gracias a su belleza, no puede estar más equivocado. Desde los albores de las más antiguas civilizaciones, las mujeres fueron capaces de convertirse en gobernantes independientes, aunque las que ocuparon el trono por más tiempo debieron aprender habilidades muy concretas para conseguirlo.

Desde su más tierna infancia, Cleopatra no tuvo una vida fácil. Nació en el año 69 a. C., hija del faraón Ptolomeo XII, en un período muy difícil de la historia de Egipto. Su padre fue quizás un inteligente soñador, pero no tenía madera de rey. En aquella época, Egipto ya se encontraba dominado por los romanos, y parecía que no volverían los tiempos de los poderosos faraones egipcios. Pero he aquí que llegó Cleopatra para cambiar el curso de la historia.

Cleopatra, una poderosa reina

Muchas mujeres ejercieron de regentes o incluso reinas de Egipto durante un corto espacio de tiempo debido a la muerte de sus padres, maridos o hermanos. Sin embargo, estas mujeres solían ocupar el trono por poco tiempo, y con frecuencia acababan sus días de manera trágica. En el caso de Cleopatra, fue elevada a la categoría de diosa, y reinó durante muchos años con un estatus similar al de los antiguos faraones. Sus co-regentes, entre los que se encontraban sus hermanos varones y uno de sus hijos, no gozaron de un poder tan grande fuera de Egipto. Cleopatra había asumido la responsabilidad de las relaciones exteriores desde el principio de su reinado. No sólo eso, sino que además consiguió aumentar su poder hasta cotas insospechadas para la época.

La mayor parte de lo que sabemos de Cleopatra procede de autores romanos, que seguían las directrices del emperador de turno y no estaban por la labor de mostrarnos las facetas más positivas de la reina de Egipto. A menudo se la describe como una mujer que forjó su carrera en las camas de hombres poderosos. En el famoso libro El Decamerón, obra del maestro italiano de la literatura medieval Giovanni Boccaccio, se la presenta como una alegoría del pecado. La historia de Cleopatra utilizando su erotismo y habilidades sexuales para mejorar la situación política de Egipto perduró con fuerza a lo largo de los siglos. Sin embargo, de ser cierta, Cleopatra habría sido asesinada o destronada antes de haber tenido tiempo de convertirse en la amante de Julio César.

Cleopatra es retratada a menudo como una seductora. Dibujo de Faulkneer en el que vemos a Cleopatra dando la bienvenida a Marco Antonio. (Public Domain)

¿Cómo fue posible que Cleopatra se convirtiera en la última reina de Egipto? ¿Dónde residía su poder? Según Plutarco (Vida de Marco Antonio, XXVII.2-3):

Pues, según dicen, su belleza no era tal que deslumbrase o que dejase parados a los que la veían; pero su trato tenía un atractivo inevitable, y su figura, ayudada de su labia y de una gracia inherente a su conversación, parecía que dejaba clavado un aguijón en el ánimo. Cuando hablaba, el sonido mismo de su voz tenía cierta dulzura, y con la mayor facilidad acomodaba su lengua, como un órgano de muchas cuerdas, al idioma que quisiera…

La brillante mente de la última reina de Egipto

Cleopatra, al principio de su carrera política, no hablaba latín. Es posible sin embargo, que lo aprendiera con el tiempo. Cleopatra conocía el lenguaje del antiguo Egipto y había aprendido a leer jeroglíficos, un caso único en su dinastía. Aparte de esto, conocía el griego y los idiomas de los partos, hebreos, medos, trogloditas, sirios, etíopes y árabes. Con estos conocimientos, cualquier libro del mundo se encontraba abierto para ella. Además de idiomas, estudió geografía, historia, astronomía, diplomacia internacional, matemáticas, alquimia, medicina, zoología, economía y otras disciplinas. Intentó acceder a todo el saber de su época.

Estatua romana de Cleopatra expuesta en el Antikensammlung de Berlín (CC BY 3.0)

Sabemos que Cleopatra pasaba mucho tiempo en una especie de antiguo laboratorio. Escribió algunas obras relacionadas con hierbas y cosméticos. Desgraciadamente, todos sus libros quedaron destruidos en el incendio de la gran Biblioteca de Alejandría del año 391 d. C. El famoso físico Galeno estudió su obra, y fue capaz de transcribir algunas de las recetas ideadas por Cleopatra. Uno de estos remedios, que Galeno también recomendó a sus pacientes, era una crema especial que podía ayudar a los hombres calvos a recuperar su pelo. Los libros de Cleopatra también incluían trucos de belleza, pero ninguno de ellos ha llegado hasta nosotros. La reina de Egipto estaba asimismo interesada en la curación mediante las hierbas, y gracias a sus conocimientos de idiomas tenía acceso a numerosos papiros que se encuentran perdidos a día de hoy. Su influencia en las ciencias y la medicina era bien conocida en los primeros siglos del cristianismo.

Cleopatra probando venenos en prisioneros condenados a muerte, óleo de Alexandre Cabanel (1887). (Public Domain)

El legado de su sabiduría

Cuando Cleopatra murió en el año 30 a. C., legó su gran sabiduría al intelecto de su hija, Cleopatra Selene. La niña se encontraba bien preparada para el futuro. Su madre la había educado y orientado convenientemente, lo que permitió a Cleopatra Selene ocupar un lugar privilegiado en el corazón del emperador Octavio Augusto. Éste procuró concertarle un buen matrimonio, convirtiéndose de este modo la hija de Cleopatra en esposa de uno de los más grandes intelectuales de entre los príncipes herederos del Mediterráneo en el siglo I a. C.: Cleopatra Selene se casó con el que ascendería al trono como Juba II de Mauritania, quien permitió a su esposa cultivar el recuerdo de su ilustre madre.

Tumba de Juba II de Mauritania y su esposa Cleopatra Selene II en Tipaza, Argelia (CC0 1.0)

La sabiduría de Cleopatra VII cayó en el olvido durante siglos. No obstante, parece lógico que si no hubiera recibido una buena educación, los romanos hubieran acabado con ella rápidamente. En un mundo lleno de poderosos personajes que deseaban verla muerta, Cleopatra fue capaz de burlarlos a todos.

Imagen de portada: Cleopatra y César (1866). Óleo de Jean-Léon Gérôme. (Public Domain)

Autor Natalia Klimczak

Referencias

Aleksander Krawczuk, Kleopatra, 1969.

Joyce Tyldesley, Cleopatra. Last Queen of Egypt, 2008.

Joann Fletcher, Cleopatra the Great. The Woman Behind The Legend, 2008.

Was Cleopatra Beautiful?, disponible en:
https://penelope.uchicago.edu/~grout/encyclopaedia_romana/miscellanea/cleopatra/bust.html