El 5 de agosto de 1949, un terremoto golpeó la pequeña ciudad ecuatoriana de Guano, provocando que muchos edificios se resquebrajaran y derrumbaran. El desastre, curiosamente, llevó al sorprendente descubrimiento de la momia de Guano.
A causa del terremoto, los muros de la antigua Iglesia de la Asunción de Guano quedaron destruidos y se vinieron abajo por completo. Fue allí donde se encontró la momia de Guano, oculta en el interior de un cántaro de gran tamaño emparedado entre los muros de la iglesia. La razón por la que fue enterrado de una forma tan singular y emparedado de este modo continúa siendo un misterio aún en nuestros días, ya que jamás se había visto algo así hasta entonces.
Se trata de la momia de un franciscano del siglo XVI cuyo nombre era Fray Lázaro de Santofimia. Fue enviado desde España para difundir la fe católica en las zonas rurales de la región. Ayudó a prestar asistencia y proporcionar alimentos a las tribus indígenas que vivían en los alrededores de la ciudad de Guano. Fue también uno de los fundadores de otra ciudad llamada San Andrés, a 30 minutos de carretera desde la iglesia en la actualidad.
Réplica de mármol de la iglesia de Guano. Fotografía cortesía de Chris Aguilar
El fraile fue también guardián de la iglesia de Guano entre los años 1565 y 1572. Mucha gente asegura que al haber hecho tantas cosas buenas por los habitantes de la zona fue un acto de homenaje en su honor enterrarle entre los muros de la iglesia para que su alma pudiera vagar por ella tras su muerte y se quedara siempre allí, cuidando de la gente de Guano. No se han descubierto otras momias entre las ruinas de la iglesia, pero parte del muro afectado por el terremoto aún sigue en pie, y todavía se puede ver el lugar en el que el franciscano fue enterrado.
Ruinas de uno de los muros de la antigua iglesia de Guano. Fotografía cortesía de Chris Aguilar
Según las crónicas de la época, el fraile fue enterrado en el interior de un gigantesco recipiente cerámico o ‘cántaro’ como lo llaman las gentes del lugar, aunque no queda rastro alguno de este cántaro en nuestros días. Es un misterio por qué se decidió introducir el cadáver de Fray Lázaro en el cántaro. Según algunos fue por respeto, aunque quizás no lo sepamos nunca con certeza, ya que no disponemos de ejemplos similares con los que comparar este caso. Una vez dentro del cántaro, el cadáver de Fray Lázaro fue cubierto de cal, un tratamiento que ha permitido a la momia conservarse hasta nuestros días.
Pintura mural: la momia de Fray Lázaro dentro del cántaro en el que el franciscano fue enterrado. Fotografía: Chris Aguilar
Desde entonces, gracias a las investigaciones, dataciones mediante carbono-14 y estudios diversos llevados a cabo por científicos de National Geographic, se ha logrado determinar la antigüedad de la momia. Se realizaron además 60 radiografías y dos endoscopias a la momia, lo que permitió confirmar que Fray Lázaro tenía entre 85 y 90 años de edad cuando murió, y que su estatura estaba entre los 1,70 y los 1,75 metros.
Al ser examinada por los científicos se aprovechó la ocasión para grabar un episodio de la serie de Discovery Channel “The Route of the Mummies” (‘La ruta de las momias’). La momia fue descubierta con un paño atado en torno a su rostro, rodeando desde la coronilla hasta la barbilla. Según algunos estaría destinado a mantener la boca de Fray Lázaro cerrada, tratándose de una práctica muy extendida por aquel entonces. En opinión de otros, Fray Lázaro sufría de dolor de muelas en el momento de su muerte, de ahí la presencia del paño atado en torno a su mandíbula.
Momia de Guano. Fotografías cortesía de Chris Aguilar
Junto a la momia fue descubierto un ratoncito enterrado con el monje franciscano, también momificado. La razón de la presencia de este pequeño animal se desconocen. Existen sin embargo dos teorías al respecto. Según las gentes del lugar y los guías del museo, el franciscano fue un hombre solitario durante algún tiempo poco antes de su muerte, y el ratoncito era su único amigo, razón por la cual lo enterraron junto con él cuando murió. La hipótesis alternativa es que al ser enterrado Fray Lázaro el ratón consiguió introducirse en el cántaro en el que se encontraba e intentó comerse sus restos, pero no pudo escapar finalmente después de haber entrado.
La momia de Fray Lázaro se encuentra expuesta actualmente en un museo de la ciudad ecuatoriana de Guano. Este museo está abierto al público y puede visitarse por el módico precio de 50 centavos. Otros hallazgos como tinajas, manuscritos y otros recipientes cerámicos también se encontraron en el antiguo emplazamiento de la iglesia tras el terremoto, pero no cerca de la tumba del fraile franciscano.
Imagen de portada: la momia de Guano y el ratoncito hallado junto a ella. Fotografías cortesía de Chris Aguilar
Autor Ancient Origins