Juana Inés de la Cruz fue una monja del siglo XVII de México colonial. Fue considerada durante su vida como un prodigio, y fue una reconocida erudita, poeta y dramaturga. Las obras de Juana Inés le trajeron gran fama y fortuna, aunque lo donó todo hacia el final de su vida. Su fama vino mucho tiempo después de su muerte y aún se la considera un ícono en México. En los tiempos modernos, la historia de su vida ha sido distorsionada, intencional o involuntariamente, para ajustarse a ciertas agendas.
Juana Inés de la Cruz nació como Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana alrededor de 1651 en San Miguel Nepantla, en lo que hoy es México. Era la hija ilegítima de un capitán español y una mujer criolla. Se registra que Juana Inés aprendió a leer cuando tenía tres años y se convirtió en una voraz lectora.
La niña prodigio, que había estado viviendo con su abuelo materno en el campo, fue enviado a vivir con familiares en la Ciudad de México. Ella solicitó ser disfrazada de niño, para poder ir a la escuela. Esto, sin embargo, no se concedió, y Juana Inés tenía un sacerdote académico como su tutor en su hogar.
Sin embargo, Juana Inés llamó la atención de Antonio Sebastián de Toledo, el marqués de Mancera y el virrey de Nueva España, fue invitada a ser una dama de honor en la corte vice-real. A la edad de 17 años, se organizó un examen oral para evaluar los amplios conocimientos de Juana Inés. Sus examinadores eran 40 miembros de la Universidad de México y fue examinada en una variedad de temas, en todos los cuales actuó.
Juana Ines, de joven, fue invitada a unirse a la corte vice-real. (HombreDHojalata / Dominio Público)
Como Juana Inés deseaba continuar sus estudios, no deseaba casarse. Durante ese período, la única forma en que una mujer podía hacerlo era convertirse en monja, que era exactamente lo que hacía Juana Inés. En 1667, Juana Inés se unió a la Orden de los Carmelitas Descalzas. Dos años más tarde, se mudó al Convento de Santa Paula, que estaba bajo la orden menos estricta de San Jerónimo (también conocido como los Jerónimos), en la ciudad de México y tomó sus votos allí.
Juana Inés se unió al Convento de Santa Paula, bajo la Orden de San Jerónimo. (SalomonCeb / Dominio Público)
Aunque permaneció enclaustrada por el resto de su vida, vivió cómodamente en el convento. Tenía un departamento que era mantenido por criados y esclavos, también tenía libertad para estudiar y escribir que a fin de cuentas era lo que mas anhelaba.
Además, Juana Inés pudo mantener el contacto con otros académicos y miembros de la corte vice-real. También, creó una biblioteca personal (una de las más grandes del Nuevo Mundo), que contenía 4000 libros con una extensa variedad de temas, junto con muchos instrumentos científicos y musicales.
Juana Inés fue una escritora prolífica y fue conocida especialmente por su poesía. Ella dominó toda la gama de formas y temas poéticos de la Edad de Oro española y hizo un uso completo de este dominio en sus obras. Uno de sus poemas más famosos, por ejemplo, es Hombres necios ('Foolish Men'), que acusa a los hombres del comportamiento ilógico que critican en las mujeres. Otro de sus poemas conocidos es "Primer sueño", que trata sobre la búsqueda de conocimiento del alma.
Juana Inés también escribió varias obras de teatro y compuso villancicos para ser cantados en las iglesias. Un ejemplo de sus obras de teatro es "El divino Narciso", que combina las religiones azteca y cristiana.
La primera parte de las obras completas de Juana Inés de la Cruz, Madrid, 1689. (Donn Q / Dominio público)
Las obras de Juana Inés fueron bien recibidas, como lo demuestra el hecho de que ya habían circulado ampliamente durante su vida. Además, recibió el apoyo de las autoridades religiosas y seculares de la época. Amy Fuller, profesora de Historia de las Américas en la Universidad de Nottingham Trent, señala que "cada uno de sus volúmenes fue elogiado por la Inquisición y precedido con letras dedicatorias y poesía de la nobleza española y el clero que la celebra como un icono del Imperio Español. ".
En 1694, Juana Inés decidió renunciar al mundo y dedicar el resto de su vida a Dios. Dejó de escribir, vendió su biblioteca y su colección, y dio los ingresos a los pobres. Un año después, Juana Inés se enfermó mientras atendía a los enfermos durante una epidemia y murió poco después.
A pesar de que Juana Inés continúa siendo celebrada como un ícono mexicano hoy en día, algunos detalles de la historia de su vida se han modificado para hacerla un personaje más atractivo. Como ejemplo, el hecho de que recibió el apoyo de la nobleza y el clero españoles la hace menos atractiva para los defensores del poscolonialismo, mientras que su decisión de terminar su carrera literaria en 1694 a menudo es atribuida a la Iglesia, transformando así a la monja en una especie de mártir perseguida. Sin embargo, el enfoque en tales distorsiones solo sirve para eclipsar la verdadera fama de Juana Inés, es decir, como un genio literario.
Estatua de Juana Inés en Madrid, España. (Sanbec / CC BY-SA 3.0)
Imagen de Portada: Juana Inés de la Cruz Pintura de Mauricio García Vega. Fuente: Thelmadatter / CC BY-SA 3.0.
Autor Wu Mingren
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www.biography.com. 2019. Sor Juana Inés de la Cruz. [Online] Disponible en: https://www.biography.com/people/sor-juana-in%C3%A9s-de-la-cruz-38178
