Cleopatra VII (69 - 30 a. C.) fue la reina del Reino Ptolemaico de Egipto y su último gobernante activo. Más famosa por sus aventuras amorosas con Marco Antonio y Julio César, la propaganda romana se apresuró a pintar a Cleopatra como poco más que una seductora que forjó su posición en la cama de hombres poderosos.
Cleopatra fue una gobernante poderosa y consumada, pero los relatos históricos la desacreditaron, minimizaron sus éxitos y exageraron enormemente sus indiscreciones. La visión común de Cleopatra presentada en el texto romano antiguo y popularizada en los medios modernos es la de una tentadora que usó sus talentos sexuales para obtener ventajas políticas.
Lo que estos relatos antiguos no mencionan es que ella fue, de hecho, una de las más grandes intelectuales de su tiempo. Fue educada por los principales eruditos del mundo helenístico y estudió en el Mouseion de Alejandría, que incluía la famosa Biblioteca de Alejandría. Allí estudió geografía, historia, astronomía, filosofía, diplomacia internacional, matemáticas, alquimia, medicina, zoología y economía.
Cleopatra y César (1866), pintura de Jean-Léon Gérôme (Dominio público)
Cleopatra fue el único miembro de su dinastía que hablaba egipcio antiguo y leía jeroglíficos. Aparte de esto, sabía griego antiguo y las lenguas de los partos, judíos, medos, trogodyatae, sirios, etíopes y árabes.
Se sabe que Cleopatra VII pasó mucho tiempo en una especie de laboratorio antiguo. Escribió varios trabajos relacionados con las hierbas y la cosmetología. Desafortunadamente, todos sus libros se perdieron en el incendio del 391 d. C., cuando se destruyó la gran Biblioteca de Alejandría. El famoso médico Galen estudió sus obras y pudo reescribir algunas recetas creadas por ella. Uno de los medicamentos que también sugirió a sus pacientes fue una crema especial que ayudaba a los hombres a recuperar el cabello.
Su impacto en las ciencias y la medicina fue bien conocido incluso durante los primeros siglos del cristianismo. En un mundo lleno de personas poderosas que querían verla muerta, Cleopatra pudo burlarlas a todas.
Después de la muerte de Cleopatra, Egipto se convirtió en una provincia del Imperio Romano, marcando el final del penúltimo estado helenístico y la era que había durado desde el reinado de Alejandro.
Imagen de portada: Cleopatra. Fuente: Lumixera/ Adobe Stock
Autor Joanna Gillan