A través de la historia, en muchas partes del mundo, se han sucedido fenómenos misteriosos relacionados con prácticas religiosas. Así, existen casos de famosos monjes y monjas que murieron, pero cuyos cuerpos permanecieron intactos a pesar del transcurrir de los años, sin señales de putrefacción… ¡Incluso después de llevar más de 100 años fallecidos!
La existencia de estas figuras sagradas, cuyos cuerpos permanecieron preservados después de décadas o incluso siglos, ha desconcertado a muchos miembros de la comunidad científica. Pero mientras algunas personas pueden negarse a reconocer los hechos, hay otros que dicen disponer de varias maneras de explicarlo.
¿Es posible que haya alguna explicación que vaya más allá de lo que la ciencia moderna conoce hoy? Con toda la discusión sobre universos paralelos, dimensiones superiores y múltiples espacios temporales, ¿será posible que algún recurso científico aún desconocido pueda aportar nuevas explicaciones en este campo? Ya se trate de una supuesta intervención divina o de alguna posible fuerza de una dimensión superior, aquí traemos tres ejemplos de figuras sagradas de la historia cuyos cuerpos permanecen ajenos a su propia muerte hasta el día de hoy:
Liaozhen fue un monje que practicaba el cultivo de su espíritu en el Templo de Yuanpu de la ciudad de Anqing, ubicada en la provincia china de Anhui.
Se cree que Liaozhen nació en el año 1681, durante el vigésimo año del reinado del emperador Kangxi. Se decía que este famoso monje, maestro de la dinastía Qing, alcanzó la “iluminación” (perfección espiritual / despertar) a los 96 años de edad.
Dos o tres años después de su muerte, sus discípulos quedaron asombrados al descubrir que su cuerpo permanecía intacto cuando volvieron a abrir su ataúd. Sorprendentemente, el cuerpo no mostraba ningún signo de putrefacción, y permanece incorrupto a día de hoy aunque ya han pasado dos siglos.
En Rusia, permanece intacto y sentado en la “posición del loto” (con ambos pies cruzados sobre sus muslos), el cuerpo del maestro budista Dashi-Dorzho Itigelov, fallecido en 1927 cuando tenía 80 años de edad.
Su cuerpo fue exhumado 3 veces: la primera en 1955, luego en 1973 y, finalmente, en el 2002, pero no se encontró en él ninguna señal externa de descomposición.
Primer plano del cuerpo incorrupto de Santa Catalina Labouré. (Sziklai/GNU Free)
La historia de Santa Catalina Labouré es particularmente importante debido a la condición inmaculada de su cuerpo que parece desafiar las leyes de la ciencia.
Después de la muerte de su madre, Catalina, a los 9 años, agarró en sus manos una imagen de la Virgen, mientras un criado la escuchaba diciendo: “Ahora, querida Madre, ¡ahora, serás mi Madre!”. Después, tras su primera comunión en 1818, cuando tenía 11 años, dedicó su vida a la vocación religiosa que sentía.
Fotografía real de la santa tomada en torno al año 1850. (Dominio público)
A lo largo de su vida, Catalina se dedicó a cuidar a los menos afortunados, atendiendo a los pacientes de los hospicios. Murió a los 70 años de edad, el 31 de diciembre de 1876. Pero su cuerpo fue encontrado milagrosamente conservado cuando fue exhumado en 1933. Ahora, protegido en un ataúd de cristal, descansa junto a un altar lateral en la Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de París.
“El cuerpo se halla en perfecto estado de conservación y sus articulaciones aún están flexibles”, afirmó al respecto un examinador.
Muchos científicos continúan desconcertados por fenómenos tan inusuales como estas figuras sagradas. Y tú, ¿qué piensas de tan extraños fenómenos? ¿Fue el poder divino el que preservó sus cuerpos? ¿Hay alguna manera de llegar a descubrir, científicamente hablando, la razón de dichos fenómenos?
Imagen de portada: Cuerpo incorrupto de Santa Catalina Labouré. (Dominio público)
Autor La Gran Época