En la Edad Media, los animales eran juzgados como los seres humanos. Estos animales podrían cometer una amplia gama de delitos, incluido el asesinato, ser cómplices de la bestialidad y dañar los cultivos y la propiedad. Si se los declara culpables, los animales más grandes serían castigados con la ejecución o el exilio, mientras que los más pequeños serían excomulgados o denunciados por un tribunal eclesiástico.
Uno de los ensayos con animales mejor registrados tuvo lugar el 9 de enero de 1386 en Falaise, Francia. Un cerdo joven había sido detenido por atacar a un bebé de 3 meses en su cuna, mordiéndolo y desgarrándolo en la cara, lo que finalmente resultó en la muerte del bebé. El cerdo fue arrestado por asesinato y llevado a prisión. Luego fue llevado a juicio en un tribunal, ¡el mismo que se usa para las personas!
El cerdo fue declarado culpable y condenado a ser "mutilado y destrozado en las patas delanteras", seguido de ejecución en la horca. El día de la ejecución, el cerdo fue vestido con un chaleco, guantes y un par de calzones, y llevado a la horca en la plaza del mercado. Se dotó al verdugo de guantes nuevos para que saliera de la ejecución con las manos limpias, demostrando así que no incurría en culpa por el derramamiento de sangre.
Ilustración que representa a una cerda y sus lechones siendo juzgados por el asesinato de un niño. El juicio supuestamente tuvo lugar en 1457, la madre fue declarada culpable y los lechones absueltos. (Hipercubo Inverso / Dominio Público)
Según la evidencia documentada, el cerdo fue el animal más comúnmente juzgado durante la Edad Media. Esto se debió principalmente al hecho de que a los cerdos se les daba mayor libertad para deambular por las calles que a otros animales y que existían en cantidades mucho mayores. Sin embargo, muchos otros animales fueron juzgados por diversos delitos, incluidos toros, perros, cabras y gallos.
Muchos estudiosos han intentado dar sentido a este extraño fenómeno. Una explicación, por ejemplo, es que se creía que algunos animales tenían un albedrío moral y, por lo tanto, al igual que los seres humanos, podían ser considerados responsables de los delitos que cometían. Sin embargo, es posible que nunca se entienda por completo la razón exacta de estos extraños sucesos.
Imagen de Portada: Un cerdo enjaulado. Fuente: Jasmine/ Adobe Stock
Autor Joanna Gillan