Todos los años, el primer domingo de agosto, miles de gallegos participan en una procesión. Recorren las calles de Vigo con el mayor tesoro religioso de su ciudad: una gran cruz con una imagen de Jesús, el conocido como Cristo de la Victoria.
Muchos creen que esta imagen puede hacer los sueños realidad, prestar ayuda y curar los males a aquellos que le son devotos. Durante la mayor parte del año, la cruz permanece en la recogida pero bella colegiata de Santa María de Vigo, ciudad de Galicia, región española. La primera iglesia construida aquí data del siglo XV, aunque la arquitectura actual del templo proviene de principios del siglo XIX. Es la iglesia más antigua que se conserva en la actualidad en la ciudad viguesa, y ocupa un lugar muy especial en la historia y en los corazones de aquellos que la visitan.
La antigüedad de la famosa imagen del Cristo de Vigo se desconoce. Existen muchas y muy diversas leyendas en relación con el origen de esta talla. Sin embargo, todas ellas están basadas en tradiciones orales, y no existen documentos que puedan confirmar ninguna de ellas. Durante muchos siglos, la ciudad de Vigo estuvo centrada en la actividad pesquera. Sus gentes vivían de lo que les daba la naturaleza, y pasaban la vida procurando sobrevivir a las peligrosas aguas del Océano Atlántico.
‘Flota pesquera de la Bahía de Vigo’, acuarela de William Lionel Wyllie. (Public Domain)
El segundo nombre con que se conoce al Cristo de la Victoria es Cristo de la Sal. Sin embargo, no disponemos de antiguos documentos que certifiquen el origen de este nombre. Según una bien conocida leyenda gallega publicada en la web oficial de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Victoria de Vigo:
Cuenta la leyenda que una embarcación que transportaba un cargamento de sal recogió la imagen de altamar, y amenazados por el fuerte oleaje, los marineros optaron por atracar en el primer puerto para dejar allí la talla y prometieron asistir descalzos a una misa. Sin embargo, pudieron llegar a Vigo sin problemas, y cuando esta tempestad amainó, volvieron a adentrarse en la mar olvidando cumplir con sus propósitos. Las olas se elevaron de nuevo en contra de la embarcación, por lo que no tuvieron más remedio que regresar a puerto. La operación se volvió a repetir, y viendo que la navegación se hacía inviable, cayeron en la cuenta de que habían olvidado cumplir su promesa, de modo que llevaron la imagen a la Colegiata de la ciudad, probablemente por su proximidad al Puerto, y escucharon allí la misa.
Detalle del Cristo de la Victoria de Vigo, España. (juantiagues/CC BY SA 2.0)
Pero la verdad podría ser diferente. Incluso los propios vigueses dudan de esta leyenda, ya que si la imagen hubiese llegado a la ciudad en barco, probablemente hubiese sido depositada en el convento de San Francisco, en el Berbés, al que están ligados, o en la Capilla de la Misericordia, que pertenecía al gremio de los mareantes.
Otra versión de la leyenda sobre los orígenes del Cristo nos llega de la época de Enrique VIII, el famoso rey de Inglaterra. Cuenta esta tradición que los cristianos arrojaron la cruz con la imagen del Cristo al mar para salvarla del fuego durante las persecuciones que se produjeron en Inglaterra contra los católicos. Fue entonces cuando al parecer un barco la rescató y la trajo de vuelta a Galicia.
Del año 1740 aproximadamente nos llega otra historia algo más documentada. Por ella sabemos que el artista que creó la imagen fue Sebastián Ucete, un escultor vasco. Éste es precisamente el año en el que está datado el primer documento relacionado con la famosa imagen del Cristo de la Victoria de Vigo. Se trata de una carta escrita por la Sra. Bernarda Bello de los Ríos y dirigida al Ayuntamiento vigués solicitando permiso para colocar una tarima que había sido retirada para enlosar el templo. Las autoridades finalmente accedieron a la petición, “hecha y reedificada a su costa a la espalda de la columna que se halla frente a la que esta colocada el Santísimo Christo de la buena Victoria, y a correspondencia de esta tarima que está en un pilar al lado derecho sin que sirviese de estorbo ni impedimento alguno”. De cualquier manera, éste es el único documento de la época que menciona este nombre. Se desconoce si la imagen del Cristo que menciona Bernarda Bello era la misma que se encuentra actualmente en la Concatedral de Santa María de Vigo.
Procesión del Cristo de la Victoria por las calles de Vigo, Galicia (España). (farrangallo/CC BY SA 2.0)
Los investigadores suponen que la mejor explicación posible a los orígenes del Cristo se encuentra en los documentos relacionados con Marcó del Pont, un industrial catalán que residió en Vigo durante la segunda mitad del siglo XVIII. Marcó llegó a amar Vigo hasta tal punto que al parecer donó el Cristo a la ciudad como regalo.
Algunos investigadores sugieren asimismo que esta imagen podría haber sido utilizada por los soldados españoles durante las guerras napoleónicas. El nombre Cristo de la Victoria probablemente proceda de aquella época. Los vigueses le habrían puesto este nombre por haber salvado la ciudad de las tropas de Napoleón. La cruz y el Cristo podrían incluso haber sido llevados a otros campos de batalla españoles durante la guerra.
‘La Batalla de la Bahía de Vigo’ enfrentamiento naval que tuvo lugar el 23 de octubre de 1702, en los primeros años de la Guerra de Sucesión española. Óleo de Ludolf Bakhuizen. (Public Domain)
Con todas las leyendas que corren en torno a su increíble historia, muchos obispos han tenido la idea de trasladar el Cristo a diferentes catedrales e iglesias de Galicia y otras regiones españolas. Sin embargo, según la tradición, cada vez que alguien ha intentado llevarse el Cristo de la Colegiata a una iglesia diferente, las fuertes lluvias lo han impedido.
La lluvia no es algo raro en Vigo, aunque hay quien cree que no es casualidad que cada vez que alguien haya intentado llevarse el Cristo de la iglesia en la que se encuentra empezara a llover con fuerza. De este modo, el Cristo de la Victoria continúa siendo a día de hoy una imagen emblemática del Casco Vello de Vigo, y todos los años, el primer domingo de agosto, el Cristo deja la iglesia durante unas horas para recorrer las calles junto a sus devotos antes de volver a la Colegiata, donde permanecerá hasta el año siguiente. El Cristo de la Victoria constituye indudablemente uno de los más importantes símbolos religiosos de la ciudad de Vigo. Cuando corren tiempos difíciles, los vigueses depositan sus esperanzas en esta imagen para que proteja la ciudad en caso necesario.
Imagen de portada: La imagen del Cristo de la Victoria en la Concatedral de Santa María de la ciudad de Vigo, Galicia, España. (José Luis Filpo Cabana/CC BY 3.0)
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
Fuentes:
J. Santiago y Gómez, ‘Historia de Vigo y su comarca’, 2006.
B. Cegarra Martínez, ‘Vigo na historia’, 1998.
‘El Cristo de la Victoria’, disponible en: https://www.turismodevigo.org/en/el-cristo-de-la-victoria-christ-victory
‘The Christ of Vigo’, disponible en: https://www.cristodevigo.es/the-christ-of-vigo/