Desde principios del siglo XIX y para mediados del siglo XX, se produjo una prisa excesiva y errática para visitar y explorar las antiguas ruinas egipcias, como si la Verdad Última sobre el pasado distante de la humanidad pudiera surgir de las antiguas arenas de Egipto. Esta fiebre del oro culminó a fines de los años cuarenta, cuando la curva imaginaria en los ejes del cartesiano se deslizó hacia abajo, lenta e inexorablemente, cayendo en picado hasta el punto más bajo de los tiempos modernos. Sin embargo, aún quedan muchos misterios por descubrir.
Una descripción de la meseta de Giza es un ejercicio muy difícil. Aquellos de nosotros que tuvimos la oportunidad de visitar las maravillas de Egipto podremos confirmar cuántos edificios se erigieron en las arenas del desierto, durante la era predinástica y dinástica; Un sistema heterogéneo de monumentos, casas, almacenes, hendiduras, pozos integrados en un todo, como líneas de un poema de la antigüedad.
Giza es la definición absoluta de la teoría del caos; dominado por dos tipos de edificios, muy diferentes en formas y funciones: las pirámides y sus vallas gigantes, y la Esfinge y sus majestuosos templos.
La esfinge y las grandes pirámides de Egipto. (Fuente: BigStockPhoto)
Durante siglos, esos edificios misteriosos llamaron la atención de los investigadores y el interés de los turistas. Al mismo tiempo, los académicos trataron de dar sentido al significado de la arquitectura piramidal, con resultados negativos.
En el pasado, académicos e investigadores alternativos escribieron muchos tratados arqueológicos y libros voluminosos sobre las maravillas del antiguo Egipto y, particularmente, sobre las pirámides de Giza, llevando la mente más allá de los límites de toda imaginación, para resolver los misterios de los sitios arqueológicos más famosos del mundo.
Sin embargo, los egiptólogos aún no lograron la interpretación correcta de la función de los monumentos. Creo que todas las hipótesis, teorías, intuiciones, suposiciones ampliamente propuestas hasta ahora, están alimentadas por factores independientes de la evidencia arqueológica. La ausencia de un método único de investigación, en parte debido a las deficiencias de los procedimientos de protocolo, hace que cada vez sean menos creíbles todas las teorías propuestas tanto por académicos como por investigadores alternativos.