Francia, envuelta en una guerra con Inglaterra en una lucha por el trono francés durante la Guerra de los Cien Años, encontraría un salvador que a su vez era un hereje de los ingleses. Este pecador y santo era una mujer llamada Juana de Arco. Si bien la mayoría de la gente sabe que fue quemada en la hoguera en Vieux Marche en Rouen, lo más olvidado son sus aventuras militares contra los ingleses.
En 1412, Juana de Arco (o Jeanne d'Arc) nació en el pueblo de Domremy ubicado en el Ducado de Bar, Francia. Era hija de campesinos pobres con los nombres de Jacques d 'Arc y su esposa Isabelle. Al igual que la educación en cualquier granja, Juana aprendió principalmente habilidades agrícolas. Se decía que había sido una niña trabajadora y religiosa.
Juana de Arco, por Eugène Thirion (1876). El retrato muestra el asombro de Juana de Arco al recibir una visión del Arcángel Miguel. (Dominio público)
La fama de Juana llegó cuando dijo que comenzó a escuchar la voz de Dios, que creía que la instruía a expulsar a los ingleses y que el Dauphin, Charles Valois (Príncipe Heredero de Francia) fuera coronado rey de Francia. Increíblemente, Juana tendría la oportunidad de reunirse con el Dauphin Charles VII cuando la situación empeorara en 1429.